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Las activistas tecnológicas del Congo arriesgan su vida por decir lo que piensan

Son congoleñas, viven amenazadas y luchan para cambiar el paisaje de “la capital de las violaciones mundiales” en la que viven. La tecnología es uno de los pocos aliados que tienen en un mundo gobernado por viejas costumbres y viejos dictadores.
Para Christiane Binja la tecnología es una importante herramienta de fortalecimiento para la mujer.

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Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard.

En el polvoriento patio de un centro de juventud, Christiane Binja posa para se fotografiada frente a un muro de colores.

"Hazme la foto con esta poderosa mujer africana", dice la abogada y activista por los derechos de la mujer. Y sonríe a cámara.

El activismo es un negocio peligroso en la región oriental del Norte del Kivu en la República Democrática del Congo (DRC). Rodeados por los violentos grupos rebeldes y las represalias del gobierno, los jóvenes que desafían al status quo se arriesgan a ser perseguidos, maltratados, encarcelados e, incluso, asesinados. La violencia sexual —la violación, en particular— es otro castigo prácticamente reservado casi exclusivamente a las activistas femeninas.

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A pesar del peligro, Binja sigue en sus trece. Esta joven de 29 años ama a su provincia y está resuelta a vivir en una época de paz duradera en algún momento de su vida. ¿Su objetivo? Fortalecer a las líderes femeninas para promover un mensaje: que la tecnología te hará libre.

Christiane Binja en el centro de juventud donde se ha celebrado la cumbre sobre activismo online. (Todas las imágenes por Kait Bolongaro)

"El Congo Oriental lleva siendo sacrificado por las políticas nacionales desde hace mucho tiempo", relata a Motherboard durante nuestra visita a la zona hace solo unas semanas, en julio. "La tecnología es una de las maneras para denunciar lo que estamos viviendo las mujeres del Kivu del norte".

En un país donde una de cada tres mujeres es analfabeta, Binja cree que la tecnología es una herramienta de fortalecimiento para la mujer en todos los niveles educativo, y para mostrar a la gente una de las maneras en que las mujeres pueden participar de una sociedad activamente. Este pasado mes de julio, Binju organizó la segunda edición anual de la cumbre de activismo online Goma Web. Se trata de un encuentro para enseñar a los activistas más jóvenes a utilizar las redes sociales, los blogs y las herramientas online.

Activismo contra el asesinato de albinos y el comercio de sus órganos en Tanzania. Ver aquí.

La cumbre de celebra en la capital provincial de Goma, cerca de la frontera con Ruanda, y en ella se distingue a un pequeño batallón de mujeres armadas con computadoras portátiles. Están repartidas entre el resto de la concurrencia masculina que ha asistido al evento celebrado en el centro de juventud Yolé África. El encuentro ha traído hasta aquí a jóvenes líderes de todo el Congo Oriental, entre quienes se cuentan las activistas Ley Uwera y Passy Mubalama.

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Uwera es fotoperiodista y utiliza Instagram para cambiar la percepción del mundo del Congo Oriental. Ella cuenta que su género es un lastre para su trabajo, especialmente cuando trabaja en zonas rurales. Uwera tiene 26 años y hace unas semanas se perdió mientras trabajaba. Apareció en un territorio controlado por una milicia armada.

"Hay lugares a los que no se puede ir si eres mujer", cuenta. "La violación es solo una de las amenazas a las que te expones — también te pueden secuestrar".

Imágenes antes de arrancar con el workshop en Goma. Una de las imágenes del perfil de Instagram de Ley Uwera, tomada justo antes de la cumbre de Activismo online celebrada en Goma. (Imagen por Ley Uwera/Instagram)

En una región donde 5,4 millones de personas han sido asesinadas desde 1998, ser mujer resulta especialmente peligroso. Según Naciones Unidas, más de 200.000 mujeres han sido violadas desde 1998, lo que le ha granjeado a su país, a la República Democrática del Congo (RDC), la nefasta etiqueta de ser "la capital de las violaciones mundiales" . Lo dice un informe oficial de Naciones Unidas. Varios medios de comunicación son igual de contundentes: "es el peor lugar del mundo donde ser mujer".

Mubalama es una defensora de los derechos de la mujer en lugares de conflicto. En su blog invoca a un incremento al respeto y a la justicia de la mujer en la sociedad congoleña. Mubalama escribe fundamentalmente en francés y sus entradas son eminentemente políticas, como el artículo que le ha dedicado a las últimas elecciones celebradas en el país. Ha sido galardonada con la beca de investigación Voces del Futuro por World Pulse, una red social para activistas. En 2013, Mubalama le escribió una carta abierta al actual presidente de la RDC, Joseph Kabila.

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"Las mujeres congolesas necesitan conocer sus derechos para así poder defenderse mejor", cuenta. "Me hace feliz ver que hay más mujeres que van más allá de las costumbres machistas de nuestra cultura. Sin embargo, las mujeres siguen sin tener representación en la esfera pública".

La bloguera Passy Mubalama quiere que las autoridades combatan la desigualdad de género que sigue perjudicando a las mujeres del norte del Kivu.

A lo largo y ancho de la RDC la discriminación de género amenaza y dificulta el liderazgo de la mujer.

"Las normas sociales discriminatorias son una de las masivas barreras a las que hay que enfrentarse. Son costumbres que legitiman toda clase de violencia física, emocional y verbal en contra de la mujer", explica Carron Mann, quien trabaja para Women for Women International UK.

Binja tiene la suerte de tener una familia que la apoya, sin embargo otras mujeres son perseguidas por no comportarse como mujeres "normales".

"A menudo me dicen que actúo como un hombre, incluso con otras mujeres", relata. "No todas las mujeres congoleñas se dan cuenta de que están siendo marginadas. Es una lucha durísima, pero tengo todo el tiempo del mundo para cambiarlo".

Claro que la volátil situación política de la zona es otro motivo de preocupación. Después de cambiar la constitución para poder extender sus 15 años de dictadura, el presidente Kabila no parece dispuesto a abandonar su mandato pacíficamente. Lo más probable es que las elecciones previstas para noviembre de 2016 sean retrasadas. Y lo cierto es que existe un riesgo innegable de que cualquier conflicto que sacuda a la capital del país, Kinshasa, sacuda también a la frágil región oriental.

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Discriminación, detenciones y torturas: el precio de ser un activista saharaui. Leer más aquí.

Enclavada a orillas del lago Kivu, Goma es una ciudad en la que viven 1 millón de personas, muchas de las cuales fueron desplazadas durante la guerra.

En la era de los golpes de estado tecnológicos, las autoridades congoleñas están preocupadas por el ejército cada vez mayor de ciudadanos jóvenes armados con internet y celulares. Después de las manifestaciones organizadas en contra de Kabila en enero de 2015, el dictador ordenó cortar las telecomunicaciones durante semanas. Se excusó para hacerlo en una imaginara amenaza para la seguridad nacional.

Bajo tales circunstancias, Bija cuenta que sus compañeros y compañeras tienen miedo de decir lo que piensan. Ella, pese a todo, es una insobornable pacifista y no se cansa de invitar a las autoridades a todas las actividades que organiza. Claro que su nerviosismo crece paralelo al incremento de los arrestos de gente joven.

"Me siento insegura con la crisis actual porque no sé qué sucederá mañana", explica.

Ley Uwera reconoce que conforme su actividad en las redes sociales crece su preocupación por su seguridad también lo hace.

"A veces tengo miedo, pero tengo que continuar", explica. "Si el activismo sucumbe, entonces permitiremos que el norte de Kivu dé un peligrosísimo paso atrás".

Y por mucho que pueda parecer peligroso, Passy Mubalama también confía en que su blog atraerá la atención del gobierno.

"Los blogs están menos censurados que otros medios de comunicación de la RDC, de manera que yo puedo escribir lo que pienso. Y espero que las autoridades se lo lean y que hagan algo para ayudar a las mujeres del norte del Kivu", confiesa.

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A pesar de su riqueza mineral, la República Democrática del Congo, sigue siendo uno de los países más pobres del mundo.

La experiencia de mujeres jóvenes como Binja, Uwera y Mulabama es fundamental para garantizar la paz y la estabilidad.

"Por desgracia las mujeres no están jugando un gran papel en el proceso de construcción de paz", comenta Severine Autesserre, una profesora asociada de Ciencias Políticas en la universidad de Columbia y una experta en el proceso de paz de la zona. "Las mujeres todavía son consideradas como ciudadanas de segunda en el Congo y todas las que se meten en política se enfrentan al acoso sistemático".

Las voces de las mujeres son habitualmente silenciadas en las negociaciones con los grupos armados, por mucho que las mujeres hayan sido quienes más han pagado, y con mucha diferencia, el precio del conflicto. Según los expertos la guerra civil ha multiplicado las desigualdades de género y ha destruido importantes redes sociales, lo que ha dejado a las mujeres más expuestas y vulnerables ante la violencia sexual y la explotación.

"Sin la participación de la sociedad civil y sin un análisis de raíz de las causas de esta persistente inseguridad, tales procesos continuarán fracasando en su intento por relacionar la desigualdad de género y los conflictos armados", concluye Solange Lwashiga, portavoz de la organización activista congolesa Nothing without women.

De nuevo en la cumbre, en Goma, Binja charla con los participantes durante una pausa para almorzar. Les alienta a que continúen con su activismo. Ella está convencida de que las mujeres de su provincia comparten un objetivo común.

"Yo creo que cada mujer en el norte de Kivu desea vivir en paz. Es la única manera de cumplir sus sueños. Es su sueño", finaliza.

Este artículo ha sido financiado por la International Women Media Foundation.

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