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VICE World News

El afable pontífice persuade al comunista Raúl Castro de pasarse, quizá, al catolicismo

Los comentarios de Raúl Castro acerca de su posible reincorporación a la Iglesia Católica son una señal de que Castro puede salir ganando con ayuda del Papa y conseguir que EEUU aflojen las restricciones en la isla.
Imagen por Fabio Frustaci/ANSA/AP

Las declaraciones de Raúl Castro de volver a la iglesia católica son un síntoma de lo mucho que puede conquistar con la ayuda del Papa, especialmente que los Estados Unidos rebajen las restricciones a las que tienen sometido al régimen cubano.

Tanto académicos como expertos en catolicismo cubanos coinciden en afirmar que las declaraciones efectuadas el domingo por el presidente de Cuba, Raúl Castro, son todo un alarde de astucia política. Castro declaró, inspirado en las enseñanzas del Papa Francisco, que "podría volver a rezar y volver a ir a misa".

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Castro emitió sus declaraciones públicamente el domingo después de visitar al Sumo Pontífice de Roma y agradecerle que hubiese derretido el muro de hielo que separaba a la diplomacia cubana de la estadounidense; el presidente norteamericano, Barack Obama, ya había agradecido al Papa por facilitar las conversaciones entre Cuba y Estados Unidos, lo que desembocó en que Obama viajara al país caribeño para abrir y asentar sus relaciones diplomáticas.

"Leo todos los discursos y todos los comentarios del Papa. Y si continúa por el mismo camino, volveré a rezar y a ir a la iglesia, lo digo en serio", declaró Castro a los periodistas durante la rueda de prensa posterior a su encuentro. "Soy miembro del partido comunista cubano, un partido que excluía a los creyentes religiosos… hasta ahora. Ahora los aceptamos: es un gran paso."

La comparecencia de Castro en el Vaticano se produce solo apenas unos meses antes del viaje por Cuba y Estados Unidos, adonde el pontífice se desplazará en septiembre y noviembre. Castro dijo que quería atender a todas las misas de Francisco durante su visita.

Académicos y católicos cubanos radicados en los Estados Unidos coincidieron ayer en señalar que si bien es imposible saber si el presidente Castro ha sido religiosamente turbado por su relación con Francisco, lo que está claro es que la relación política entre ambos puede ser beneficiosa tanto para la iglesia católica como para el régimen castrista en Cuba, y constituye un serio reflejo de la influencia de Francisco en la política internacional.

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"Creo que lo que está sucediendo es constructivo para ambas partes", afirmó el reverendo Robert Pelton, profesor de teología y de intereses eclesiásticos en las iglesias latino y norteamericanas, en la universidad de Notre Dame. "Sobre Raúl y sobre si sus sentimientos están inspirados por la iglesia católica, creo que, por encima de todo, lo que hay que aplaudir es que ambos lados empiezan a ver que se pueden respetar los unos a los otros."

Enrique Pumar, de origen cubano y rector del departamento de sociología de la universidad católica de Norteamérica, declaró a VICE News que el movimiento de Castro solo tenía intereses políticos.

"Es difícil medir la religiosidad de Fidel y de Raúl y se sabe muy poco de sus vidas privadas", dijo. "Yo lo veo políticamente aunque quizá, en privado, ambos estuviesen coqueteando con el catolicismo durante todo este tiempo. Simplemente, no lo sabemos."

La principal preocupación de Castro, dijo Pumar, es la economía cubana, que lleva una década sumergida y que está propagando la inquietud entre los muchos ciudadanos que han solicitado en masa emigrar a los Estados Unidos. Castro está intentando promover algunas reformas económicas, entre ellas facilitar la libre empresa y aligerar las restricciones para la iniciativa privada - como la inmobiliaria, por ejemplo --, aunque quiere emprender más, dijo Pumar.

El papa Francisco le puede ayudar a hacerlo. Pese a que el Vaticano, como estado, tiene un poder financiero y militar limitado, el rol del Papa como autoridad moral para millones de católicos por todo el mundo, le confiere potencialmente, un enorme poder económico.

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"Así que el Papa está jugando un papel fascinante: su poder es muy limitado en algunos sentidos, pero su autoridad moral y su presencia, le otorga una dimensión fundamental en este tipo de relaciones," aseguró el sociólogo de la universidad católica de Norteamérica, Pumar.

El Papa también domina a los líderes de toda América, sean o no católicos, declaró a VICE News Steve Schneck, director del instituto de investigación política y de estudios católicos, en la universidad Católica. A pesar de que el presidente Obama no es católico, se ha mostrado abierto a discutir con Francisco. Y lo mismo sucede con otros líderes políticos, que ha rebajado el tono de su política de "crisis de valores", para privilegiar el discurso del papa sobre los pobres, afirmó Schneck.

"El acuerdo cubano ilustra muy bien su influencia en la administración Obama. No creo que se trate de una influencia confesional, lo que creo es que el papa Francisco habla de dirigirse al mundo con una serie de valores cuyo eco parece haber resonado positivamente entre varios individuos", dijo Schneck. "Creo que, en general, muchos de nosotros hemos detectado la abyecta bajeza y la prominencia de la crisis de valores en América ha disminuido, en parte gracias a esa clase de mensajes, que nacen de él invitando a los católicos a mirar al mundo con una mirada que no provenga de la crisis de valores. Y creo que su impacto político es positivo."

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La influencia de Francisco sobre la política americana podrá ser observada durante el próximo otoño, cuando el pontífice viaje a Washington, donde se sumará a Obama para comparecer, en una sesión conjunta, ante el congreso, antes de viajar a Filadelfia. Es muy probable que el Papa y Obama aborden la situación de Cuba durante ese viaje, dijo Schneck, y que Francisco emplace a Obama a que siga dejando la puerta abierta de cara a mejorar sus relaciones con Cuba.

Jaime Suchliki, director del instituto de Estudios cubanos y cubano-americanos en la universidad de Miami, opinó que la dinámica entre Castro y Francisco y entre Francisco y Obama está permitiendo que Cuba se pueda beneficiar de una política norteamericana más abierta sin necesidad de tener que hacer ninguna concesión.

"A Raúl le interesa ser el anfitrión del Papa. El papa estará de visita… en septiembre y Raúl quiere utilizar al Papa para mejorar su vínculo con la diplomacia estadounidense, para levantar el embargo y obtener más concesiones sin necesidad de que Cuba tenga que ofrecer nada a cambio," comentó Suchliki.

A cambio, el Papa conseguirá un mayor acceso a Cuba, donde desea expandir la fe católica y competir con evangélicos y protestantes, cuya popularidad ha ascendido a lo largo de las últimas décadas, además de conseguir que los católicos tengan mayor acceso a la iglesia, a las escuelas y a los medios de comunicación, dijo Suchliki.

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"[Las declaraciones de Raúl] no tienen nada que ver con un cambio de fe," afirmó. "Lleva 50 años perseguido por la iglesia. No se trata de la clase de persona que, de repente, tiene una epifanía, ve la luz y decide volver a la iglesia. Estamos hablando de un político implacable, tan implacable como los iraníes o como los coreanos del norte, un tipo sin escrúpulos que haría cualquier cosa para conseguir sus objetivos. Y sus objetivos son atraer a más turistas y que Cuba no cambie, que Cuba se quede como está."

Otros, entre ellos Schneck, Pelton y Bretzke no están de acuerdo y sostienen que la proximidad espiritual y personal de Francisco, bien puede estar obrando un cambio en Castro que podría -- potencialmente -- cambiar la forma en que gobierna Cuba.

"Yo no creo que lo esté haciendo deliberadamente con objetivos políticos", dijo Pelton. "Yo creo que está siendo honesto."

"Está por ver si se convierte al catolicismo pero, al menos, lo que ya hemos podido observar es que se ha vuelto más abierto y respetuoso", dijo Bretzke.

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