Imagen vía Etienne Laurent/EPA
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El 19 de diciembre de 2012, Francia derogó una ley que condenaba a cualquier ciudadano que ayudara, directa o indirectamente, a que un extranjero entrara, circulara o se estableciera en su territorio. Aún así, Herrou podría enfrentar hasta cinco años en prisión, además de tener que pagar una multa de 30.000 euros por haber ayudado a personas extranjeras con una situación irregular.De acuerdo con Michel Prêtre, procurador de Niza, Herrou podría ser considerado una especie de 'coyote', a pesar de que nunca ha recibido ningún pago a cambio de cruzar migrantes de un país a otro. En su defensa, Me Zia Oloumi, abogado defensor, confía en que la justicia no ceda ante la presión mediática y política ejercida en contra de su cliente, ya que éste sólo actuó de buena fe.
Herrou fue acusado de haber alojado cerca de 50 refugiados en un centro abandonado de la empresa ferroviaria SNCF en octubre, así como de haber transportado unos 200 migrantes desde la ciudad de Ventimiglia.'Nuestro deber es ayudar a que la gente supere los peligros'.
"Lo que yo hago no es un sacrificio, es un honor", declaró el agricultor de 37 años. "Nuestro deber es ayudar a que la gente supere los peligros, esa frontera que ha sido impuesta en nombre del terrorismo. Le pido a las autoridades que vengan a explicar sus acciones a los niños que enviaron de regreso".La sentencia en contra de Herrou podría ser emitida el próximo 6 de enero, justo a la par de la de Pierre-Alain Mannoni, explicó el abogado Me Oloumi.El pasado 23 de noviembre, Pierre-Alain Mannoni, profesor e investigador en la Universidad de Niza Sophia Antipolis, fue juzgado por haber ayudado a jóvenes provenientes de Eritrea a cruzar la frontera y llegar a la estación de Draguignan, en Francia.Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsAsí se organiza la vida en el primer centro de migrantes de París. Leer más aquí.