Un tueur à gage nous montre sa kalachnikov pendant le petit déjeuner. (Photo de Falko Ernst/VICE News)
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La historia de estos dos hombres, antes aliados y ahora enemigos, a quienes llamaremos Luis y Pancho, ayuda a explicar por qué Michoacán sigue estando entre las regiones más conflictivas de México a lo largo de casi una década de la llamada 'guerra contra las drogas' que ha dejado más de 100.000 muertos.La violencia despegó después de que el presidente Felipe Calderón lanzara una campaña contra los cárteles luego de haber sido electo en diciembre de 2006. La ofensiva comenzó en Tierra Caliente, una región de Michoacán, su estado natal.El sucesor de Calderón, el presidente Enrique Peña Nieto, hizo poco para modificar la estrategia cuando asumió el poder en 2012. Su gobierno afirma que ha detenido a los Templarios y ha logrado controlar a los grupos de autodefensas que surgieron para combatir al cártel.Sin embargo, la historia en Tierra Caliente es muy diferente. La región no solamente está sufriendo las heridas de la violencia en los últimos años, también es ahora hogar de al menos 13 grupos criminales armados, la mayoría de ellos dominados por Templarios y exmiembros del grupo. La pregunta para muchos es cuándo la violencia estallará de nuevo.'A veces me pregunto si todo ha valido la pena'.
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La violencia entre éstos grupos es todavía una constante en la región, y el gran despliegue de fuerzas federales ha hecho que mantengan un bajo perfil en la ciudad de Apatzingán, otrora bastión de Los Caballeros Templarios.Esta situación cambia a unos minutos de distancia, más allá de los límites de la ciudad. El paisaje va dejando atrás las colinas para dar paso a montañas escarpadas y empinadas, en donde los habitantes han cultivado marihuana por más tiempo del que cualquiera pueda recordar, y donde las "cocinas" producen metanfetaminas, adaptándose así a los gustos contemporáneos de Estados Unidos.La fortaleza o centro de operaciones de Luis, el sicario templario, se encuentra a unos 40 kilómetros de Apatzingán, y llegar ahí nos obliga a cruzar por el territorio rival marcado por la presencia de 'punteros' o 'halcones', jóvenes empleados para reportar cualquier actividad sospechosa a través de radiocomunicadores. El feudo del grupo enemigo termina en un río y un puente de concreto conocido por los lugareños como "la frontera".'Solo quedan dos cárteles en México' asegura un alto funcionario. Leer más aquí.
A partir de ahí, el asfalto del camino da paso a caminos de tierra llenos de zanjas que desafían al conductor más experimentado. Debemos serpentear a través de grandes campos de matorrales y de una monotonía sólo interrumpida por una escasa población de altos cactus.'Muchos de mis compañeros seguirían con vida el día hoy'.
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Los habitantes del lugar recuerdan y aseguran que un convoy de 50 vehículos estatales y de otras fuerzas pasaron por la zona de los Templarios a principios de 2014, y ellos fueron quienes destrozaron el santuario de Nazario Moreno mientras cruzaban por ahí. Ahora el lugar está plagado de balas, vidrios rotos y desechos que cubren el suelo. La estatua de oro del narco-santo también es cosa del pasado.En marzo de 2014, el gobierno de Enrique Peña Nieto aseguró que ahora sí se había acabado con la vida de este narcotraficante en un enfrentamiento con fuerzas oficiales; y más adelante, cuando el gobierno arrestó al segundo al mando, Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, en marzo de 2015, proclamaron haber acabado con los Templarios.Pero los hombres armados del cártel, bajo el mando de Luis y establecidos en una aldea de 20 chozas al final del camino, cuentan una historia distinta mientras pasan el rato en una fiesta de cumpleaños y beben cerveza escuchando música en vivo.'Esto se arreglará cuando llegue el momento'.
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Esta es la razón por la que el equipo duerme en un campamento itinerante justo afuera de la aldea. También explica por qué toman sus cosas y se alistan para salir de la fortaleza tan pronto como el radio de Luis arroja un reporte sobre disparos en una comunidad cercana.Tales enfrentamientos no se comparan con las ofensivas a muerte que alcanzaron un pico cuando La Familia se separó y se formaron los Templarios en 2010, o cuando las autodefensas se enfrentaron a éstos últimos en 2013 y 2014.Sin embargo, las muertes son un reto constante para las declaraciones del gobierno, que asegura que Tierra Caliente ha dejado atrás la violencia. Son también un recordatorio de que las líneas divisorias entre los miembros de los cárteles, exmiembros y autodefensas son casi siempre difusas.El caso de Pancho es una clara muestra de cuan delgada puede ser la línea entre buenos y malos, entre los autodenominados combatientes por la libertad y los narcos.Él dice que abandonó los Templarios porque se hartó del sofocante autoritarismo de los líderes del cártel. Cuenta que se unió al movimiento de las autodefensas cuando comenzó a parecer lo suficientemente fuerte para enfrentar al cártel.Tortillas y cárteles: cómo se metió el narco hasta los tacos de México. Leer más aquí.
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Los Viagras es un grupo criminal independiente que tiende a aliarse con cualquiera que sea la principal organización criminal en Tierra Caliente: Zetas, La Familia, o Templarios. En el intermedio, también se volvieron el escuadrón anti-Templario más importante del gobierno federal, aunque el pacto parece haber desaparecido, y Los Viagras regresaron a ser socios de los Templarios.Pero a pesar de que el grupo narco, convertido en autodefensa, se queja de no poder contar con la Policía Federal ni con el Ejército para que apoyen su batalla para mantener lejos a los Templarios y a los Viagras, sí les da crédito por saber "quién es bueno y quién es malo".Esto incluye darle a su grupo luz verde para contratar escuadrones de 10 hombres armados para proteger a las firmas agricultoras, a fin de asegurar que el pasado no regrese. Pero esto también significa la creación de un tipo de grupo armado privado con 350 miembros que están en una zona gris de ilegalidad, rendición de cuentas y violencia, que desenmascara la mentira de que Michoacán está en camino de restablecer el Estado de Derecho.Estamos perdiendo la guerra contra los cárteles, opinan 8 de cada 10 mexicanos. Leer más aquí.
Pancho insiste en que su grupo no tiene ninguna intención de remplazar al Estado, y mucho menos de disparar en su contra.Aún así, otras fuentes lo ponen a él y a su grupo justo en el centro de una cruenta batalla por el territorio y las rutas para traficar droga que mantienen a la baja, pero constante, la cifra de asesinatos y el hallazgo de cuerpos mutilados en las calles de Michoacán.Cualquiera que sea su rol en el juego actual de sondear las debilidades de los otros grupos armados, incluyendo a las fuerzas del estado, Pancho mantiene un tono sereno a lo largo de la entrevista. Esto hasta que hablamos de los planes del gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, para desarmar a los autoproclamados grupos de autodefensas, como el de él."Al hombre le importa una mierda", dice sobre el plan del gobernador. "Con una sola patrulla y cuatro oficiales, ¿vas a protegerme, a mi familia, mi casa, a mi esposa? No puedes".Un gatillero, presunto miembro de los Viagras, asesinó a un primo de Pancho cuando cargaba gasolina, dos días después de haber hablado para este reportaje. Él era el tercer familiar cercano del autodefensa asesinado este año.Sigue a VICE News En Español en Twitter:_ _@VICENewsEsSigue a Falko Ernst en Twitter: falko_ernst'¿Vas a protegerme, a mi familia, mi casa, a mi esposa? No puedes'.