Imagen vía Andreas Gebert/EPA
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Las alteraciones de los patrones del sueño, incluso las más pequeñas, pueden tener efectos graves en la salud, de acuerdo con los investigadores como Amneet Sandhu, de la Universidad de Colorado quien habló con Reuters en 2014."Nuestro estudio demuestra que los cambios repentinos en el sueño, incluso los menores, podrían tener efectos perjudiciales".El estudio elaborado con datos recabados en el hospital de Michigan, en la costa este de Estados Unidos, reflejó un aumento del 25 por ciento en los infartos al lunes siguiente de entrar en vigor el horario de verano.Este horario— el cual termina hasta el otoño— fue ampliamente adoptado durante la Segunda Guerra Mundial como una medida para ahorrar energía. La lógica en ese entonces, era que la gente utilizaría menos energía eléctrica para iluminar sus hogares ya que la luz del día duraría más.Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsEs