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Así es como este lago canadiense se cayó por un precipicio y desapareció

En un vídeo publicado por las autoridades locales de los territorios del Noroeste del Canadá, se observa cómo el lago desborda el frágil muro de contención que lo soporta.
Scott Zolkos, University of Alberta
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Después de varias décadas de imparable calentamiento y de ascenso de las temperaturas, los territorio del noroeste canadiense padecieron en cuestión de dos horas unas inundaciones catastróficas. Un pequeño lago elevado terminó entonces por resquebrajar su herrumbrosa orilla y precipitar decenas de miles de metros cúbicos de agua sobre el valle que descansaba a sus pies.

En un vídeo publicado el pasado miércoles por la autoridad territorial que supervisa las depresiones geológicas (NWT en sus siglas inglesas), se puede observar cómo las aguas del lago invaden un muro de contención debilitado por el permacongelamiento, y terminan por precipitarse desde un altura de cinco plantas, como una auténtica cascada.

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El lago, que nunca ha sido bautizado, se elevaba sobre las escarpadas alturas de la aldea ártica de Fort McPherson. El agua desbocada generó entonces una corriente de varios kilómetros que se derramó como una espectacular cascada escombros rumbo al delta del río Mackenzie. El agua arrastró consigo una oleada de deshechos y de barro que sepultó dos kilómetros de paisaje alpino. La estación geológica que controla los desprendimientos en la zona la NWT Geological Survey, ya había advertido en junio que el lago "se desprendería catastróficamente durante 2015". Por fortuna, los aborígenes asentados en las inmediaciones salieron indemnes de las inundaciones.

Sin embargo, un geólogo que ha estado investigando el lago, está convencido de que el desprendimiento es tan solo un pequeño ejemplo de lo que se avecina. Según él, mientras la Conferencia sobre Cambio Climático de Naciones Unidas, se está celebrando en París, los devastadores efectos del calentamiento global están alterado el rostro de los territorios del Norte.

"Cuando la gente piensa en el cambio climático, se escuchan muchos vaticinios, muchos intentos de recortar el aumento de las temperaturas a un máximo de 1 o 2 grados centígrados, durante los próximos 50 o 100 años", cuenta a VICE News Michael Pisaric, de la universidad de Brock. "Este es solo un pequeño ejemplo de los cambios que está experimentando el planeta, pequeños fenómenos que son suficientes para desencadenar episodios de lo más dramáticos en las regiones planetarias del norte".

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El lago, de 1,5 hectáreas, es una de las víctimas del calentamiento global, un fenómeno que ya ha provocado cambios medioambientales significativos en Alaska, Siberia y en el norte del Canadá. Al igual que sucede en muchas partes de la región, el terreno que envuelve Fort McPherson está cubierto por un corteza de hielo permanentemente. A menudo se trata de láminas que pueden alcanzar los 30 centímetros de espesor. El hielo quedó incrustado bajo la superficie hace cientos de miles de años, durante el repliegue de la capa de hielo Laurentino. Sin embargo, a lo largo de los últimos años, el calentamiento de las temperaturas y las fuertes lluvias han acelerado el derretimiento. A día de hoy el paisaje está surcado por enormes depresiones de tierra y por decenas de cráteres de diámetros nada sutiles.

El proceso que ha provocado la desintegración del lago se conoce como ablandamiento del permacongelamiento. Se produce cuando la lluvia y el calor derriten las capas de hielo hasta descubrir un suelo que había estado congelado durante siglos y sus sedimentos. Estos serán paulatinamente arrastrados hasta descubrir más hielo, arrancando un ciclo que en cuestión de décadas o, incluso, de años, puede devorar colinas enteras. Una solo depresión geológica de tal calibre es capaz de desplazar alrededor de 10 millones de metros cúbicos de hielo y sedimentos — una cantidad suficiente como para llenar el campo del Barça cinco veces. El flujo de sus riadas de escombros puede generar grandes piscinas de arenas movedizas, y, a menudo, los animales perecen en su densa marea.

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"Las depresiones que surcan el paisaje a día de hoy son mucho más abundantes y mucho mayores de lo que habían sido en los últimos años. De tal forma, los habitantes del norte son cada vez más conscientes del avance fortuito de las mismas", escribió en un comunicado la NWT.

El 15 de julio de este años, entre las 8 y la 9 de la noche, la capa de hielo que contenía la depresión cedió y entonces el lago se derrumbó. La subsiguiente cascada escupió una cantidad aproximada de 30.000 metros cúbicos de agua, una cantidad suficiente para llenar una docena de piscinas olímpicas. A pesar de que las cámaras apostadas en la distancia registraron el desprendimiento, la remota ubicación de Fort McPherson, situado a casi 2.500 kilómetros al norte de Vancouver, provocó que las noticias de lo ocurrido solo se comprobarán varias semanas después de la catástrofe.

A finales de julio, VICE News y otras muchas publicaciones informaron que el desprendimiento del lago estaba a punto de producirse. En realidad, ya se había producido. Fue una semana antes.

El avance de la corriente del lago. Imagen por Michael Piscaric, Universidad de Brock.

Sucede que la NWT no había informado del desprendimiento al público general hasta el pasado miércoles. Pisaric, que no trabaja para el gobierno local pero que fue quien evitó que la marea se llevará la cámara por delante, ha asegurado que la noticia se ha contenido para ayudar a que los miembros de la tribu de los Kutchin, que son vecinos de la zona, a lidiar con el problema antes de que este trascendiera. Por su parte, Steve Kokelj, un científico que trabaja para la NWT, ha asegurado que si la noticia no había trascendido en cuatro meses, era solo porque era necesario escrutar la superficie científicamente para recolectar datos, y porque lo primero había consistido en trabajar con las comunidades afectadas y en asegurarse de reconstruir el paisaje.

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"El vídeo es interesante, aunque lo cierto es que el desprendimiento es solo una consecuencia de la intensificación de todo este proceso", ha contado Kokelj en una entrevista.

La otra parte restante del lago podría desprenderse mientras la nueva capa de hielo empieza a derretirse, de manera que el gobierno local ha advertido a los vecinos que se mantengan alejado de la zona. Otras muchas depresiones siguen avanzando y alterando el paisaje de la zona. Su flujo está cubriendo y embozando de sedimentos muchos arroyuelos. Los científicos que han analizado el fenómeno aseguran que estos tienen un fuerte efecto negativo en la ecología acuática de la zona. Según Pisaric, los cambios están despertando una profunda ansiedda entre los miembros de la tribu Kutchin y muchas comunidades del norte del país están siendo contagiadas por la misma inquietud.

"Las consecuencias del cambio climático en los territorios del norte se están fraguando desde otros rincones del planeta, y tanto estas tierras como la gente que vive en ellas, están siendo las víctimas de lo que sucede a miles de kilómetros de su hábitat natural", sentencia el profesor.

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