Imagen por Chris Goodney/Getty Images
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Privacidad vulnerada sin orden judicial
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El primer año de cada "metadato" se guarda en una plataforma electrónica para consulta inmediata del gobierno, según lo estipula el artículo 190 que a la letra dice: "…que el concesionario debe conservar los datos en sistemas que permitan su consulta y entrega en tiempo real a las autoridades competentes". Ya en el segundo año, el gobierno debe pedir los datos a las empresas de telefonía, y se les debería entregar en menos de 48 horas.Por ley, quienes están facultados para pedir esa información son jefes policiacos y procuradores de justicia — o empleados que los jefes y procuradores designen para representarlos ante las empresas de telecomunicaciones.'El concesionario debe conservar los datos en sistemas que permitan su consulta y entrega en tiempo real a las autoridades competentes'.
A menos de tres meses de la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, el 5 de diciembre de 2014, las operadoras telefónicas alertaron públicamente sobre el riesgo que significa entregar datos personales a cualquier autoridad sin protocolos de seguridad."Desafortunadamente, con lo que está hoy en la ley, el director de Seguridad Pública de Iguala podría habernos pedido la geolocalización de todos ustedes [y estamos obligados a dárselo]", reclamó Miguel Calderón, vicepresidente de regulación de la compañía telefónica Movistar, frente a decenas de reporteros.El FBI insta a Apple a hackear el Iphone de un terrorista, pero la compañía se niega. Leer más aquí.
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El ejemplo del vicepresidente de Movistar muestra quién puede hoy, con la ley en la mano, conocer las llamadas de cualquiera: el jefe policiaco de Iguala actualmente está prófugo y acusado de entregar a 43 estudiantes al cártel Guerreros Unidos, quienes presuntamente habrían quemado a los normalistas en un basurero.El dato se hace escalofriante cuando se sabe que, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 25 estados hay jefes policiacos que han reprobado sus exámenes de control y confianza, es decir, se presume que están involucrados en actividades ilícitas. Y ellos tienen el derecho de meterse hasta el teléfono de cualquiera.'Desafortunadamente, con lo que está hoy en la ley, el director de Seguridad Pública de Iguala podría habernos pedido la geolocalización de todos ustedes'
Nunca te vas a enterar
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La sospecha de que la intervención de teléfonos está relacionada con algo más que perseguir criminales — como intimidar adversarios políticos, atacar a activistas de derechos humanos, perseguir periodistas incómodos o perjudicar a un ciudadano que se ha visto involucrado en un conflicto con alguien "influyente" — parece consolidarse cuando se mira la opacidad y facilidad con la que se obtienen los permisos para escuchar conversaciones."Es muy fácil para cualquier procurador abrir una averiguación previa por cualquier delito y geolocalizarte, mantener la investigación abierta y nadie se va a enterar que el gobierno sabe todo de ti y dónde estás, porque para eso no es necesaria una autorización de un juez y no tienes obligación de notificar a la persona investigada."A menos de que te acusen de un delito y en el juicio te presenten tus conversaciones como prueba, nunca te vas a enterar", asegura.'La PGR es sólo una de muchas autoridades que lleva a cabo intervenciones telefónicas privadas'.
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Ahora, la R3DMX libra una batalla legal para incluir en la Constitución una protección poco conocida en el país: el Derecho a la Notificación, es decir, que la ley obligue a la autoridad a avisarle a los ciudadanos que su línea telefónica fue intervenida y que fueron investigados con el argumento de perseguir un presunto delito, sea que los hayan encontrado culpables o inocentes."Hoy, legalmente, no hay nada que los obligue a notificarte. Nosotros estamos tratando de incluir ese derecho, pero es muy complicado. Hay muchos intereses en bloquear ese derecho", comenta Fernando. Y si la vía legal para intervenir un teléfono falla, existe una opción fuera de la ley.Este medio solicitó una entrevista con la PGR para conocer más información sobre el tema, pero fue rechazada bajo el argumento de que son los jueces quienes finalmente deciden otorgar, o no, una orden de intervención telefónica. "No es una acción discrecional", argumentó el área de Comunicación Social de la dependencia.'Hoy, legalmente, no hay nada que los obligue a notificarte (que has sido intervenido)'
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Alguien nos escucha
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"Se ha vuelto muy popular la compra de software y equipo de vigilancia que ya no requiere la colaboración de las autoridades. La adquisición masiva — y corrupta, probablemente — hace posible la infección de tu teléfono para espiarte remotamente."¿Cómo lo hacen? Por ejemplo, te mandan un mail falso y en el momento en que das clic a un archivo, ya pueden saber todo sobre ti. Además de que escuchan tus conversaciones, pueden encender tu micrófono sin que te des cuenta, prenden la cámara sin que te des cuenta, registran todo lo que tecleas, toman control absoluto", afirma Fernando.A mediados del año pasado, la empresa italiana Hacking Team tuvo una fuga de información interna que permitió a activistas de derechos digitales conocer que 16 gobiernos estatales y dependencias federales como la Policía Federal y Petróleos Mexicanos han pagado durante el sexenio anterior y el actual más de 100 millones de pesos (5,6 millones de dólares) por programas como "Remote Control System" — cuyo nombre clave es "Da Vinci" — que se instalan a distancia en teléfonos celulares y permiten extraer todo tipo de información privada.La compra y uso ilegal de estas herramientas ha llevado a México a ser el país-cliente número uno para Hacking Team, por encima de naciones como Rusia, Sudán o Uzbekistán, según se difundió y documentó en medios locales.'Se ha vuelto muy popular la compra de software y equipo de vigilancia'
Lo sabe bien Jesús Robles Maloof, activista de derechos humanos que ha defendido a presos políticos y es miembro de Enjambre Digital, una ONG que defiende la libertades de internet: "a mi me han intervenido, al menos, dos veces el teléfono. Es algo que desgraciadamente es muy común en este país"."¿Qué tan seguros podemos estar de que nadie nos está escuchando en este momento?", le pregunto y del otro lado de la línea de teléfono se instala un silencio incómodo."No podemos estar seguros. Lo más probable es que alguien nos escucha ahora mismo o nos va a escuchar hablar de esto".Sigue a Oscar Balderas en Twitter: @OscarBalmenSigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs