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Así subasta el gobierno de México el territorio indígena a las empresas ‘limpias’

Pueblos zapotecos, ikoots y mayas de Oaxaca y Yucatán no fueron consultados para la construcción de proyectos eólicos y solares en su territorio. La ONU y el Banco Interamericano de Desarrollo coinciden en que esos desarrollos afectan su vida...
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Pedro Joaquín Coldwell, secretario de Energía, inaugurando un parque eólico en 2015. (Imagen vía Cuartoscuro.com)
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El pasado miércoles, el gobierno de México, a través de la Secretaría de Energía, anunció que 23 empresas —nacionales y extranjeras— de 11 países construirán a largo plazo 36 centrales de generación de energía eólica, solar y geotérmica en varias regiones del país, para lo cual invertirán 4 mil millones de dólares.

Al dar los resultados de la subasta realizada en marzo pasado en la cual se presentaron 88 empresas, Pedro Joaquín Coldwell, ministro de Energía, dijo que el funcionamiento de esas centrales permitirá la generación de 2.871 megawatts a través de los distintos proyectos de "energías limpias".

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Sin embargo, pueblos indígenas del Sur y Golfo del país han rechazado la construcción de parques eólicos y acusan al gobierno de no tomarlos en cuenta para realizar proyectos en los que ven afectados su vida comunitaria.

En conferencia de prensa realizada en la Ciudad de México, Betina Cruz, integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo de Tehuantepec en Defensa de la Tierra y el Territorio, aseguró que para el parque eólico que se pretende construir en Juchitán, Oaxaca, llamado Gunna Sicaru [mujer bonita en lengua zapoteca], no se realizó ninguna consulta entre la comunidad para que fuera aprobado.

"Se violaron nuestros derechos como pueblos indígenas ikoots y zapotecas, porque de acuerdo con las leyes agrarias, para realizar este tipo de proyectos se debe hacer una asamblea entre la gente de la población, pero no se hizo, no se nos tomó en cuenta. Piensan apoderarse de nuestros recursos, porque para lo que nosotros es un bien, para ellos es una mercancía que pueden comerciar", dijo Cruz.

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Además, la defensora señala que incluso el propio nombre del proyecto les quita identidad, ya que se apodera de las palabras que utilizan comúnmente. "Para nosotros el viento es el medio en el que llegan las almas de nuestros seres queridos cada año en el Día de Muertos, ahora lo pretenden comercializar con el parque eólico, pero es parte de nuestra cultura".

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Betina Cruz afirma que en dicha región ya han sido instalados 25 parques eólicos —con más de 1.900 aerogeneradores— y que sólo en uno, en el de Eólica del Sur, el pueblo fue consultado para su operación.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) coincide con la activista. En un documento publicado el 14 de septiembre de este año, la institución financiera internacional señaló:" consideramos que efectivamente las comunidades indígenas del Istmo corren el riesgo de pérdida de identidad y costumbres".

Esa afirmación la hizo como parte de una investigación a un proyecto eólico que había financiado en 2011, llamado Mareña Renovables, también en Oaxaca. El proyecto está detenido y respecto a éste la institución dijo que, en particular, "el banco no parecía haber tomado medidas para asegurar el acceso a la barra para fines ceremoniales, ni tampoco tener consideraciones respecto a la cosmovisión de las comunidades indígenas y su vinculación con el agua".

El BID aseguró que hay una pérdida en el principio de gobernanza comunitaria, y que se genera una brecha entre beneficiarios de los proyectos [los que poseen la tierra] y los que no. "Sin embargo, no consideramos que esto pueda designarse como un daño directo del proyecto, sino en forma comprehensiva al intenso y rápido desarrollo eólico de la región del Istmo".

'Estamos dispuestos a defender nuestra casa, nuestro territorio'.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también se pronunció respecto a ese tipo de proyectos en México: para llevarlos a cabo —dice—, es necesario diseñar e implementar mecanismos efectivos de consulta con todos los actores, fortaleciendo una cultura de diálogo social.

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"En un país multicultural como México, este diálogo debe incluir, en particular, a los pueblos indígenas. Siguiendo las mejores prácticas, esta consulta debería tener lugar en la etapa más temprana de cualquier proyecto de desarrollo y debe asegurar que sea previa, libre e informada de acuerdo con los estándares internacionales", señaló la ONU.

Los proyectos de generación de energía por medio del viento, surgen como una alternativa para evitar contaminar la atmosfera con emisiones de dióxido de carbono, las cuales son frecuentes en las centrales nucleares. En ese sentido, los parques eólicos, en los que se instalan torres de aproximadamente 80 metros de altura, generan cerca del dos por ciento de la electricidad en el mundo.

"Sabemos que debemos de disminuir las emisiones de efecto invernadero. No es que estemos en contra de estos proyectos, sino de la manera en cómo se están implementando, esos parques eólicos deberían de ser de las comunidades", dijo Nashielli Valencia, también defensora del medio ambiente de la zona.

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En Ticul a 80 kilómetros al sur de Mérida, capital de Yucatán, estado del Golfo de México, se pretende realizar el segundo proyecto más grande de energía solar en América Latina, afirmó Pedro Regalado, indígena maya, integrante de la Articulación Social de Energías Renovables en ese estado.

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El ambientalista señaló que para ello utilizarán 5.000 hectáreas de la zona y la inversión correrá a cargo de empresarios de China y de la India.

"Hay un proyecto de extermino por parte del gobierno, nos quieren desaparecer, nos quieren acabar y una manera de hacerlo es arrebatándonos nuestro territorio. Están violando nuestros derechos colectivos consagrados en la Constitución", dijo Regalado.

Por ello, los indígenas mayas de Yucatán y los ikoots y zapotecos de Oaxaca están empezando a reunirse para intentar frenar, a través de la vía legal y la resistencia civil, los proyectos en aquellas comunidades indígenas que se ven amenazas.

"Estamos dispuestos a defender nuestra casa, nuestro territorio", finalizó Betina Cruz.

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