Aumenta la cifra de muertos en México después del ataque al helicóptero y se teme más violencia contra el cártel

Seis soldados mexicanos fallecieron el viernes pasado después de que el helicóptero del ejército en que volaban fuera derribado por un lanzagranadas. Se trata de uno de los balances de víctimas militares más elevado desde que Estados Unidos se sumara a la lucha contra la droga en el país.

El comisionado Nacional de Seguridad de México, Monte Alejandro Rubido había confirmado el lunes por la mañana que el número de víctimas del ataque había ascendido de tres a cinco. Ayer por la tarde informó que la cifra era de seis soldados muertos.

Horas después, el comisionado declaró en una entrevista radiofónica que el número total de fallecidos asciende a quince, una cifra que dobla la de siete muertos a la que se había referido inicialmente.

El comisionado Rubido dijo que se estaban llevando a cabo análisis de ADN entre los escombros encontrados después de que el helicóptero fuera atacado y forzado a realizar un aterrizaje de emergencia el pasado 1 de mayo a las 7 de la mañana.

El helicóptero, un Cougar de fabricación canadiense, transportaba a 18 pasajeros y se desplazaba junto a otros aparatos rumbo a una remota carretera que conecta las poblaciones de Casimiro Castillo y Villa Purificación, en el estado occidental de Jalisco. Los atacantes llegaron en un convoy de vehículos armados que abrió fuego contra los helicópteros.

Las autoridades informaron inicialmente que había tres pasajeros desaparecidos después del ataque con el lanzagranadas, que habría alcanzado una de las aspas del aparato. El incidente enseguida despertó la especulación de que podía tratarse de un intento por capturar al líder del cada vez más poderoso cártel de la droga Jalisco Nueva Generación.

Esa misma mañana el gobierno mexicano había lanzado oficialmente la llamada "Operación Jalisco", con el objetivo de desmantelar el cártel, conocido por sus siglas CJNG. Se trata de una de las organizaciones criminales que ha ejecutado algunos de los ataques más feroces contra las fuerzas de seguridad mexicanas en los últimos años.

Fue el principio de un día caótico en Jalisco y en otros tres estados al oeste de México.

Presuntos miembros del cartel dispusieron 39 narcobloqueos entre Colima y Nayarit, en un ataque coordinado que se desplegó hasta Guadalajara, la segunda ciudad más grande de México, y que también alcanzó al complejo turístico de Puerto Vallarta.

Se quemaron gasolineras y bancos y al menos 19 personas fueron arrestadas, según declaró Rubido el lunes. Las emisoras locales han descrito el ataque como el peor estallido de narcobloqueos en Jalisco desde la irrupción del cartel de Nueva Generación en 2010.

Al final del día, la cifra de muertos era de, al menos, siete. El lunes por la tarde, sin embargo, el gobierno comunicó que el balance era de 15 fallecidos — ocho serían presuntos miembros del cartel, un agente de la policía judicial y seis soldados.

Luis Carlos Nájera, fiscal general del Estado de Jalisco, describió el ataque del cártel del viernes como un acto de "puro terrorismo", en una entrevista radiofónica concedida el lunes. "No podemos dejar que estos terroristas amedrenten a un estado", dijo el abogado.

Ninguno de los líderes del cartel fue detenido, había afirmado Rubido. El jefe de la organización, Nemesio Oceguera Cervantes, conocido popularmente como "El Mencho" continúa en paradero desconocido.

El cártel de Jalisco Nueva Generación está aterrorizando a los ciudadanos al oeste de México. Ver más aquí.

El episodio de violencia del viernes en Jalisco ha dejado uno de los peores balances de muertos entre los militares mexicanos desde que arrancara la guerra contra la droga a finales de 2006. En junio de 2010, 11 soldados murieron después de que el helicóptero militar en que viajaban cayera en el estado de Durango. No hubo ningún ataque y el siniestro fue achacado a las malas condiciones meteorológicas.

Alejandro Hope, un experto en seguridad de Ciudad de México, afirmó que es muy probable que el pasado 1 de mayo el gobierno mexicano hubiese estado muy cerca de capturar al líder del CJNG, lo que explicaría la virulenta reacción del grupo a lo largo de una inmensa franja del oeste del país. Los ataques también demostraron que la infraestructura del cartel Nueva Generación está intacta y muy bien organizada, añadió.

"Para cuando agarran al Chapo, no había reacción de nadie", dijo Hope a VICE News. "Para el ejercito va a ser más personal".

La operación del gobierno en contra del CJNG va a multiplicarse, aseguró Rubido.

"Sí habrá una significativa fuerza del Estado mexicano en la búsqueda de estos delincuentes", declaró el comisionado en una entrevista telefónica concedida a la emisora televisiva Canal 2. "Sin embargo no podemos descartar que haya sucesos, no de ese tamaño, pero sí sucesos similares en la eventualidad de una acción en contra de los líderes del grupo delincuencial".

El presentador de televisión Carlos Loret de Mola le preguntó a Rubido si creía que el gobierno estaba ganando la guerra contra los cárteles, a lo que el comisionado Nacional de Seguridad respondió diciendo que la estrategia para capturar a los líderes del cártel estaba siendo exitosa por todo el país.

La administración del presidente Enrique Peña-Nieto ha capturado, dede febrero de 2014, al líder del cartel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, considerado uno de los jefes del narcotráfico más poderoso en la historia de México; además de al líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, también conocido como "La Tuta", entre otros.

"Yo no hablaría de una guerra" dijo Rubido. "A todos los grupos delincuenciales, sin excepción, se les ha pegado en sus principales cabezas".

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Duncan Tucker contribuyó en este artículo. Sigue a Daniel Hernandez en Twitter @longdrivesouth.