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Refugiada en España: ‘Ayudadnos a hacer presión para que caiga Al-Assad y podamos volver’

Hablamos con Shahd Zaroor, una refugiada siria que está cursando estudios de Arquitectura en Barcelona. La suya es una de las muchas historias de exilio de personas venidas de este país de Oriente Próximo.
Shahd en los pasillos de su universidad. (Imagen por Quique Badia).

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Shahd Zaroor sale de clase a las 7 y media de la tarde. Para el que no la conozca, es una estudiante de Arquitectura más, con la carpeta con el logotipo de su universidad barcelonesa bajo el brazo. Una alumna de intercambio, como mucho.

Pero la suya es una historia de exilio: tuvo que huir de Homs a España, la tercera ciudad más poblada de Siria, el verano de 2013, ante el creciente deterioro de la situación en el país.

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"Antes de la guerra hacía el trayecto hacia mi universidad en 15 minutos de coche. Luego, para hacer esta misma ruta, tenía que levantarme a las 6 de la mañana para llegar a la clase de las doce", relata la joven de 23 años, nacida el 15 de marzo, el mismo día en el que empezó la revolución contra el partido Baaz. Entonces Zaroor vivía en una zona residencial nueva y alejada del centro de la ciudad.

Cuenta que, antes del inicio del conflicto, ella no estaba implicada en política. Oía comentarios en la familia sobre la represión del régimen, pero poco más. Su vida era la de una estudiante de bachillerato cualquiera en el extremo opuesto del Mediterráneo.

Luego vinieron las manifestaciones antigubernamentales de 2011, que muchas veces acababan a sangre y fuego. A medida que las protestas escalaron, efectivos del recién nacido Ejército Libre de Siria, formado por elementos disidentes del ejército sirio, empezaron a protegerlas.

Shahd explica que ella y su hermana participaban de éstas a escondidas de su madre, y que debían cubrirse el rostro para evitar delaciones de sus vecinos.

Un año después, en 2012, una bomba cayó donde vivían sus primos y sus tíos por parte de padre. Zaroor asegura que cuando los vecinos fueron a ayudar el régimen lanzó otro artefacto. Murieron dos de sus primos: uno tenía 16 y el otro 32 años. Esto la condujo a tomar parte de la Media Luna Roja como voluntaria paramédica. Todo ello sin dejar sus estudios de Arquitectura.

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A Homs la llamaron "capital de la revolución", un título que pagó a un precio muy alto. Imágenes de vídeo desde un dron de la productora Rusia Works muestran la devastación provocada tras cuatro años de conflicto. El periódico catalán ARA sentó a Shahd y a uno de sus profesores ante este metraje para hablar de la reconstrucción de su ciudad.

Shahd junto al profesor de urbanismo Manuel Franco hablando de la reconstrucción de Homs. Vídeo vía ARA.

Este 'Youth Hostel' que alberga refugiados evidencia las carencias de España en materia de acogida. Leer más aquí.

2013 fue el año de la partida. Un supuesto ataque con armas químicas en la zona de Guta oriental, cerca de Damasco, llevó al tío de Shahd a pedirle que abandonara el país sin falta. Él huyó de Siria en los 80, en los años en que Hafez al-Assad, padre del actual presidente, gobernaba el país. En 1982, el entonces jefe de estado sirio aplastó una rebelión suní de los Hermanos Musulmanes asesinando a 20.000 personas en Hama.

Conseguir los visados no fue fácil. Hasta dos veces se los denegaron. Tuvieron que pedirlos en Beirut, una ciudad que antes de la guerra estaba a 2 horas en coche, pero que, en pleno conflicto, el mismo viaje hacia ahí requería 10 horas. Y llevar una buena suma de dinero encima para pagar los sobornos correspondientes.

Shahd, su madre y sus dos hermanas tomaron un avión desde Beirut hasta Barcelona con escala en Egipto. Ella cuenta que en los primeros días de su estancia creyeron que se trataría de una estancia temporal, de no más de tres meses. Luego se dieron cuenta de que no sería así.

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Más de la mitad de la población siria se ha visto desplazada, dentro y fuera del país. En un comunicado reciente, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se refiere al conflicto sirio como "la mayor crisis de refugiados y desplazamiento de nuestro tiempo".

Tras cinco años de guerra 4,8 millones de refugiados se han establecido en países vecinos, cientos de miles en la Unión Europea (UE) y 6,6 millones se han desplazado dentro del propio país. En Siria vivían 20 millones de personas, antes de las hostilidades.

VICE News conoció a Tamer Karim en un youth hostel barcelonés unas semanas atrás. Karim, de 57 años, emprendió un viaje desde Izmir a Grecia y cruzó la ruta de los Balcanes. Tiene documentados cuidadosamente en una libreta todos los nombres y lugares en los que ha estado, y en su cámara compacta guarda fotos de todo el trayecto.

Columna de refugiados en Macedonia. (Imagen por Tamer Karim).

Su historia muestra las carencias de España en materia de acogida, pues el sirio, natural de Alepo, vive hoy en un albergue a la espera de que se adecue en Barcelona un espacio para los solicitantes de asilo como él. Shahd denuncia carencias parecidas.

Tuvo que aprender español de forma autodidacta, primero con su tío y luego mediante vídeos de Youtube, a pesar de que requirió a Cruz Roja tomar clases de esta lengua, de acuerdo a lo que cuenta la joven, mientras sus manos imitan un ruego. Una asistencia que la organización humanitaria debe proveer para garantizar su integración.

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Zaroor señala otros tantos perjuicios en ese sentido: para poder percibir la asignación de 50 euros que reciben los solicitantes de asilo debían irse de casa de su tío a lo que ella denomina un "campo de refugiados" en La Rioja y Valencia.

Entre los agravios enumera, también, incumplimientos de promesas, tal como el abono de dos meses de una ayuda para pagar un alquiler. Pero ella se siente afortunada. Sabe que podría ser mucho peor. De hecho, recuerda como la administración de su facultad le ayudó con el papeleo. Debía contar con un permiso de su embajada, dependiente del régimen, un requerimiento que se obvió.

Hablar de la gestión de la crisis de refugiados enciende a Shahd. "Ha cambiado la forma cómo vemos a Europa", lamenta. Volver no es una opción. Médicos Sin Fronteras (MSF) recuerda en un informe difundido hace pocos días el bombardeo en un patio de recreo que segó 24 vidas, casi todas de mujeres y niños. "Nadie huye de un país porque quiere. La mayoría de desplazados siguen en Siria o en Turquía porque esperan volver", sostiene Zaroor.

Una solución para Shahd: "Si queréis ayudarnos haced presión para que caiga Al-Assad y así podamos volver".

España y la UE dan la espalda a las Ciudades Refugio, pero ellas no se rinden. Leer más aquí.

Sigue a Quique Badia en Twitter: @qbadiamasoni

Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsES