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Opinion

La batalla que viene: qué representa Trump para latinos, inmigrantes y 'progres'

La deportación de más de un millón de jóvenes y el final del programa de salud conocido como Obamacare son algunas de las amenazas que enfrentan estas comunidades que ya se preparan para la lucha política que haga contrapeso al gobierno republicano.
Imagen por Tracie Van Auken/EPA

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A Yolanda Varela le tiembla la voz. Son las ocho de la mañana y está en su auto, haciendo una transmisión de Facebook live. Tras hablar de la difícil noche electoral, invita a quienes la están viendo a la acción. "En dos años hay elecciones intermedias. Podemos trabajar desde ahora, buscar a nuestros candidatos al Congreso, para que en 2018 tengamos a otras personas que hagan contrapeso a Donald Trump".

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No han pasado ni doce horas desde que se anunció al ganador de la elección presidencial, y esta profesora del Sur de California ya está pensando en los pasos que siguen. Su mensaje no me sorprende, porque desde la madrugada muchos otros empezaron a llegar. En Los Angeles se ha convocado a una "marcha contra el odio". Un grupo nacional invita a la gente a hacer eventos "para charlar y acompañarnos". Una organización proinmigrante recuerda que California ha superado con éxito leyes antiinmigrantes como la Propuesta 187.

Durante la noche mi página de Facebook se llena de los mensajes de jóvenes indocumentados, de líderes comunitarios, de amigos. El común denominador es la palabra "fight". "We keep fighting", dice una chica. "Llevo toda mi vida indocumentada, mis padres tienen más de veinte años luchando por una vida mejor para nosotros", dice otra joven que está en un proceso judicial para quedarse en el país. "No voy a hacer nada que no haya hecho antes. Estoy lista para pelear".

Por la mañana, tras el mensaje público de Hillary Clinton, su frase, ahora histórica, se repite una y otra vez: "Never stop believing that fighting for what's right is worth it" [Nunca dejes de creer que luchar por lo que es correcto vale la pena]. Todos están convencidos de ello.

Imagen por Michael Nelson/EPA

No será una batalla fácil. Es sabido que desde el inicio de su campaña Donald Trump convirtió en blanco de sus ataques a los mexicanos y a los inmigrantes. La promesa del muro en la frontera, símbolo de intolerancia y pretexto para el racismo, fue tal vez la "amenaza" más visible. Sin embargo, una serie de retos más inmediatos se asoman para la comunidad estadounidense en general, y para la comunidad latina e inmigrante en particular.

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Tal vez el más urgente sea DACA. Esta medida, una acción ejecutiva anunciada por Barack Obama en 2012, fue creada para proteger contra la deportación a cerca de un millón y medio de jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo menores de edad, otorgándoles un permiso de trabajo temporal. Como no es una ley aprobada en el Congreso, el próximo presidente la puede echar atrás y los chicos hoy protegidos volverán a ser deportables. Trump ha dicho que lo hará.

Otro de los temas insignia de la campaña Trump fue el programa de salud conocido como Obamacare. Si el presidente electo cumple con su promesa de echarlo atrás, los 11 millones de beneficiarios que hoy cuentan con un seguro de salud gracias a él volverían a quedar desprotegidos.

Trump, Mister President: el discurso racista llega a la Casa Blanca. Leer más aquí.

La tercera amenaza es para Planned Parenthood, el programa de salud reproductiva que recibe fondos federales, y que las alas conservadoras han buscado cerrar debido a que ofrece métodos anticonceptivos e interrupción del embarazo a personas de bajos recursos. Tanto Obamacare como Planned Parenthood tienen entre sus beneficiarios a personas de minorías étnicas, entre ellos un buen número de inmigrantes y latinos.

En cuanto a las acciones legislativas por venir, el panorama no es más alentador. Con un Congreso completamente republicano, y la facultad para nominar al juez que falta en la Suprema Corte de Justicia, Trump podría promover o aceptar iniciativas que impliquen cambios en las leyes vigentes sobre la interrupción del embarazo o los matrimonios igualitarios. Y desde luego, la perspectiva de una reforma migratoria por el momento resulta lejana.

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A la nueva estructura política del próximo gobierno, se suma el clima social que dejó una campaña divisiva y dolorosa. La victoria de Trump puede ser interpretada en algunos sectores como una legitimación de los discursos antiinmigrantes, del uso de armas, el acoso verbal o incluso físico para algunas minorías. Entre las familias latinas empiezan a escucharse las anécdotas de niños que, tras escuchar las noticias, han dicho temer porque los van a enviar a México, aun cuando muchos nacieron en Estados Unidos.

Imagen por Michael Nelson/EPA.

La madrugada del 9 de noviembre ha sido tal vez una de las más largas para cientos de miles de latinos, inmigrantes, activistas y gente de izquierda en este país; pero el duelo deberá ser corto: la batalla que viene no les dará tregua.

*Eileen Truax es periodista mexicana y vive en Los Angeles desde 2004. Escribe sobre migración, política y relación México-EE. UU. Sus historias se han publicado los diarios El Universal, Reforma, La Opinión, Hoy Los Ángeles, y en las revistas Gatopardo, Proceso, Reforma, Newsweek, y Ñ, entre otras.

Es autora de Dreamers, la lucha de una generación por su sueño Americano (Océano, 2013). Su próximo libro, sobre exilio y asilo político en Estados Unidos, será publicado en 2017.

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