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EXCLUSIVA: Hablamos con Chelsea Manning después que su operación de cambio de sexo haya sido autorizada

La activista condenada a 35 años de prisión por sus filtraciones a WikiLeaks intentó suicidarse hace dos meses por el estancamiento de su batalla legal para cambiarse de sexo.
(via US Army)

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Chelsea Manning se ha mostrado completamente sorprendida después de enterarse de que el ejército de Estados Unidos haya aprobado su solicitud para someterse a una operación de cambio de sexo.

"Es una noticia fantástica", ha expresado Chelsea Manning en respuesta al cuestionario que VICE News le ha hecho llegar vía correo electrónico. Manning ha dictado sus respuestas por teléfono al voluntario que gestiona su perfil de Twitter. "Llevo toda la vida luchando por la dignidad, el respeto y una asistencia médica adecuada", ha relatado desde la prisión de Forth Leavenworth, en Kansas, en la que cumple su condena.

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Saber que podrá someterse a su tan ansiada operación mientras sirve su sentencia de 35 años en una prisión militar "me ha quitado un enorme peso de encima", ha contado la estadounidense.

La exanalista de inteligencia e informante estadounidense ha puesto fin a la huelga de hambre en la que se declaró hace cinco días tras conocer la noticia. Manning había dejado de ingerir alimentos para exigir se tratada de su disforia de género. La operación ha sido propuesta para el próximo mes de abril, por mucho que lo más probable es que tarde años en celebrarse.

"Por mucho que deseo ardientemente que la operación avance, también sé que no lo hará de manera instantánea", ha comentado la paciente. "Imagino que tendré que reunirme con un cirujano. Sé que no será algo que suceda de la noche a la mañana. Lo único que deseo es que el proceso no se demore durante años. Hasta entonces, tengo que seguir viviendo con el dolor y la humillación con los que he vivido hasta ahora". El abogado de Manning ha confirmado que la activista había recibido y respondido personalmente al formulario remitido por VICE News.

Nunca antes ningún recluso de ninguna de todas las cárceles federales o estatales de Estados Unidos había recibido la autorización necesaria para someterse a la operación de cambio de sexo. La decisión del ejército estadounidense de acogerse a las recomendaciones médicas formuladas por el doctor de Manning, significa un hecho histórico. Manning y sus abogados llevan mucho tiempo batallando contra el para conseguir lo que les acaba de ser concedido.

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Manning fue detenida en 2010 y recluida bajo custodia policial. Semanas después sería condenada por espionaje, entre otros cargos, después haber filtrado miles de documentos militares a la web de activismo político WikiLeaks. Entre los documentos filtrados por Manning se contaba el ya célebre vídeo "Irak war logs", en el que se observa un implacable bombardeo de la ciudad de Baghdad orquestado por las fuerzas aéreas estadounidenses. Manning fue sentenciada a 35 años de cárcel por un tribunal militar, una condena que cumple en la actualidad en los Cuarteles Disciplinarios de Fort Leavenworth, en Kansas.

El médico de Manning había recomendado que habida cuenta que su paciente padece un caso de disforia de género (la disconformidad con el género sexual con el que nació) debería de tener la oportunidad de elegir qué género sexual prefiere, y expresarlo libremente con actos tan inocuos como dejarse el pelo largo. Pero habida cuenta de que está retenida en unas dependencias destinadas únicamente para hombres, se la ha obligado a llevar el pelo corto.

"Yo me pregunto: ¿qué clase de riesgo para la seguridad puede acarrear llevar el pelo largo", cuenta Manning. "Me siento como si no me respetaran como mujer".

EXCLUSIVA: nos adentramos en la operación de Washington para hundir a Snowden. Leer más aquí.

A principios de este verano, Manning intentó suicidarse. Chase Strangio, un abogado de oficio del Sindicato LGBT Estadounidense para las Libertades Civiles y del proyecto SIDA, que se ha encargado de gestionar los múltiples frentes abiertos a los que se enfrenta la activista, anunció en su día que el intento de suicidio fue motivado por el estancamiento de sus demandas médicas. El ejército de Estados Unidos "habría perdido la solicitud de cambio de sexo en alguna suerte de agujero negro administrativo", explicó Strangio. "Y tal fue una de las puntillas para el deterioro de su salud mental".

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El ejército informó poco después del intento fallido de suicidio que estaba investigando el episodio y que valoraba denunciarlo como un caso de comportamiento negligente. En caso de que la acusación sea sostenida Manning podría ser sentenciada a ser confinada en régimen de aislamiento, o incluso a ser trasladada a una prisión de máxima seguridad, sino a ver ampliada la duración de su condena. La junta disciplinaria encargada de evaluar los comportamientos negligentes tiene previsto reunirse el próximo 20 de septiembre para deliberar.

La amenazante proximidad de la fecha de su audiencia ha sido la principal nube negra que se ha cernido sobre la celebración de la exanalista del ejército.

"Me cuesta mantener la calma", relata Manning. "Los cargos a los que me enfrento están relacionados con mi intento de suicidio. Lo más irónico del caso es que me derrumbé ante la falta de perspectivas de recibir tratamiento. Y ahora resulta que en menos de una semana podría ser sentenciada a una pena de aislamiento".

La organización activista Fight for the future ha puesto en circulación una petición online para pedir que Manning no sea sometida a la pena de aislamiento.

Según una encuesta publicada en 2014 por la universidad de Los Ángeles el 41 por ciento de los transgénero han intentado suicidarse en algún momento de sus vidas, una cifra infinitamente superior al promedio de suicidios en EEUU, actualmente situado en el 4,6 por ciento de toda la población. Sucede que más de dos tercios de los transgénero que intentaron suicidarse lo hicieron después de que sus solicitudes de tratamiento médico fueran denegadas.

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La victoria obtenida ayer por Manning no significa necesariamente que vaya a ser operada a corto plazo. Buena prueba de ello es el caso de Shiloh Quine, una reclusa transgénero, que consiguió hacer historia el año pasado después de que el estado de California aceptara su querella y pagar por la operación de cambio de sexo que reclamaba.

Quine, que sirve una condena a perpetuidad desde hace 35 años en una prisión masculina sigue esperando a ser operada.

Después del acuerdo que alcanzó Quine, California se convirtió en el primer estado estadounidense (y sigue siendo el único) en cambiar su política para afirmar que se debería permitir el sometimiento a una operación de cambio de sexo a los reclusos y reclusas transgénero cuando un médico así lo crea conveniente. Strangio ha comentado que si bien no existen precedentes legales en ninguno de los dos casos, las victorias obtenidas por Quine y Manning podrían ayudar a que casos similares corran la misma suerte en el futuro, creando una suerte de jurisprudencia.

La agencia de estadística de la Justicia estadounidense calcula que en 2012 había 3,200 presos transgénero en las cárceles federales del país. El gobierno federal publicó en marzo sus directrices en las que señala que las prisiones deberían considerar la identidad de género de sus reclusos y ocuparse de preservar su seguridad, y no solo de su sexo biológico, cuando decidan el destino en que deben de cumplir sus condenas. Si bien las directrices no son vinculantes legalmente, las mismas detallan minuciosamente cuál es la postura del gobierno federal respecto al destino de los reclusos transgénero.

"A muchos de nosotras y de nosotros no se nos ha permitido expresarnos", ha dicho Manning. "Seguiremos batallando en todos estos frentes, seguiremos luchando por que se nos trate adecuadamente y por que se nos reconozca por quienes somos", sentencia.

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