Imagen vía YhC/EPA
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Su nave hermana, el jet J-31, también podría comenzar a operar en el año 2019 para que China pueda competir con el F-35 de Estados Unidos.El nuevo J-20 y el J-31 representan un esfuerzo por parte del gobierno chino para dejar de usar jets de combate rusos, de los cuales ha dependido durante décadas, y así poder desarrollar una industria aeroespacial propia que pueda competir con los fabricantes americanos y europeos.En un reporte dirigido al Congreso de Estados Unidos, la Secretaría de Defensa afirma que el programa de jets de combate de China está dirigido a reforzar la defensa aérea del país asiático y fortalecer su capacidad para atacar bases aéreas e instalaciones en la región.Conoce a Satán 2, el nuevo 'juguete' nuclear de Vladimir Putin. Leer más aquí.
El primer vuelo del J-20 también causó polémica: su vuelo incitó la pregunta sobre si la aeronave se construyó con información robada por empleados subcontratados al ejército norteamericano.En 2015, el senador demócrata Joe Manchin cuestionó al subsecretario de Defensa, Bob Work, sobre lo que planeaba hacer el ejército de Estados Unidos respecto a las nuevas aeronaves de China. "Sabemos que el J-20 se asemeja bastante a nuestro F-22, y que el J-31 es muy similar a nuestro F-35", dijo el legislador, sugiriendo que el gobierno asiático tenía información clasificada del gobierno de Barack Obama.
Work aceptó que los chinos "han robado información de nuestros empleados de Defensa, lo que les ha ayudado a desarrollar sus proyectos", aunque añadió que desde entonces el gobierno norteamericano ha "reforzado" sus sistemas de seguridad.Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs