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Ciudad de México se perfila como el lugar más peligroso para los periodistas de América Latina

Las agresiones contra la prensa aumentan cada año y la impunidad prevalece en la mayoría de los casos, según un nuevo informe que este jueves publica la ONG Artículo 19 en México.
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Imagen por Leonardo Alvarez/Getty Images
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Ser periodista en la capital de México no es fácil, los reporteros que aquí laboran son violentados constantemente. El año pasado hubo por lo menos 67 ataques contra la prensa entre los cuales destacan un asesinato, agresiones y amenazas. Por lo anterior, la metrópoli se ubica en el top de la lista de las entidades más riesgosas para ejercer el periodismo en México, el país más peligroso para la prensa Latinoamericana.

La capital comparte la cifra con Veracruz, estado costero del Golfo de México, en el que también se registraron 67 agresiones a periodistas el año pasado, incluyendo tres asesinatos. Sin embargo, en los últimos siete años, se han documentado 302 agresiones contra comunicadores en la Ciudad de México, mientras que en Veracruz han sido 240 en el mismo periodo.

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Las cifras se asientan en el informe MIEDO (Medios, Impunidad, Estado, Democracia, Opacidad), publicado por la organización internacional de defensa de periodistas Artículo 19, el cual señala que 2015 ha sido el año más violento para la prensa mexicana, ya que se registró una agresión cada 22 horas en promedio.

8 muertes y 303 amenazas en 2015. ¿Quién protege a los periodistas mexicanos? Leer más aquí.

"En total se documentaron 397 agresiones, incluyendo siete asesinatos de periodistas. De éstas, 165 fueron cometidas por algún funcionario de gobierno, en su mayoría policías estatales, y 35 por miembros del crimen organizado. Esto representa un crecimiento de 21,8 por ciento, respecto a 2014, año en el que se contabilizaron 326", explica el documento.

Asimismo menciona que "la suma de ataques contra la prensa durante los tres primeros años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto (del 1 de diciembre de 2012 al 31 de diciembre de 2015) ascendió a 1.073 hechos documentados y representa más de la mitad del total de agresiones acumuladas entre 2009 y 2015 que en total suman 1.832.

Otros estados peligrosos para el ejercicio periodístico son Guerrero y Oaxaca. En el primero se registraron 56 agresiones contra la prensa el año pasado, y en el segundo fueron 35. Ambos estados vecinos ocupan el lugar tres y cuatro respecto a agresiones en los últimos siete años: Oaxaca contabilizó 154 y Guerrero 133 en ese periodo.

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Periodistas protestan en la Ciudad de México por el asesinato de Rubén Espinosa. (Imagen por Getty Images).

Lucía Vergara, oficial adjunto del programa de Comunicación de Artículo 19, comenta a VICE News que las agresiones en la Ciudad de México ocurren en eventos relacionados con protestas sociales, mientras que en Veracruz obedece a una crisis en materia de derechos humanos, en la que no sólo matan a periodistas sino también a ciudadanos en general, quienes están acorralados entre los funcionarios de gobierno y el crimen organizado.

"En ambos casos la impunidad prevalece. Se tienen mecanismos gubernamentales de protección a periodistas, instituciones de derechos humanos, y leyes que protegen la labor del reportero, pero no hay voluntad política del Estado para protegerlos. Es decir, la impunidad es un mensaje que da el Estado para que puedan continuar las agresiones a la prensa".

Sobre cómo Veracruz se convirtió en el estado más peligroso de México para los periodistas. Leer más aquí.

También considera que las redes de periodistas son importantes para difundir los ataques, y así los mismos reporteros se vuelven voz de sus colegas silenciados. "Con el silencio no sólo pierde el periodismo, sino la sociedad, y ganan aquellos sistemas que buscan imponer una sola voz", explica.

En el último año los periodistas de la Ciudad de México se han visto envueltos en varios tipos de agresiones. Desde censura y amenazas, hasta asesinatos.

El pasado 1 de agosto fue encontrado asesinado el fotoperiodista Rubén Espinosa en un departamento de la capital mexicana. Ahí también se hallaron los cadáveres de otras cuatro mujeres, una de ellas, Nadia Vera, activista defensora de derechos humanos. Tanto Rubén como Nadia había salido de Veracruz después de haber sido amenazados por funcionarios del gobernador Javier Duarte. Incluso, días antes de su asesinato habían responsabilizado al propio Duarte en caso de que sufrieran alguna agresión.

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Gabriela Rasgado, periodista de E-Consulta en Veracruz, menciona a VICE News que la violencia en ese estado no sólo se refleja en los asesinatos cometidos contra sus colegas, sino también por el acoso que sufren las reporteras en su labor diaria por, incluso, compañeros de los medios de comunicación.

Respecto a los riesgos que enfrenta por ser reportera en aquella región, comenta que a pesar de que su familia la intentó persuadir para dejar la profesión, su motivación para continuar con su trabajo es la responsabilidad que tiene con la sociedad. "La gente necesita estar enterada y saber qué hacen las esferas del poder en el país. Nosotros tenemos que informarla, para que construyan un nuevo panorama de las cosas, y así puedan tomar mejores decisiones; lo que me mantiene aquí es el sueño de que las cosas van a cambiar y el papel de los periodistas es contribuir a eso".

'La situación puede y debe mejorar, no sabes cuánto deseo que esto cambié'.

En ese sentido, señala que mientras sigan en el poder las mismas autoridades en su estado, en concreto el gobernador Javier Duarte, las cosas no van a cambiar. Menciona que los funcionarios de gobierno actúan con carta abierta contra los reporteros, los amenazan, los golpean, los desacreditan en redes sociales, e incluso hay casos en que los que se puede llegar hasta la muerte.

"El gobernador es símbolo de impunidad, pero tengo la esperanza de que la persona que llegué a su cargo, mejore las cosas y podamos confiar nuevamente en la justicia aquí. La situación puede y debe mejorar, no sabes cuánto deseo que esto cambié, los periodistas aquí vivimos con estrés diario y muchos compañeros están pensando incluso cual de ellos será el siguiente asesinado o agredido".

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Marcha en la Ciudad de México en contra de los ataques a la prensa. (Imagen por Miguel Tovar/Getty Images)

A pesar de este negro panorama, una luz de esperanza respecto a la impartición de justicia se dio el pasado 11 de marzo, cuando se anunció la detención de Benjamín Solís, exalcalde del municipio de Silao, ubicado en el estado de Guanajuato. A Solís se le vincula con la agresión que sufrió la reportera Karla Silva el 4 septiembre 2014. Ese día dos hombres entraron a la oficina de Karla y le dieron una golpiza que la llevó al hospital. Los tres hombres habrían sido enviados por el exalcalde por no estar de acuerdo con el trabajo periodístico de la reportera, en el que se evidenciaba su mala administración al frente del gobierno local.

Organizaciones sociales, de defensa de periodistas, y académicas celebraron el hecho "como algo histórico en un contexto donde los ataques contra las personas que ejercen la libertad de expresión permanecen en plena impunidad".

"Reconocemos el papel que ha jugado el gremio periodístico para impulsar el procesamiento del exalcalde y la búsqueda de justicia para Karla", señalaron.

Confirman la muerte de la periodista secuestrada en el estado mexicano de Veracruz. Leer más aquí.

Los ojos puestos en México

Varios organismos internacionales han llamado la atención sobre esta situación, uno de ellos es la Federación Internacional de Periodistas, que ubica a México como el país más peligroso en América Latina para los reporteros. Señala que desde 2011 y hasta octubre pasado habían sido asesinados 49 periodistas y trabajadores de los medios en dicho país. Por lo cual lanzaron la campaña #endimpunity 2015 que pretende responsabilizar a diferentes gobiernos de las cifras de impunidad registradas, y al mismo tiempo denunciar cualquier crimen en el que se atacó a periodistas y que no se haya castigado. La campaña pone énfasis en países como Filipinas, Ucrania, Yemen, y sobre todo México.

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Por otro lado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señala que los actos de violencia e intimidación que sufren los periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación, constituye el principal obstáculo para el ejercicio de la libertad de expresión en México.

'Los periodistas aquí vivimos con estrés diario y muchos compañeros están pensando incluso cual de ellos será el siguiente asesinado o agredido'.

Por ello, "la violencia y los altos índices de impunidad, hacen que la autocensura en muchos casos sea la alternativa para que los periodistas salvaguarden su integridad personal y su vida".

Asimismo, menciona que la violencia contra periodistas que se comete a causa del ejercicio de su profesión, no sólo afecta la voz de estas personas, en particular al violar su derecho a la libertad de expresión, sino que vulnera el derecho de las sociedades a buscar y recibir todo tipo de información e ideas de manera pacífica y libre.

En los hechos más recientes podemos mencionar el caso de una periodista capitalina que renunció a su trabajo hace dos días por haber sido censurada por el medio de comunicación al que pertenecía. Karen Cota, coordinadora de la unidad de periodismo de datos del periódico de circulación nacional Milenio, denunció que su reportaje "El [falso] éxito de la Cruzada contra el hambre", el cual presentaba, con base en documentos públicos, el fracaso de unos de los mayores programas sociales del gobierno federal, fue cambiado después de que Rosario Robles, secretaria de Estado responsable del inicio de dicho programa, hablará personalmente con Carlos Marín, director editorial de Milenio, en las propias instalaciones del medio de comunicación. El título del reportaje se cambió y mostró como un triunfo el programa gubernamental.

Finalmente una colaboradora de VICE Media sufrió en el Día Internacional de la Mujer una agresión sexual. Un hombre le subió el vestido y le bajó los calzones en la vía pública de la capital. Aunque el hecho aún se investiga y por tanto no se puede relacionar directamente con el ejercicio de su profesión, sí evidencia un clima de hostilidad hacia la mujer.

El suceso quedó grabado en video que después se mostró en redes sociales. Hasta el momento las autoridades no han detenido al agresor. No obstante, a pesar de recibir apoyo de ciudadanos a través de Twitter, Andrea fue insultada en su cuenta personal por varios sujetos que justificaron lo ocurrido, y otro, incluso, la amenazó de muerte por hacer pública su denuncia.

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