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ESPAÑA

Ciudades Refugio para solicitantes de asilo en España — ¿Solo si el Estado lo quiere?

Empieza a concretarse la propuesta de ciudad refugio en varias ciudades españolas mientras surgen dudas sobre su aplicabilidad.
Imagen vía Flickr

La ciudad española de Barcelona quiere ser ciudad refugio, y otras tantas pretenden sumarse a la iniciativa. También Madrid; la capital del estado. Una publicación en Facebook de la alcaldesa de la ciudad catalana, Ada Colau, ha desencadenado una reacción solidaria en varios consistorios, la mayoría gobernados por formaciones de izquierda y de nuevo cuño surgidas al calor de los últimos años de protestas ciudadanas en España.

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"Queremos ciudades comprometidas con los derechos humanos y con la vida, ciudades de las que sentirnos orgullosos", rezaba el texto de Colau, en el que reflexionaba sobre el miedo que subyace en el rechazo de una parte de la población a la llegada de los que escapan de sus países.

Publicación de Ada Colau en Facebook

Cuatro días después, lo que la misma alcaldesa reconocía como "la expresión de un deseo, una idea, un propósito", empezaba a tomar forma mediante una reunión llevada a cabo el martes con representantes de Asil.cat, la red de asociaciones que defienden el derecho de asilo en la comunidad autónoma de Cataluña. Así lo comunicó en Facebook:

Segunda publicación de Ada Colau

Además de anunciar la adhesión de otras corporaciones municipales, Colau anticipaba la creación de un censo con el que canalizar la oferta solidaria de familias que, según ella, se ofrecieron a acoger refugiados en sus casas.

"Hay que aprovechar esta corriente para que no caiga en saco roto: crearemos un censo de voluntarios y empezaremos a trabajar para canalizar esta energía ayudando a organizar redes, tanto de acogida para nuevos refugiados como de atención a los cientos que ya tenemos aquí, en situación muy precaria e invisibilizados", escribió la alcaldesa.

En Alemania existe una iniciativa llamada Refugees Welcome, una red en la que cerca de 800 personas — según datos del pasado abril — ofrecen sus casas para acoger a demandantes de asilo.

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"La reunión mantenida hoy con el Ayuntamiento de Barcelona ha consistido en una toma de contacto en la que la red Asil.cat ha trasladado un diagnóstico de la situación de asilo en Cataluña que esperemos que sirva para desarrollar planes de trabajo a largo plazo que permitan mejorar las capacidad de acogida de este colectivo tanto en Barcelona como en el conjunto de Cataluña, implicando a otras administraciones públicas que también tienen competencias en la materia", declaraban en una nota de prensa los colectivos que integran la red. Aunque en la última frase está el 'pero'.

"Al final es el Estado quien acaba aceptando una carta de invitación y es el Estado quien acaba decidiendo quien entra", recuerda Sergi Franch a VICE News, periodista que trabajó en Siria y que intentó llevar a dos refugiados a España para que se les concediera asilo político.

"No he podido solicitar el asilo político a nadie porque no se ha dado la situación de que ninguna de las personas a las que yo invité haya podido llegar a nuestras fronteras", sigue Franch, quien no entiende porque "teniendo contactos, teniendo una copia del pasaporte y hasta teniendo la capacidad de acogerlos y una carta de invitación en mano todo fuera tan problemático".

"Las cartas de invitación son personales y tienes que acreditar algún tipo de relación con esta persona. Si eres familiar existen más posibilidades de que se te conceda, pero si eres solo amigo es más difícil que prospere", lamenta Franch. "La proporción de solicitudes aceptadas es muy baja y si vienen por su lado pueden acabar en un Centro de Internamiento de Extranjeros. '¿Por qué crees que la gente se lanza al mar?'", asegura que le dijo un técnico de una oficina de ACNUR en Madrid.

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"Yo creo que el Ayuntamiento de Barcelona es una administración lo suficientemente potente como para que las otras administraciones la escuchen", opina a VICE News Pascale Coissard, portavoz de la Comissió Catalana d'Ajuda al Refugiat, asociada a la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y parte de Asil.cat.

"Es bueno que las ciudades se manifiesten a favor de los refugiados, aunque es obvio que es el estado quien tiene la potestad en materia de asilo", sigue Coissard. "Si el estado español no quiere acoger más gente, pues la ciudad de Barcelona no lo podrá hacer, pero es una buena herramienta de presión. Ejerce una presión interna a la que hay que sumar la que ejerce la Unión Europea".

"Una ciudad refugio es también mejorar las condiciones y dispositivos de acogida de las personas que ya tenemos aquí. Para nosotros lo más importante sería primero reforzar los dispositivos de acogida, antes que acoger a nuevas personas, o hacerlo en paralelo", propone la portavoz de CEAR.

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"No ha de instalarse la sensación de que no se puede hacer nada. Aquel que quiere ayudar al que está en la frontera de Macedonia a lo mejor tiene a un refugiado al lado de casa. Aunque el estado cumpliese con todo, aún así, seguiría haciendo falta que los vecinos echaran un cable", declara a VICE News Gema Sánchez, responsable de la Asociación Comisión Católica Española de Migraciones (ACCEM), también integrada en Asil.cat.

"La autorización a los refugiados para trabajar es un cartulina roja. Ve tú a pedir trabajo con una cartulina… Es importante que la gente de oportunidades de trabajo a los refugiados. No solo hay que abrir las puertas de una casa", opina Sánchez.

En ese sentido, el ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que ha ampliado la dotación del Servicio de Atención a los Inmigrantes, Extranjeros y Refugiados (SAIER) en 200.000 euros, su voluntad de dar "respuestas estables a largo plazo" y de crear una red europea de ciudades refugio. También exige al gobierno español que los recursos europeos que reciben en esta materia "lleguen directamente a las ciudades".

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