FYI.

This story is over 5 years old.

Estados Unidos

Trump y Clinton siguen arrasando en su camino a la batalla final por la Casa Blanca

Ayer se vivió un nuevo y definitivo episodio en la carrera presidencial a la Casa Blanca. El tercer Súper Martes de las primarias confirmó lo que ya apuntaban los anteriores, que la batalla es, más que nunca, cosa de dos: Hilary Clinton y Donald Trump.
Imagen por Peter Foley/EPA
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

El tercer gran Súper Martes de las primarias estadounidenses confirmó las peores pesadillas del establishment republicano. El ogro que lleva tres semanas privándoles del sueño, el candidato xenófobo y ultranacionalista Donald Trump, volvió a merendarse anoche a Ted Cruz, a Marco Rubio y a John Kasick. Florida, Illinois y Carolina del Norte confirmaron los peores presagios y se rindieron a los pies del monstruo multimillonario, que ya camina imperturbable hacia su nominación en el bando republicano.

Florida ha sido el escenario de la refriega más apasionante de la madrugada, y, posiblemente, de todas las primarias. Mucho antes de que el escrutinio haya alcanzado el 100 por ciento de los votos, los sondeos ya apuntaban a que Trump le sacaría nada menos que 20 puntos a la gran esperanza local, Marco Rubio. Al final han sido 18,7 humillantes puntos, que constituyen el enésimo correctivo infligido por el empresario teñido de rubio a sus débiles rivales. Florida es uno de los estados en los que el ganador se hace con el voto de todos los delegados en juego: nada menos que 99 más para el saco de Trump, cada vez más cerca de obtener los 1.237 necesarios para alzarse con la nominación definitiva en el bando de los insomnes republicanos.

Publicidad

Thank you, Florida! — Donald J. Trump (@realDonaldTrump)16 de marzo de 2016

"¡Gracias, Florida! #SuperMartes #HacerGrandeAEstadosUnidosDeNuevo #Trump2016".

Y lo cierto es que la victoria de Trump en Florida no ha sorprendido a nadie. El multimillonario lleva liderando todos los sondeos allí realizados desde principios de año. El último le confería ya la insultante ventaja de 20 puntos con la que ha aplastado a Rubio, un correctivo que supondrá, además, el tiro de gracia para su carrera presidencial. El candidato de origen latino ya había anunciado que pensaba jugárselo todo a un carta en su estado natal: o ganaba o hacía las maletas. Ha sido la crónica de una despedida anunciada.

"Estados Unidos necesita un movimiento conservador vibrante. Y este debe de apuntalarse sobre buenos principios y buenas ideas, no sobre el miedo ni el enfado", ha proclamado Rubio en su enésima velada referencia a la campaña de Donald Trump.

Rubio era la última esperanza del establishment conservador tras el descarrilamiento del proyecto presidencial del último miembro de los Bush, el pequeño y viejo de Jeb, el candidato que más dólares invirtió en su campaña, y uno de los primeros en retirarse.

Al igual que sucedió en las comparecencias anteriores, el discurso de aceptación de Rubio tras su enésima derrota, fue perturbado por los gritos de los seguidores de Trump. Mientras el senador se dirigía a sus votantes, un energúmeno elevó su voz para gritar: "¡Trump presidente!".

Publicidad

Rubio decidió enfrentarse al hombre del berrido y advertirle de que nadie iba a terminar golpeado durante uno de sus discursos, refiriéndose a Trump otra vez al recordar la noche en la que el multimillonario dijo que quería golpear en la cara a un manifestante. Los seguidores del candidato de origen latino se llevaron al energúmeno de la sala al grito de "¡Marco! ¡Marco! ¡Marco!".

La despedida de Rubio significa que ahora la carrera para la nominación republicana será cosa de tres candidatos, por mucho que solo haya uno que tenga algo que hacer. Trump enfilará la recta final de su apoteósica e inquietante campaña acompañado por las dos últimas comparsas republicanas: John Kasich y Ted Cruz. Ambos se han reivindicado como la mejor alternativa a Trump, aunque sus resultados, hasta la fecha, no suponen ninguna amenaza para la futura coronación del candidato más bochornoso e histriónico que el partido republicano ha tenido en muchos años, sino en toda su historia

Trump también ha arrasado esta madrugada en Illinois y en Carolina del Norte. El multimillonario ha sacado 10 puntos de ventaja a Cruz en Illinois, mientras que en Carolina del Norte la batalla ha estado mucho más reñida. Allí el monstruo de la construcción se ha impuesto por solo tres puntos a Ted Cruz.

John Kasich se ha impuesto en su Ohio natal, un dato que quizá sea irrelevante, y al que los más románticos se están aferrando para invocar a un improbable cambio de tornas. Lo cierto es que Kasich ha conseguido en casa lo que no ha conseguido en el resto de 28 estados en los que ha competido. Al menos le quedará el consuelo de haberse impuesto en su feudo, algo que Rubio no ha podido conseguir.

Publicidad

"Tenemos que unir a nuestro partido", ha subrayado Trump. Acto seguido, y eufórico como de costumbre, ha proclamado que ha mantenido una "tremenda" charla por teléfono con el portavoz republicano en el Senado, Paul Ryan.

Lo siguiente ha consistido en acudir a su habitual mensaje triunfalista. "Vamos a mejorar el comercio increíblemente. Y nuestro plan fronterizo será inmejorable", ha proclamado el futuro nominado. "Creo que ganaremos a lo grande. Vamos a volver a ganar. Porque no ganamos lo suficiente".

Trump ha concluido su intervención en Florida con una de sus proverbiales arremetidas contra los medios de comunicación. El candidato del pelo implantado, un hombre que pretende levantar un muro entre México y Estados Unidos si conquista la victoria, y que ha alardeado, entre otras cosas, de su órgano sexual, durante una campaña plagada de alusiones xenófobas, racistas, sexistas y discriminatorias, se ha referido a los reporteros como a "los repulsivos informadores del fondo".

"Hay que tratarlas como mierda": señala un anuncio destacando las declaraciones de Trump sobre las mujeres. Leer más aquí.

Por su Hilary Clinton ha arrasado en cuatro de los cinco estados por los que ha desfilado su Súper Martes. La candidata demócrata ha vapuleado por enésima vez a su opositor, Bernie Sanders. Esta pasada madrugada lo ha hecho en Florida, Ohio y en Carolina del Norte, y solo ha tenido que despeinarse ligeramente para imponerse en Ohio.

Publicidad

Ohio y Florida son los feudos donde los candidatos demócratas pueden obtener mayor número de delegados, y Hilary se los ha llevado ambos. La incontestable victoria de Clinton provocará que la ex secretaria del departamento de Estado de su país esté un poco más cerca de hacerse con las dos terceras partes de los 700 delegados que había en juego esta pasada madrugada.

Clinton necesita conquistar la cifra de 2.383 delegados para hacerse con la victoria en la nominación demócrata, una cifra que no ha podido apuntarse esta madrugada. Sin embargo, su aplastante victoria en 4 de los 5 estados, parece concluir lo que ya anunciaban las anteriores votaciones de sus primarias: que algo muy extraño debería de suceder para que no se enfrente a Donald Trump en la recta final de las elecciones, una vez tanto ella como el monstruo millonario se hayan hecho con la nominación de sus respectivos partidos, y se queden definitivamente solos para competir en las elecciones generales por el trono de la Casa Blanca el próximo 8 de noviembre.

Clinton ha celebrado su victoria en Florida, desde donde se ha dirigido a sus entusiastas partidarios, quienes la han recibido con vitores y banderillas. Hillary ha tenido palabras de reconocimiento a "la vigorosa campaña que está soportando" Bernie Sanders, y ha repetido el mismo discurso victorioso con que había saludado sus últimos triunfos. La ex secretaria de estado ha vuelto a hacer un llamamiento a los suyos para que "rompan las barreras sin levantar muros" — su proverbial pulla contra las proclamas antimigratorias de Donald Trump.

Publicidad

"Nuestro próximo presidente deberá de estar preparado para responder tres grandes preguntas. La primera es: ¿conseguirás cambiar las vidas de la gente de manera positiva?; la segunda sería: ¿Lograrás garantizar nuestra seguridad?, y la tercera pregunta que debe de hacerse cualquier que aspire ocupar la Casa Blanca es si, realmente, cree que será capaz de unir de nuevo a este país".

Esta última pregunta se había convertido en una de las proclamas más exitosas del discurso de Bernie Sanders. De hecho, los responsables de su campaña sintetizaron la leyenda en una sola palabra: "Together" [Juntos], hace unas semanas. En pocos horas, la palabra se volvió viral. Sanders la había empleado en uno de sus célebres aforismos: "nuestro trabajo no es dividir, sino unir a la gente".

Clinton ha subrayado que está orgullosa de ser la candidata de ambas facciones que más votos ha obtenido. La candidata demócrata también ha hecho hincapié en las críticas más generalizadas que le han llovido a Sanders, cuyas propuestas políticas e ideas de gobierno han sido tachadas de poco realistas. Clinton ha dicho que un dirigente tiene que saber cuando sus propuestas son inalcanzables.

"Tal es la diferencia entre ser candidato y ser presidente", ha proclamado, una frase que ha provocado el estallido de los cánticos que repetían su nombre con entusiasmo: "¡Hillary, Hillary!", han repetido los suyos.

Su victoria en Carolina del Norte ya había sido vaticinada por los sondeos antes del martes. Se da la circunstancia de que el estado costero es uno de los más desequilibrantes para el voto afroamericano, cuyo electorado parece haber apostado claramente por Clinton. De hecho, la ex secretaria de Estado ya se había impuesto en la otra Carolina, la del Sur, hace dos meses con otra victoria apabullante.

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs