Calles de la localidad colombiana de Buenaventura. (Imagen por Mauricio Dueñas/EPA)
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"¿Ve aquellos muchachos allá abajo?", pregunta Maya mientras señala a un grupo de jóvenes de no más de 17 o 18 años. "Eso es una plaza. Un lugar donde se vende perico (cocaína) y marihuana. Acá el gramo de perico cuesta unos 3.000 pesos (sobre un euro). Una buena plaza puede dejar al mes unos 6 millones de pesos limpios".La misma edad tienen los dos adolescentes que pasan casi rozando al líder comunal conduciendo un automóvil blanco con sendas cervezas en mano. "Son la gente de los Urabeños aquí", apunta.Maya explica que la tasa de desempleo en la Comuna es del 35 por ciento. Y la de abandono escolar del 17 porque "los sacan del colegio para trabajar y que aporten en casa". Un caldo de cultivo perfecto para pandilleros."No hay alternativas laborales ni de educación. Las peladas quieren ser esteticistas y ellos mecánicos. Pero esa oferta educativa no llega hasta aquí. Así que la alternativa es el combo", explica.Colombia se encamina hacia la paz, pero los sindicalistas siguen muriendo. Leer más aquí. La Alcaldía de Medellín está construyendo un Jardín Circunvalar que engloba viviendas nuevas, zonas verdes y parques infantiles. "¿Pero de qué nos sirve si aquí seguimos con el desempleo y tasas altísimas de desnutrición?", cuestiona Maya."Lo que necesitamos es inversión estatal en alianza con la comunidad para crear empleo. Hay mucha iniciativa. La comunidad afro, por ejemplo, es excelente trabajando la madera, se pueden formar cooperativas de construcción. O cooperativas artesanas con las mujeres. Y educar a los jóvenes en gestión medioambiental y que cuiden el entorno, que estamos rodeados de naturaleza.", argumenta.'Los cabecillas que están en el punto de mira, se entregan. La organización se reestructura, cambia de nombre y sigue operando'.
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