Manifestación tras la muerte de una combatiente kurda asesinada tras los encontronazos con Estado Islámico en el enclave kurdo sirio de Kobane. Suruç, Turquía, 23 de octubre de 2014. (Imagen por Sedat Suna/EPA)
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Una posterior investigación en la cárcel ha permitido determinar que los prófugos habrían estado rompiendo palos de fregona a propósito para tener una excusa con la que pedir nuevos mangos regularmente.De esta manera, sin que los administradores del penal reclamaran los inutilizados, con piezas de sábanas y una cuerda hecha con macramé, habrían conseguido armar la escalera que les permitió saltar el muro de siete metros de la cárcel. La lluvia y la niebla también facilitaron su huída.Como consecuencia, tres guardas de la prisión han sido detenidos por la fuga.Tras dos años y medio de tregua entre el PKK y el gobierno del conservador Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP en turco) de Recep Tayyip Erdogan, las hostilidades estallaron tras el asesinato de varios agentes en julio de 2015, a quienes la guerrilla kurda culpó de colaborar con los yihadistas de Estado Islámico (EI).Este mismo grupo reivindicó el atentado de la localidad fronteriza de Suruc, colindante con Siria, cuando un numeroso grupo de voluntarios se dirigía a reconstruir el enclave sirio de mayoría kurda de Kobane, entonces amenazado por la ofensiva de Estado Islámico en Siria. Tras estos incidentes el conflicto armado entre el estado turco y el PKK ha vuelto a los niveles no vistos desde los sangrientos 90.Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsESDefendiendo cada voto: así de hostiles fueron las elecciones en la Turquía kurda. Leer más aquí.