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Pese a las burlas, comienza la repartición de silbatos en México como arma contra el acoso sexual

Las autoridades de la Ciudad de México han empezado a repartir miles de pitos de plástico, como arma para frenar los delitos sexuales que a diario sufren las mujeres en el Metro. El gobernador insiste en que es una buena idea pese a las críticas.
Photo de Alejandra Crail/VICE News
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Las autoridades de la Ciudad de México ya han comenzado la entrega de 15.000 silbatos de plástico a las mujeres con el fin de combatir el acoso sexual; esto a pesar de la burla generalizada que provocó la iniciativa lanzada por el propio jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera.

Los silbatos están pensados para dar a las mujeres de la capital mexicana una opción para llamar la atención rápidamente ante cualquier ataque que pudieran sufrir en lugares públicos, asustar a sus atacantes y advertir a otros en las proximidades.

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El anuncio de esta iniciativa desató todo tipo de burlas en las redes sociales a finales de mayo, cuando se dio a conocer. También, defensores de los derechos humanos condenaron el plan por dejar el peso de la protección ante el acoso, en manos de las propias víctimas, en lugar de ocuparse de las fallas institucionales, y crear políticas públicas que faciliten las denuncia de este delito.

"¿Qué sigue?¿Sonajas para ahuyentar a los secuestradores y matasuegras contra la corrupción?", escribió un usuario en Twitter.

Las mujeres en la Ciudad de México están luchando contra el acoso sexual desenfrenado. Leer más aquí.

Otros bromearon sobre cómo el nombre de la empresa que fabrica los silbatos, ACME, recuerda al nombre de los desastrosos aparatos que usaba en la caricatura Wile E. Coyote, quien era blanco de burlas de El Correcaminos, personajes de los L_ooney Tunes_.

Pero las bromas y las críticas no frenaron el plan del gobierno capitalino, anunciado el 25 de mayo pasado: de las arcas públicas han salido un millón de pesos [unos 53.000 dólares] para comprar los silbatos y repartirlos en seis de las 195 estaciones más concurridas del Metro a cualquier mujer que lo solicite.

'¿Qué sigue?¿Sonajas para ahuyentar a los secuestradores?'

La dinámica es sencilla: una solicitante se acerca a un módulo dentro de la estación del Metro, se le entrega el silbato y un folleto con las direcciones de distintas agencias de la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales. Luego, un policía les recuerda que, a diferencia de un grito, el sonido del silbato puede escucharse hasta a 700 metros de distancia y prometen estar atentos a cualquier incidencia. Finalmente, se le desea un viaje seguro.

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El Instituto Nacional de las Mujeres reportó a principios de este año que más de 126.000 mujeres sufrieron algún tipo de acoso en el Metro de la ciudad durante 2015, pero menos de la mitad acudieron a las autoridades.

Cerca de un 94 por ciento de los crímenes sexuales no son reportados en todo el país, de acuerdo a cifras de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la entidad responsable de brindar atención a víctimas de cualquier tipo de violencia.

Ciudad de México, la capital de las nueve denuncias diarias por agresiones sexuales.

Activistas han señalado, por largo tiempo, que las víctimas dudan en acudir ante las autoridades porque conocen el riesgo de ser criminalizadas por los mismos servidores públicos. A muchas les da pavor verse envueltas en un proceso judicial lleno de interminable papeleo, que difícilmente llevaría a un juicio, por no hablar de una sentencia.

'Como en todo proceso, la gente tendrá que acostumbrarse a usar el silbato'.

No obstante, el jefe de gobierno Mancera se mostró firme ante las burlas hacia su plan, el cual es sólo parte de una campaña mayor para combatir el acoso en lugares públicos. Insistió en que también incluye un refuerzo en la vigilancia en el transporte público, designar más vagones exclusivos para las mujeres, además de acelerar el proceso para llenar un reporte.

"Como en todo proceso, la gente tendrá que acostumbrarse a usar el silbato", dijo en su momento.

Aun así, las críticas sí parecen haber tenido un impacto: los silbatos distribuidos en las estaciones del subterráneo esta semana son negros. El prototipo original mostrado en mayo era blanco y rosa.

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