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Estados Unidos

Hablamos con una community manager de presos en Estados Unidos

Renea Royster recibe emails de presos con indicaciones de actualizaciones de estado, post y mensajes privados de Facebook. Su trabajo consiste en copiar y pegar ese contenido en los perfiles que ha creado para cada uno de sus clientes a cambio de...
Renea Royster en el apartamento de su hijo Phil en Perrysburg, Ohio. (Imagen por Maurice Chammah)
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Este artículo fue publicado originalmente en VICE.

Una mañana de mayo, Renea Royster llega al apartamento de su hijo, saca su ordenador portátil, y hacer scroll sobre las decenas de mensajes de prisioneros que ha recibido en su bandeja de entrada durante la noche. Entonces comienza su rutina diaria de copiar los mensajes recibidos a través de CorrLinks — el servicio de correo electrónico a disposición de los internos federales —, y luego pegarlos en las respectivas páginas de Facebook que ha creado con los nombres de los presos a cambio de dinero.

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Renea lee un post que uno de sus clientes le ha pedido que ponga en su página de Facebook. Es una oda a Hillary Clinton. "Todo el mundo se detiene y la mira, y cuando habla, todo el mundo se calla y escucha", dice en voz alta a su hijo Phil, quien ríe entre dientes. "¡Ese es el tipo de mierda que te hace pobre! ¡Hillary es una mala perra!", grita.

Renea también se ocupa de otras tareas, como ayudar a prisioneros a buscar viejos amigos, enviarles cotizaciones de acciones y resultados deportivos, o chequear las páginas de crowdfunding donde están recaudando dinero para financiar los costes legales de sus juicios.

Esto es a lo que se dedica Renea — quien tiene 47 años y vive en las afueras de Toledo, Ohio — durante unas 100 horas a la semana, deteniéndose sólo cuando estrenan el último episodio de Game of Thrones y descansando para fumar y llamar a su novio, Jimmy, quien está preso en Kentucky y a quien conoció a través de su negocio.

'Todo aquello que los presos quieren que hagamos, podemos hacerlo'.

Ella ha bautizado a su empresa con le nombre "Reduciendo la brecha". Comenzó simplemente con un grupo de Facebook donde solicitaba amigos por correspondencia para los presos que presentaran una foto, una pequeña biografía, y pagaran un arancel. Tales sitios han existido desde la década de los 90, y en la actualidad existen unos 50 en EEUU, además de decenas de grupos en Facebook y Yahoo que en conjunto cuentan con más de 100.000 personas de todo el mundo que buscan presos con los que escribirse.

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Renea se ha convertido en parte de una red de pequeñas empresas que ayudan a los presos a mantenerse en contacto sus amigos por correspondencia, además de sus seres queridos en el exterior. Ella intercambia favores con Pigeonly y Infolincs — dos compañías nuevas fundadas por exprisioneros que permiten a gente fuera de las cárceles subir fotos y textos mediante sus teléfonos móviles, que luego son impresos y enviados a sus seres queridos detenidos.

Otras empresas, como Inmatefone y Phone Donkey, venden números de desvío para que los presos pueden evitar los cargos de llamadas de larga distancia.

Renea se ve a sí misma como una secretaria social de las personas que han sido privadas de las formas de comunicación que ahora son omnipresentes en casi todas partes excepto en las cárceles. Al ser consultado su hijo Phil, de 23 años, por qué respuesta da cuando le preguntan por la ocupación de su madre, él responde: "Yo digo que mi madre es una secretaria de presos federales. Básicamente, todo aquello que los presos quieren que hagamos, podemos hacerlo". La especialidad de Phil es registrar a los prisioneros en sitios web de citas, ayudándolos a encontrar mujeres, y luego explicarles a esas mujeres que su nuevo amigo podría no poder quedar para tomar algo durante un tiempo.

Para difundir su negocio, Renea ha cultivado una red de presos que reparten sus tarjetas y publican sus flyers color rosa brillante. "¡Pregunte por nuestros precios mensuales especiales!", puede leerse en los flyers que descansan en las zonas comunes de las prisiones. Recientemente facturó 1.500 dólares en dos semanas, una sustancial diferencia con lo que ganaba en su último trabajo en una tienda de Walmart.

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'Seré tu asistente personal por 125 dólares al mes'.

Imagen vía Renea Royster

"Seré tu asistente personal por 125 dólares al mes", dice.

El mantenimiento de una página de Facebook durante tres meses cuesta 50 dólares.

También vende impresos de mujeres con poca ropa, a 55 centavos cada uno, que algunos presos venden dentro de las cárceles añadiendo algún margen de ganancia.

Mientras bebe una taza grande de té helado, Renea entrega a Phil una pila de imágenes que debe escanear y postear de hombres y mujeres en busca de amigos por correspondencia. Los mensajes, que cuestan 20 dólares por tres meses, generalmente cuentan con un par de fotos — a menudo sin camiseta — y breves biografías cliché tipo: "¡Soy una persona muy divertida y emocionante con la que estar! Algunas de mis pasiones incluyen la escritura de poesía/novelas, hacer ejercicio, cocinar y adiestrar a perros".

A continuación, cierra su sesión en Facebook e inicia otra con la cuenta de un cliente al que una mujer le ha enviado una foto desnuda, sin saber que él no podrá verla. Renea escribe al hombre una descripción de la imagen en CorrLinks.

Poco después, recibe un mensaje del reo que le indica que responda: "¡Woooooooooooooooooow bebé!"

De acuerdo con Renea y creadores de otros proyectos similares, existen diversas motivaciones que hacen que la gente quiera escribir a los presos. Adam Lovell, fundador de WriteAnInmate.com — ampliamente reconocido como el site más grande de su categoría, con más de 10.000 perfiles —, afirma que los primeros sitios eran ejecutados por iglesias que promocionaban la correspondencia con presos como una forma de ministerio. "Los miembros de cada religión buscan amigos por correspondencia de su misma fe", explica Lovell. Otros sitios, como Black and Pink, que abogan por la abolición de las cárceles, colaboran con la comunicación de los presos en una especie de trabajo militante.

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¿Puede un tatuaje llevarte a la cárcel en España? Leer más aquí.

Luego está lo que los psicólogos llaman "hibristofilia", una apetencia sexual desorbitada por tener relaciones con violadores, asesinos o criminales. Charles Manson, Ted Bundy, y Scott Peterson, todos recibieron propuestas de matrimonio. El sitio, Ask a Convict [pregúntale a un preso] tiene una pestaña llamada "Asesinos en serie", y su fundador Jon Nolan explica que, si bien algunas personas albergan inclinaciones románticas inquietantes, otros sólo tienen una gran curiosidad por hacer preguntas tales como: "¿Qué se siente al matar a alguien?".

Nolan fue también uno de estos curiosos, pero con el tiempo, "todo se puso muy oscuro y deprimente", ya que recibía cartas de respuesta que decían cosas como "tengo una sentencia en marcha por calentarme con lápices de colores y disfrutar de estrangular mujeres".

Con el tiempo abandonó el sitio, aunque todavía está online.

Anuncios de Raymond Rice, Kenny Arcand, Ricardo Ramirez, Rodney Brown en la web de amigos por correspondencia para presos de Royster. (Imagen vía Raymond Rice, Kenny Arcand, Ricardo Ramirez, y Rodney Brown).

La teoría de Renea sobre su propio sitio es bastante básica: a las mujeres les gustan los "chicos malos", y algunas mujeres — incluyendose a ella misma — son particularmente empáticas con los hombres que la sociedad ha encerrado.

Los presos a menudo piden a Renea y Phil publicar fotos que exhiban sus tatuajes, enseñen sus musculosos brazos, abdómenes entrenados y ceños fruncidos. Las biografías a veces revelan una gran falta de sutileza. "Escriben todo en mayúsculas", narra Phil. Uno de ellos escribió en su perfil: "No puedo esperar a conocer una mujer sexy con un gran culo". Otro decía: "Mi mejor característica mide 28 centímetros y no está circuncidada".

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Renea interpreta este tipo de textos como evidencia de que el lado romántico se les atrofia en la cárcel. "A veces sólo quiero llorar, están tan desesperados". Asegura que la soledad se manifiesta en todo tipo de formas, desde el avanzar demasiado rápido en los vínculos — "a los dos días ya te dicen que te aman" — hasta una falsa grandiosidad — "muchos, demasiados, dicen ser raperos famosos". Ella es testigo de la fuente de esta soledad: muchos presos envían mensajes a miembros de su familia una y otra vez pero nunca reciben respuesta.

También hay mucho drama; novias que se vuelven locas por una nueva novia que aparece en la página de Facebook, mujeres que dicen a varios hombres en el exterior que son "el único" y luego hacen una evaluación de daños ocasionados cuando se descubra la verdad.

Las estafas son ampliamente conocidas por ser moneda corriente en el mundo de los amigos por correspondencia de presos. En 2004, diez mujeres presas en Pennsylvania recibieron aproximadamente 260.000 dólares de cientos de hombres de los que pretendían haberse enamorarse.

"Este es el trabajo perfecto si te gustan los chismorreos", asegura Renea entre risas. "Es como leer una revista del corazón todos los días".

El preso que fabricaba coca y hacía tours para turistas en una cárcel boliviana. Leer más aquí.

Renea encontró a Wayne, su primer amigo por correspondencia, en febrero de 2015. Ella había pasado su vida en pequeñas poblaciones a las afueras de Toledo, trabajando en las cocinas de los bares frecuentados por camiones y en hogares de ancianos. Al crecer, gran parte de su familia siguió una vida típica, "asistiendo a la iglesia y esas cosas", y ella se sentía marginada entre los suyos, con su piercing en la nariz, tatuajes y dos niños de dos hombres distintos.

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Después que Phil se fue del hogar materno en 2014, empezó a sentirse más sola. Su hijo menor, Damian, que ahora tiene 16 años, tenía muchos problemas en la escuela. La comunicación con presos, por otro lado, era una salida atractiva porque encontraba un confort en las limitaciones implícitas. como no "tener que preocuparme de que ellos salgan y me visiten" o tener que explicar a su novio por qué estaba hablando con otros hombres.

Inicialmente, Wayne intentó ligar de manera agresiva, pidiéndole que le envíe una foto y le hable de sexo. Ella fue fría en la respuesta, pero no quería cortar el contacto. "No quiero herir los sentimientos de nadie, así que lo aguanté y crecimos juntos a través de las charlas", cuenta.

Él sabía de gente fuera de la prisión que ganaba dinero ayudando a los internos a conseguir amigos por correspondencia o publicando y manteniendo perfiles de Facebook, y le propuso hacer el negocios juntos. Hizo un flyer y le contó a sus contactos en la cárcel.

A los pocos meses, cientos de hombres y mujeres enviaban sus perfiles y preguntaban por otros servicios. El Departamento de Justicia, que dirige la Oficina Federal de Prisiones, prohíbe navegar CorrLinks para transmitir mensajes entre los presos y terceros. Estola asustó cuando recibió una carta amenazante del departamento, pero luego no tomaron medidas contra ella.

Facebook prohíbe oficialmente que la gente utilice perfiles en nombre de otros, pero sólo cierra una cuenta si un usuario hace la denuncia*.

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'Los muchachos en la cárcel se confunden fácilmente con términos como [dulce]'.

En agosto pasado, un prisionero llamado James Leach, Jimmy, solicitó a Renea colocar un anuncio de amigos por correspondencia para él. Su mensaje fue subido rápidamente. Jimmy, de 38 años, le contó que había estado entrando y saliendo de centros de acogida familiar, centros de menores y prisiones para adultos desde los siete años.

En la actualidad cumple una pena de 17 años de prisión por posesión de un arma de fuego "en relación con el tráfico de metanfetamina". Él y Renea descubrieron que cumplían años el mismo día, con nueve años de diferencia. Wayne le dio consejos sobre cómo ser más profesional, ya hay muchos hombres hambrientos de contactos, y asumió que ella estaría interesada en ellos.

"Tenía la costumbre a llamar a la gente 'dulce' y términos entrañables como ese", describe Wayne a Renea en un correo electrónico enviado a VICE, pero "los muchachos en la cárcel se confunden fácilmente con términos como ese". Ella admite que no puede soportar herir sus sentimientos.

En cuestión de días, se hablaban el uno al otro como lo hace cualquier pareja de ancianos. Cuando Jimmy se quejó de que no estaba recibiendo la medicación adecuado para su dolor de espalda, Renea disparó una airada carta a la prisión. Tienen tatuajes con los nombres de cada uno.

El hijo menor de Renea, Damian, se enfrenta a problemas de salud mental y ha tenido algunos roces con la ley. "Empezó a ser como un mentor para Damian, contándole que su vida había sido igual cuando tenía su edad", relata Renea. Al poco tiempo, Damian comenzó a llamar a Jimmy, "papá".

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Jimmy está alojado en la Institución Correccional Federal en Manchester, Kentucky, a unas seis horas de Renea. El Día de la Madre, Phil alquiló un coche y la llevó a verlo en persona por primera vez, nueve meses después de que se conocieran.

"La primera vez que mis brazos la rodearon para abrazarla, sentí un cosquilleo de esos que te recorren todo el cuerpo", recuerda Jimmy a través del correo electrónico. "Le di un beso rápido la primera vez, porque hacia ocho años que no tenía contacto humano". Se tomaron de las manos. Él olió su perfume.

La fecha oficial de liberación de Jimmy es para el 2025, pero Renea ya se está preparando para que vaya a vivir con ella.

Cuando regresó de visitar a Jimmy, Renea tenía decenas de mensajes acumulados que le pedían actualizar sus perfiles de Facebook, publicar una nueva imagen, o renovar un anuncio de amigos por correspondencia. Pero algunas de las tareas eran más sencillas. Un preso le pedía que lo saludara al despertar y antes de irse a dormir.

Renea pensó: "es tan bueno tener a alguien a quien decir 'buenos días' y 'buenas noches', que a él no le cobro".

Visitamos Punta de Rieles: la cárcel uruguaya que se convirtió en el pueblo de los reos. Leer más aquí.

*Renea trabaja principalmente con prisiones federales. En las prisiones estatales, las leyes y políticas que rodean las solicitudes de amigos por correspondencia y las redes sociales varían ampliamente. Carolina del Sur ha castigado a decenas de presos con régimen de aislamiento por el mantenimiento de perfiles en redes sociales. Michigan, por el contrario, no tiene restricciones oficiales. Las personas que llevan sitios web de amigos por correspondencia dicen que algunos estados han tratado de prohibir a los internos el solicitar amistad por correspondencia, generalmente a raíz de la noticia de que un criminal particularmente infame lo está haciendo, pero su aplicación es irregular.

_Este artículo fue publicado originalmente por _the Marshall Project_, una organización de noticias sin fines de lucro que cubre el sistema de justicia penal de Estados Unidos. Inscríbete en su _newsletter_ o sigue a_ the Marshall Project en Facebook o Twitter.

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