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Ecuador

¿Cómo afecta la crisis del precio del petróleo a Ecuador?

El precio del petróleo está por los suelos y la economía de Ecuador lo está notando . En junio del 2014, el precio del crudo alcanzó los 114 dólares por barril, mientras que ahora está a 30 dólares.
Una perforadora en Lago Agrio, en la región de Sucumbíos. (Imagen vía k'allampero/Flickr)
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Daniel Gómez, especialista en temas energéticos de la Asociación para el Estudio del auge del Petróleo y del Gas (Aeren-Aspo, en España), explica a VICE News que la crisis del precio del crudo es propiciada por dos motivos: la bajada de la demanda y el incremento de la producción.

La crisis que arrastran los países occidentales desde 2008 ha conllevado que no crezcan al ritmo esperado, lo que ha implicado que reajusten sus economías y demanden menos petróleo. Por otro lado, técnicas como el fracking, que se aplica en Estados Unidos, permite extraer el crudo con un coste menor.

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En el caso de Ecuador, el precio de su petróleo ha caído por debajo de la media y se cotiza alrededor de unos 20 dólares por barril. La empresa pública Petroecuador ingresó un 49,8 por ciento menos de dinero en 2015 respecto el ejercicio anterior, informó a finales de año.

Uno de los grandes dolores de cabeza de los países petroleros como Ecuador es que no tiene capacidad para influenciar en el precio al que se vende su crudo, ya que eso lo regulan organismos supranacionales y el mercado internacional, destaca a VICE News Iván Narváez, investigador y profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Ecuador.

"Sin embargo, Quito es miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y es desde ahí, con su capacidad de voto, que tiene que defender sus intereses", opina Narváez que considera que esta crisis solo se puede solucionar con un acuerdo en el seno de esta institución. Y parece que la OPEP va orientada hacia eso, ya que a mediados de febrero alcanzó un acuerdo con Rusia para congelar los niveles de producción de crudo con la finalidad de limitar la oferta de este producto y, consecuentemente, que su precio vuelva a crecer.

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Planta de Licuefacción de EP Petroecuador ubicado en el sector de Bajo Alto, Cantón el Guabo (Imagen por Emilio Sánchez/Presidencia). 

Repercusión social

En el caso de Ecuador se ha llegado a una situación prácticamente insostenible. Tal como reconoció el mismo presidente del país, Rafael Correa, ahora mismo es más caro explotar y obtener el crudo que el rendimiento económico que se consigue con su venta en el mercado internacional.

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Obviamente, todo esto tiene sus consecuencias. El pasado octubre, la empresa pública Petroecuador despidió a 300 trabajadores, una cifra que se podría incrementar si el precio del petróleo sigue bajo. Pero esta no es la primera vez que una petrolera estatal ecuatoriana rescinde el contrato de algunos de sus trabajadores: en diciembre del 2014, Petroamazonas despidió a un centenar de empleados.

Las dos principales provincias petroleras de Ecuador son Sucumbíos y Orellana ambas en el noreste del país y enclavadas en la majestuosa selva Amazónica. Alexandra Almeida, coordinadora de Petróleo de la ONG Acción Ecológica, explica a VICE News que "estas regiones son principalmente rurales, pero algunos de sus habitantes, básicamente hombres, han ido a trabajar como mano de obra no cualificada en las empresas petroleras". Ahora son ellos, dice Almeida, los primeros que se están quedando sin trabajo, lo que está afectando directamente a su economía familiar.

Según Almeida otro de los problemas es que las empresas estatales no pueden pagar a los contratistas, entre ellos, los del sector petrolero. De hecho, el pasado mes de diciembre el presidente Correa les pidió "paciencia" y les aseguró que el Estado saldaría sus cuentas en enero, pero aún no les ha pagado.

Se calcula que el gobierno debe alrededor de 1.320 millones de dólares a los contratistas, que a su vez también se endeudan y no pueden pagar a sus prestamistas. Para Almeida, las dos provincias petroleras, actualmente, son "unas zonas deprimidas en estado de emergencia".

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'Uno de los grandes dolores de cabeza de los países petroleros como Ecuador es que no tiene capacidad para influenciar en el precio al que se vende su crudo'.

Países como Ecuador, argumenta Daniel Gómez, venían de "épocas de crisis y de élites económicas que se lo llevaban todo", por lo que su gobierno encabezado por Correa, que llegó al poder en 2007, quiso combatir la pobreza, así como darle un mayor estado de bienestar y de riqueza a la población. Para conseguir este objetivo, expone, "el Estado hasta ahora se había beneficiado de la explotación del petróleo y del alto precio que se cotizaba este producto en el mercado.

"No podemos ser pobres durmiendo en un colchón de oro", es una de los lemas de Correa para justificar la explotación crudo y de minerales. Con esta filosofía, al poco tiempo de llegar al gobierno cambió la legislación del país para que el 12 por ciento del petróleo que se explota se quede en la región donde se extrae para mejorar sus infraestructuras.

Una buena muestra de ello es Pañacocha, en Sucumbíos, considerada una de las comunidades del milenio. Aquí calles asfaltadas, casas, una escuela, un mercado, un centro de salud y hasta un coliseo se erigen en medio de la vegetación amazónica. En total se invirtieron 23 millones de dólares en esta comunidad, que se inauguró a principios del 2014 y alberga a unas 800 personas que tiene agua potable e Internet.

Pero la crisis del precio del petróleo va íntimamente ligada a la disminución del ingreso estatal, lo que dificulta que el gobierno pueda cuadrar los presupuestos. Para Narváez todo esto implica que existan "complicaciones de carácter económico, social y por supuesto de carácter político".

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Obligados a explotar

En octubre, el gerente de Petroecuador, Carlos Pareja Yannuzzelli, relató que la compañía sigue un plan de ajustes que contempla la suspensión de inversiones con la finalidad de priorizar los proyectos que están en marcha, así como una reestructuración de los gastos internos, en los que se incluyen los despidos.

Según Iván Narváez, "Ecuador no puede parar su producción porque luego es más costoso volver a abrir los pozos", asegura el experto.

Almeida, por eso, va a un paso más allá y afirma que el problema principal es el tipo de contrato que Ecuador ha firmado con otros países, especialmente con China. Los acuerdos estipulan que estos países invierten en Ecuador a cambio de que el Estado andino les paga la deuda con barriles de petróleo. "No puede dejar de sacar petróleo y cuando más bajo está el [precio del] barril, más tiene que entregar para pagar la deuda", expone Almeida.

Esto, dice la activista, le obliga a Ecuador a explorar nuevos campos. A finales de enero, el país firmó un contrato con la empresa china Andes Petrolum para explorar y explotar una nueva zona de bloques inexplorados en la provincia de Pastaza, en el este del país, también en la Amazonia. Aquí habita la población indígena zapara, que Almeida recuerda que está considerada como un patrimonio intangible por parte de la UNESCO y teme que su subsistencia se pueda ver amenazada con esta actividad.

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Ciudad del milenio de Pañacocha. (Imagen vía Flickr/AgenciaAndes)

¿Está preparado Ecuador?

Pero pese las adversidades, Correa dice que Ecuador está preparado. El presidente aseguró recientemente que el presupuesto para este 2016 se ha realizado contemplando que el precio alcance los 35 dólares por barril, pero si baja de los 20 el país tiene medidas para aguantarlo. Una de las principales fuentes de financiación de Quito seguirá siendo el gobierno chino, dijo el mandatario, que tampoco descartó acudir a los organismos multilaterales e internacionales para conseguir una mayor financiación.

Narváez también se muestra optimista y resalta que Ecuador ha sabido encontrar otras fuentes de ingresos a parte de las petroleras. El especialista recuerda que en los años ochenta el 52 por ciento del PIB ecuatoriano provenía de las rentas petroleras, mientras que ahora está alrededor de un 14 por ciento. Argumenta que eso se debe a que el país recauda más a través de sus políticas fiscales y de impuestos como la renta. "Hace una década el ingreso fiscal era entre 3.500 y 4.000 millones de dólares. En la actualidad el ingreso fiscal rodea los 18.000 millones de dólares", detalla Nárvaez.

También, explica el especialista, que "Ecuador ha incrementado las exportaciones de otros productos, no solo los petroleros". De hecho, según un informe que el Banco Central de Ecuador presentó en diciembre del 2015, señala que las exportaciones acumuladas del país alcanzaron alrededor de los 18.365,89 millones de dólares, de los cuales la mayoría, 63,5 por ciento, provinieron de las exportaciones no petroleras, frente al 36,5 por ciento de las petroleras.

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 'Esta crisis debe de servir para construir el Ecuador del futuro y ver que no se puede depender tanto de un recurso que tiene fecha de caducidad'.

"La crisis del precio del petróleo tiene un impacto negativo fuerte, pero al final como sociedad, como Estado y como gobierno no le queda alternativa más que ir a un proceso de austeridad y de selectividad del gasto para superar la crisis", concluye Narváez.

Para Almeida, "esta crisis debe de servir para construir el Ecuador del futuro y ver que no se puede depender tanto de un recurso que tiene fecha de caducidad". Según estima, el país andino tiene reservas petroleras para 20 años. Para ello, piensa, es crucial no solo una diversificación de la economía, sino también apostar por las energías renovables que, además, son más amigables con el medio ambiente.

Aunque Gómez es de la misma opinión de Almeida es más pesimista. Explica que el petróleo es un recurso del cual se aprovecha prácticamente todo y que el ritmo de nuestra sociedades está pensado para este producto, que nos permite trasladarnos en tan solo dos horas y media de Barcelona a Londres en avión. "Pero es un recurso finito y que contamina mucho, pero la gente no lo quiere ver", puntualiza Gómez.

Para elaborar este reporte VICE News se puso en contacto con el Ministerio Coordinador de Política económica de Ecuador, pero no obtuvimos respuesta.

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