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ESPAÑA

Cómo un neonazi se alió con los presuntos yihadistas que querían atentar en Barcelona

En libertad Diego José Frías, de ideología neonazi y presunto conseguidor de explosivos de la célula 'Fraternidad Islámica' que presuntamente buscaba atentar contra objetivos de la comunidad judía y edificios institucionales de Barcelona
Detención del "peluquero" Antonio Sáez el pasado abril en Cataluña. (Imagen vía Mossos d'Esquadra)

El español Diego José Frías "odia a los judíos". Esa es una de las conclusiones del auto de la Audiencia Nacional española sobre la operación Caronte — liderada por la policía catalana en abril — , en la que fue detenido junto con otros diez presuntos terroristas de corte yihadista, cinco de ellos españoles conversos al Islam.

Frías, al que la policía había apodado "el armero", era el presunto conseguidor de explosivos de la célula — "Fraternidad Islámica" — que presuntamente buscaba atentar contra objetivos de la comunidad judía y edificios institucionales de la ciudad de Barcelona, y fue capturado en posesión de varias armas de fuego, cuchillos y materiales para fabricar explosivos. La semana pasada, después de algo más de cuatro meses en prisión, quedaba en libertad con cargos.

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Su figura ha generado muchas dudas en la opinión pública española. ¿Un neonazi, ex militante del Movimiento Social Republicano (MSR) — una de las formaciones neofascistas y de extrema derecha más activas en la actualidad en España — relacionado con presuntos terroristas yihadistas?

"Existe una vinculación entre el MSR y Hezbolá y la causa palestina, eso está claro, pero no hay nada más. Lo hecho por Frías está claro que es a título personal", explica a VICE News Gustavo Morales, ex presidente de Falange Española — uno de los partidos fascistas más antiguos de España — y colaborador de medios como BBC o Russia Today.

"El aventurerismo forma parte de los extremos y esto es parte del mismo fenómeno por el que hay gente que se marcha a Siria o Irak para unirse a Estado Islámico, o incluso a uno de los dos bandos del conflicto de Ucrania", añade Morales.

Morales cree que "lo interesante es ver cómo a través de estas operaciones policiales y judiciales, y de la prensa, se va generando una idea de que los extremistas trabajan juntos y por lo tanto estamos en una situación de peligro por todas partes, lo que claramente provoca que la mayoría de la población vote a los partidos tradicionales en las próximas elecciones generales [que tendrán lugar en noviembre]. Lo digo porque está claro que el contacto de Frías con la célula yihadista fue personal, así que no tiene sentido hablar de su ideología".

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Según el auto judicial, Frías conoció a los miembros de la presunta célula yihadista en la peluquería La Románica en Barberá del Vallés, localidad cercana a Barcelona.

Allí, según la policía catalana, a partir de septiembre de 2014 empezó a establecer relación con varios los miembros de la célula a los que presuntamente propuso atentar en "suelo nacional".

Frías fue presentado a sus compañeros a través de uno de sus miembros de la célula, Antonio Sáez, "el peluquero", con el que "estuvo a punto de atentar contra una librería judía en Barcelona", según la investigación. Sáez, según los policías, habría reconocido su intención de secuestrar "a una directora de sucursal bancaria de Sabadell", una ciudad cercana a Barcelona.

Según explica el relato judicial, Frías empezó a proponer posibles objetivos a sus compañeros de célula dentro del área metropolitana de Barcelona, entre ellos el Hotel Catalonia Barcelona Plaza o la comisaria de Mossos D'Esquadra de la plaza de España. Tanto los testigos protegidos de la policía como las fotografías encontradas en los móviles de los detenidos corroborarían esta tesis.

La tarea de Frías en la presunta célula — además de proponer objetivos que fotografiaba otro de los miembros — consistía en conseguir "armas y explosivos para atentar en suelo nacional".

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Las conversaciones telefónicas investigadas por la policía catalana contienen conversaciones religiosas o citas pendientes — las charlas delicadas tenían lugar mediante tarjetas prepago — como una en la que Orellana, español converso al Islam, le dice a otro compañero que "morir en nombre de Alá no duele, es solo un pellizquito".

Otra de las charlas más llamativas contenidas en el sumario es la que refleja varias anotaciones contenidas en una libreta incautada al presunto líder de la célula, Antonio Sáez Martínez, alias Aali, que además de idear presuntos ataques planeaba el envío de muyahidines hasta Siria o Irak.

En la libreta analizada por la policía catalana Sáez manifiesta su enfado porque cada vez está "más convencido de que esta sociedad [la española] parece que tenga vetado todo lo que huele a árabe o similar". Sáez también escribe que "los mártires no se hacen mártires porque quieran, sino por la situación de años de opresión hacia el pueblo musulmán".

"Estoy convencido de que un día me uniré a la Yihad mundial, pero tengo que conocer e introducirme más", se auto confiesa: "El pensamiento occidental es una forma de colonialismo mental".

Además, en casa de Sáez la policía catalana se incautó de varias hojas sueltas a modo de manual para la fabricación casera de explosivos y manual de entrenamiento militar con la inscripción "la declaración de la Yihad en contra de los tiranos del país".

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Frías, por su parte, tenía un presunto arsenal en su hogar. Apenas dos escopetas con licencia y decenas de cuchillos, machetes, cartuchos y armas de fuego sin registrar. Entre ellas, "una granada utilizada por el Ejército español (…) con capacidad de destrucción en un radio de 8 a 10 metros", "un cañón de escopeta doble" o "una pistola automática de color negro".

La liberación de Frías es el último capítulo de una operación que en mayo estuvo envuelta en cierta polémica tras la denuncia y posterior archivo de un presunto chivatazo: según la policía catalana, varios agentes de la Policía Nacional española habrían avisado a los yihadistas de su detención.

Según el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, desde los atentados del 11M de 2004 ha habido en España 127 operaciones y 571 detenidos. Este año se han llevado a cabo 19 operaciones con 48 detenidos en total, algunos de ellos ciudadanos españoles o con ciudadanía española detenidos fuera de las fronteras españolas. En territorio estatal, son 15 las operaciones y 43 los detenidos.