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Conoce al Homo Naledi, un ancestro de la especie humana recién descubierto en Sudáfrica

El flamante descubrimiento de una nueva especie ancestral humana, hallado en las profundidades de una cueva en Sudáfrica, ha enseñado que se trata de una criatura que enterraba a sus muertos — un atributo que se creía exclusivo de los humanos.
Photo par John Hawks, UW–Madison

Un nuevo y ancestral antepasado de la especie humana ha sido descubierto en las profundidades de una cueva en Sudáfrica. Así lo han proclamado los científicos hoy jueves. Al igual que hacen los humanos, la criatura en cuestión también enterraba a sus muertos, un hallazgo inesperado que ha provocado que los especialistas estén reconsiderando ahora mismo el curso de la evolución.

La nueva especie — cuyo descubrimiento se detalla en la revista científica virtual eLife — ha sido bautizado como Homo Naledi en homenaje a la cueva "Rising Star" (estrella ascendente) donde ha sido descubierta. Naledi significa "estrella" en sesotho, un idioma que se habla en Lesoto y Sudáfrica.

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Los fósiles de la criatura fueron desenterrados en una cueva cercana al conjunto de cuevas de piedra caliza de Sterkfontein y de Swartkrans. Ambas son conocidas por haber sido la sede de históricos hallazgos en el puzzle de la evolución humana, y están situadas a unos 50 kilómetros al noroeste de Johannesburgo.

"La teníamos justo debajo de nuestras narices, en el valle más explorado de todo el continente africano", suscribió Lee Beger, miembro del Instituto de Estudios de la Evolución de la universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo.

Los paleoantropólogos han concluido que el Homo Naledi enterraba a sus muertos — un rasgo que se creía que era exclusivo del ser humano.

El descubrimiento constituye la mayor recolección individual de fósiles de homininos [humano y relacionados con humanos] realizada en África. Los más de 1500 huesos encontrados pertenecerían a un total de 15 individuos, desde niños hasta ancianos.

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En el escenario del hallazgo no se encontraron los restos de ninguna otra especie. Además los huesos recolectados no presentaban magulladuras ni incisiones infligidas por las garras o los dientes de ninguna otra especie — lo que sugeriría que no hay rastro de la presencia de ningún otro depredador ni de que la cueva fuese insegura.

"Después de descartar todas las posibilidades restantes parece que el Homo Naledi se dedicaba a deshacerse de los cuerpos de los muertos habitualmente", declaró Berger durante una entrevista concedida a Reuters.

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"Lo cual nos indicaría que se veían a sí mismos como a una especie distinta al resto de animales. De hecho, es posible que se consideraran como una especie diferente al resto de la naturaleza", añadió.

Berger dejó aparcada la teoría de que el Homo Naledi enterrara a los suyos en las profundidades del suelo simplemente para evitar la presencia de carroñeros como la hiena.

"Solo enterraban a sus propios muertos. De modo que si lo hicieran para prevenir la presencia de otros depredadores también deberían de haber enterrado cualquier resto que pudiese atraer a otros predadores o carroñeros", explicó.

Se trata de la primera vez en la Historia en que el estudio de nuestros parientes evolutivos, extinguidos o vivos, ha arrojado evidencias de que los humanos no disponen del monopolio exclusivo de según qué comportamientos.

Jane Goodall ya concluyó en 1960, durante su legendaria observación de los chimpancés — nuestro pariente vivo más parecido, que estos utilizaban los tallos de la hierba para "pescar" termitas, en lo que todavía constituye el primer registro conocido de una herramienta primitiva empleado por una especie no humana.

El Homo Naledi fue descubierto en la cueva sudafricana en septiembre de 2013, sin embargo su descubrimiento no se ha hecho público hasta hoy. Según apuntan los estudios, su cerebro era ligeramente más grande que el del chimpancé, aunque su edad sigue siendo un enigma, tal y como explicó Berger.

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Eso es porque los especímenes hallados habían sido deliberadamente transportados hasta la cámara para ser enterrados, de manera que no hay rocas ni sedimentos ni por debajo ni por encima de ellos, añadió.

La ausencia de otros fósiles a su alrededor y de ningún otro animal que pudiesen aportar más evidencias, elevan el misterio.

"Lo que sí podemos ver en su morfología o aspecto físico es el momento en que la especie se originó. Si nuestro entendimiento es correcto, entonces habría que concluir que tiene más de 2,5 millones de años", comentó Berger.

El área que rodea al lugar del hallazgo es patrimonio de la humanidad según la UNESCO, y fue bautizado como "la cuna de la Humanidad" por el gobierno sudafricano, debido a su abundancia en fósiles homininos.

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