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Oman

Visitamos Khasab, el paraíso del contrabando de Omán hacia Irán

Tras años bajo un monumental embargo orquestado por Estados Unidos, Irán se prepara para abrir sus puertas a la importación. ¿Qué pasará con el colosal mercado clandestino generado por el boicot? Todo apunta a que nada en absoluto.
Un speed-boat iranien chargés de produits de contrebande quitte le port Omanais de Khasab en direction des côtes iraniennes, juillet 2016 (Sebastian Castelier)

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"Un día, mientras estábamos explorando el fondo submarino de la bahía descubrimos centenares de botellas de vodka y whisky". Lo cuenta Bader Al-Sahehh, un instructor de buceo que tiene como campo base de su negocio una caseta situada en la entrada de la ciudad de Jasab, en Omán. Después de rellenar los tanques de oxígeno, se sienta en una silla de plástico, enfundado en un tradicional thawb blanco.

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Después de rellenar los tanques de oxígeno, se sienta en una silla de plástico, enfundado en un tradicional thawb blanco y retoma la historia. "Eran más de treinta. Yo estaba con un grupo de alemanes, que se balancearon encima para celebrar el hallazgo esa misma noche".

Bader, quien asegura haber sido un experto en el contrabando de la zona años atrás, se sorprendió de la cantidad de alcohol que se enviaba cada año a Irán, cuando el aún formaba parte de este negocio. En cuanto al descubrimiento submarino, su hipótesis es que "la carga debía de haberse hundido bajo una tempestad".

En 1979 Irán arrancó con su Revolución Islámica, lo que se tradujo en una serie de sanciones internacionales. Paralelamente, la Revolución también despertaría una abundante actividad contrabandista entre Irán y el sultanato de Omán.

No solo el alcohol, sino también teléfonos, televisores, cosméticos, refrescos, zapatos, heladeras, cigarrillos, drogas zarparán del puerto de Jasab rumbo a las costas iraníes, y, en particular a uno de los puertos principales del país: Bandar Abbas. Ahora, sin embargo, todo apunta a que el anuncio de la retirada de las sanciones a Irán, podría cambiar la situación.

Todas las imágenes son de Sebastian Castelier


Mapa del estrecho de Ormuz (VICE News / Google Maps)

Houchang Hassan Yari es el director de la facultad de Relaciones Internacionales y de estudios de seguridad del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Sultán Qaboos de Omán. Yari advierte que el contrabando se ha convertido en un mercado enorme: "El fenómeno dura desde hace 10 años y se ha convertido en un actividad económica que sustenta a mucha gente a ambos lados de la costa del distrito de Ormuz".

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"Claro que con el levantamiento del embargo a Irán, el contrabando local parece amenazado por la caída en picado de la demanda y, en definitiva, de la desaparición de los suculentos beneficios que había procurado hasta ahora, repentinamente absorbidos por el comercio legal. Aún así la esperanza de los contrabandistas todavía existe: Irán sigue estando sujeta a algunas sanciones y su política económica proteccionista parece desalentar a más de un comerciante iraní a gestionar sus mercancías por la vía legal.

Vista general de la carretera que conduce de los Emiratos Árabes Unidos hacia la ciudad de Khasab, Omán.

Zia pasea sobre una extensión de césped fresco, una de las poquísimas que se pueden ver en Khasab. Su teléfono no para de vibrar, eclipsando el sonido del mar. El conductor al que está esperando acaba de cruzar la frontera entre los Emiratos Árabes Unidos y Omán. "Tengo que esperar aquí. Soy yo quien se encarga de recibir las mercancías que llegan desde Dubai", repite Zia frenéticamente.

Es medianoche. El sofocante calor que golpea Jasab durante el día ha disminuido hasta niveles tolerables. Zia nació en Kabul pero es afgano. Tiene 23 años. Lleva todo el día trabajando, pero su teléfono no deja de sonar. Se desenvuelve bien hablando árabe y persa. Al otro lado del teléfono uno de sus clientes iraníes le acaba de encargar cinco aparatos de aire acondicionado.

Según la agencia de noticias Mehr, que monitoriza la actividad del departamento de Aduanas y de Impuestos Especiales de Irán, el contrabando entre el distrito de Ormuz y la república islamista genera 5.000 millones de dólares al año.

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Zia desembarcó en Omán en 2010 ilegalmente para trabajar. Él es solo un peón en el inmenso tablero del contrabando que reina en la provincia de Musandam.

Zia está a cargo de varios depósitos de la ciudad en los que se almacenan productos llegados de Abu Dabi, de Dubái, o de Ras al-Jaima, en los Emiratos Árabes Unidos (UAE).

Un coche cargado de productos de contrabando se dirige al puerto de la ciudad de Khasab, en Omán.

Un presunto contrabandista sale de uno de los depósitos para dirigirse al puerto de la ciudad de Jasab.

"Mi trabajo es simple. Primero de todo recibo al camión y almaceno la mercancía en el depósito. Al día siguiente cargo la furgoneta con las mercancías y la llevo hasta el puerto, donde las lanchas fueraborda iraníes me esperan".

El embarcadero es la única apertura de Jasba al litoral. Es un lugar aislado, lejos de las miradas indiscretas, más allá de un desierto polvoriento delimitado por vallas de alambre.

En imágenes: el contrabando de semen palestino en las cárceles israelíes. Leer más aquí.

Este protectorado de Omán se encuentra enclavado en un lugar estratégico, apenas pasada la frontera con los UAE y muy cerca también de la costa iraní. El tráfico con Irán es como un regalo caído del cielo para Musandam y sus 30 mil habitantes. Marc Valeri, profesor asociado de Ciencias Políticas en la universidad de Exeter y especialista en Oriente Medio, así lo confirma.

"Al principio se trataba de un enclave totalmente aislado respecto al resto del país, de manera que también estaba mucho menos desarrollado. Así mientras Omán se industrializaba consintió que el contrabando siguiera su curso, puesto que no solo saca un buen pellizco sino que asegura un sustento para una de las zonas más castigadas del país.

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Hablamos telefónicamente con un guardacostas de Jasab que prefiere mantener su identidad en el anonimato. "Simplemente tenemos que asegurarnos de que no haya drogas. Nuestras inspecciones son rápidas y nuestros superiores ya nos han advertido que no nos tenemos que preocupar sobre la legalidad de las mercancías. En otras palabras, a menos que usted quiera introducir cargamentos de armas o de drogas, el contrabando de todo lo demás no tiene casi ningún riesgo. Cuesta creer que Omán tenga interés alguno de deshacerse de un negocio tan suculento.

Para hacernos una idea más aproximada de la importancia del contrabando en Irán, hablamos con Thierry Corville, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) y especializado en Irán. Coville estima que "el contrabando representa un tercio de las importaciones iraníes".

Y si bien ha sido un negocio boyante durante muchos años, parece que está perdiendo vigor de manera paulatina. Al menos así lo proclama Ali Shahi, un hombre de negocios que se acaba de incorporar de su cama King size, una cama plagada de almohadones forrados con piel de leopardo, de su negocio, que orquesta desde su misma residencia.

Sus clientes son iraníes y sus mercancías son exportadas por sus empleados de los EAU a Jasab. "Facturo alrededor de 130 dólares por camión. Y en la frontera entre los Emiratos Árabes y Omán pago 30 dólares de impuestos", cuenta Ali Shahi. Una vez llegado al depósito el camión descarga las mercancías para que estas sean almacenadas. Al día siguiente, el empresario recibe una llamada de su cliente iraní que le informa de la hora a la que las fuerabordas se llevarán los productos rumbo a Irán.

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Claro que, por desgracia para Ali Shai, este bien engrasado mecanismo está en crisis. Hoy solo necesita un depósito para almacenar la mercancía. En 2001 tenía tres. De trabajar con quince camiones "he pasado a hacerlo solo con dos, lo cual es una catástrofe. Estoy muy preocupado". Hace más de 10 años que la carga con la que trafica es cada vez menor.

Shai considera que la abolición del embargo no tiene nada que ver con el declive de su negocio. Para él, el levantamiento del embargo se dejará notar mucho más en "las relaciones a menudo conflictivas entre Irán y los Emiratos".

Para Thierry Coville, las ambiciones nucleares de Mahmud Ahmadineyad, han provocado un giro en las dinámicas contrabandistas comparable al que se vivió en los años 80. "Los Estados Unidos han presionado intensamente a todos los grandes socios financieros de Irán, y los EAU eran unos de los más importantes y cercanos".

Por su parte, Abu Dabi no ve con buenos ojos los intercambios económicos que sus vecinos de emirato están llevando a cabo con Irán. Tal sería uno de los motivos que podría explicar la disminución del negocio de Ali Shahi.

La provocación de los coches de lujo occidentales

Irrumpe en su aparatoso Toyota de vidrios tintados. No en vano, es traficante de automóviles de lujo. Maniobra para meterse en su casa. Tiene alrededor de treinta años y prefiere mantener su identidad en el anonimato.

Su nueva e inmensa propiedad se levanta en el cruce de cuatro caminos. Estima haberse gastado alrededor de 163 mil euros en la construcción, nada menos que un sótano. Está bastante convencido de ser el único "loco" que dispone de uno en Jasab.

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"Como pueden observar está todo climatizado", bromea. Y luego subraya orgulloso que su negocio es ilegal. Pero, al igual que sucede con el resto de contrabandistas de la ciudad, su comercio con Irán es lento. Peor aún: hace 3 meses que no vende nada. "Al principio enviaba a razón de ocho vehículos al mes. Hoy, sin embargo, todo se ha ralentizado". Los vehículos llegan de los Emiratos, a continuación tiene que cargarlos en sus embarcaciones ancladas en el distrito de Ormuz.

Está pendiente de su teléfono todo el tiempo. "Es posible que hoy reciba un encargo", asegura con nerviosismo. Su última gran inversión, un gran barco, no está dando los frutos deseados. "¿Por qué comprar una embarcación tan grande? Por que la primera se hundió en el fondo del mar con todos mis autos". Las olas, el viento y las tormentas se quedaron con sus cuatro mejores autos.

"Pese a todo, sigue siendo un negocio muy rentable en Irán. Allí hay una clase muy rica, con los medios y con el deseo de invertir en automóviles de lujo", relata el investigador Thierry Coville.

Al otro lado del estrecho de Ormuz, en Irán, los más conservadores del lugar, que son millones, se están tomando como una provocación el desembarco de tamaña flota de obscenos vehículos occidentales. Coville opina que "la clase política ultraconservadora iraní sigue ejerciendo una insondable influencia […] los productos de lujo occidentales, y especialmente los estadounidenses, siguen siendo invisibles para los conservadores.

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El contrabando podría tener graves efectos para la economía iraní. De hecho, según el informe de la agencia de noticias Mehr, cada mil millones de dólares generados por el contrabando representa de 50 a 60 mil trabajos potenciales en Irán. Y eso, sin perjuicio de la creación en 2002 de la Fuerza Especial para combatir el Contrabando y el tráfico de bienes básicos y de divisas.

El pasado mes de abril, el ayatolá Ali Jamenei ya se puso en pie de guerra contra el contrabando y subrayó sus desastrosos efectos para Irán. Su llamamiento también fue repetido por el viceministro de Justicia iraní, Mohammad Bagher Olfat, quien se ha propuesto priorizar la lucha contra el contrabando.

La lucha enarbolada por ambos líderes se tradujo en la incautación de 13 vehículos de lujo de contrabando durante el pasado mes de agosto. Tras incautarlos, las autoridades iraníes procedieron a quemarlos, de acuerdo con la redacción de AFP en Teherán.

Y, pese a ello, nuestro contrabandista de vehículos no parece muy preocupado. Según Covlle, su mirada tranquila tiene sentido.

"Pese al levantamiento de las sanciones, los muchos concesionarios de automóviles que se frotan las manos para abrir sus negocios en Irán, todavía tardarán mucho tiempo en ver sus negocios abiertos. De hecho, a día de hoy en Irán hay un debate abierto sobre cómo proteger la industria nacional.

Los conservadores tienen miedo de precipitarse y confiar en la industria local mediante la apertura demasiado temprana del embargo. Ahora mismo la idea es no alentar las importaciones, de manera que el contrabando seguirá jugando un papel importante durante tiempo, especialmente en todo lo concerniente a vehículos híper gravados".

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Además, según Bernardo Hourcade, especialista en Irán, la compleja estructura desplegada a ambos lados del estrecho tardará en ser desmantelada. Y todo apunta a que los miembros de la guardia revolucionaria iraní, han tejido fuertes lazos con algunos de los empresarios que operan desde Omán y con los países vecinos.

"Todas las empresas iraníes han intentado sobrevivir durante el embargo. La Guardia Revolucionaria ha estado muy activa,puesto que su favor es una suerte de concesión velada de impunidad para sus benefactores. Además, muchos territorios iraníes pertenecían a Omán desde el siglo XIX, y el golfo Pérsico pertenece a Omán desde siempre. De manera que existen precedentes".

Bernardo Hourcade también es de los que piensa que el final del embargo no será el final del contrabando en la zona. "Nunca se derriban estructuras de esta complejidad […] Pasarán muchos años antes de que el contrabando se resienta.

En Jasab muchos se preguntan si el final de las sanciones no provocará, a largo plazo, la desaparición del contrabando, si la ilegalidad no sucumbirá ante la legalidad.

Y lo cierto es que la creación de una línea de ferry entre ambos países y la ampliación prevista del puerto de la ciudad parecen apuntar en esa dirección.

Un empleado municipal que también prefiere preservar el anonimato ha tenido acceso a los planos: "el puerto se convertirá en una gigante puerta de acceso y en un mercado enorme para toda la gente de Jasab. Entonces el libre comercio podrá propagarse a todos los niveles. Con contrabando o sin él.

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