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¿Se ha convertido Siria en el Vietnam de Irán?

El gobierno iraní ha invertido litros de sangre y de oro en su esfuerzo por defender al régimen de Assad. Sin embargo, el conflicto puede convertirse en una ciénaga de la que no sea le tan fácil salir.
Iraníes se reúnen cerca de los ataúdes de tres miembros de la Guardia Revolucionaria iraní muertos en Siria en una ceremonia fúnebre en Teherán, Irán, el 25 de junio de 2015. (Abedin Taherkenareh/EPA)
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Irán ha invertido muchísimo en la guerra civil siria. A estas alturas ya ha derramado grandes cantidades de sangre y ha dilapidado gran parte de su capital en apoyar al presidente Bashar Al-Assad en su lucha contra las fuerzas de la oposición. Y, sin embargo, Teherán sigue sin vacilar a la hora de duplicar su envío de recursos y de tropas. La pregunta es: ¿acaso los esfuerzos de Irán van a cambiar algo? Las tropas de Assad están cada vez más debilitadas, y este verano ya admitió públicamente que las muertes y las deserciones están maltratando a sus filas.

La profunda implicación de Irán en la batalla ha llevado a algunos analistas a empezar a elucubrar con la idea de que Siria se pueda convertir en el Vietnam particular de la república iraní. Puede que el paralelismo sea imperfecto, pero la comparación es procedente para hacerse otra pregunta elemental: ¿se habrá embarrado Irán más de la cuenta en el lodazal sirio?

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Comparar directamente la implicación de Irán en Siria con el despropósito estadounidense en Vietnam es delicado por varios motivos. La guerra Siria se ha construido en base a una naturaleza de bandos subatómica. Según el Carter Center más de 7.000 milicias rebeldes se han formado desde el principio de la guerra. Los miembros de la oposición se han unido bajo el mismo paraguas — algunos islamistas, como el Ejército de la Conquista o el Ejército del Islam, apoyado por Arabia Saudí; u otros de naturaleza secular e impulsada por Estados Unidos, como la alianza Frente Sur. Los kurdos, por ejemplo, controlan gran parte de la frontera norte. Y combaten, eminentemente, a los combatientes yihadistas de Estado Islámico (EI), asentados en Raqqa, y que controlan un territorio que corta en diagonal hasta alcanzar grandes franjas de Siria. Assad y su imprecisa ristra de fieles siguen aferrados al oeste del país como a un clavo ardiendo.

Además, el despliegue iraní en Siria es muy distinto del estadounidense en Vietnam — no existe, para empezar, un envío masivo de contingente militar. Al contrario, Irán está tirando mucho más de milicias y de otros agentes implicados en su nombre para ayudar al gobierno sirio a recuperar el control. En cambio, Estados Unidos terminó convirtiendo Vietnam en el escenario de un despliegue monumental de tropas movilizadas directamente para entrar en combate.

Dicha preferencia iraní por sumarse a fuerzas ya desplegadas resulta desconcertante. Especialmente a la luz del número de tropas uniformadas en el terreno. Según sendas fuentes libanesas anónimas, Irán habría destinado centenares de tropas más sobre el mismo territorio fragmentado, un escenario de muchos frentes distintos superpuestos y cosidos como retales. Claro que las tropas destinadas no son parte del ejército ordinario iraní, advierte Dina Esfandiary, una investigadora asociada al King's College de Londres.

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"Cuando se cuenta que Irán está enviando a sus tropas de infantería, se presume que se trata de las tropas del ejército iraní [pero]… Irán no ha destinado a ninguna de sus tropas en el extranjero desde su guerra con Irak. Y está claro que no va a hacerlo ahora, en Siria", cuenta. En caso de que haya tropas iraníes desplegadas, éstas procederán de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, la organización militar más grande de la República.

Fouad Hamdan es director de campaña de Naame Shaam, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para valorar y señalar las consecuencias de la presencia de Irán en Siria. Según él, su organización ha visto informes en los que se detalla la entrada de nuevas formaciones de la Guardia Revolucionaria, pero no está en disposición de corroborarlo.

Sin embargo, la diferencia más importante entre ambas guerras, es que Irán está decidido a asaltar Siria con esas condiciones. No parece que la república islámica se haya sido atrapada en un conflicto remoto, en una ciénaga poscolonial que había sido empantanada por otros. Más bien, ha decidido implicarse voluntariamente en nombre de su proverbial aliado regional.

Dentro de la batalla: Al-Nusra, la filial de Al-Qaeda en Siria (Trailer). Ver aquí.

Siria, conjuntamente con Irán y Hezbollah es un miembro fundamental del Eje de la Resistencia, una tríada que aspira a contrarrestar a Israel y a Occidente.

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El estrecho vínculo de Siria e Irán data de 1979. Por aquel entonces, Siria fue el primer país árabe en reconocer diplomáticamente el gobierno revolucionario del Ayatolá, a quien le escribió un mensaje de felicitación. En realidad, las relaciones entre ambos países siguen igual de fuertes que cuando se afianzaron del todo, tras el golpe aperturista de Hafez al-Assad. Y más adelante, tras la invasión estadounidense de Irak en 2003, su vínculo se estrechó todavía más. La embestida de la administración Bush fue el motivo por el que Siria e Irán suscribieran un acuerdo de defensa mutuo en 2005.

La relación entre el tridente nuclear del Eje de la Resistencia vivió un episodio especialmente significativo en 2006 en la guerra entre Israel y Hezbollah en el Líbano. Siria ayudó entonces a Irán a desafiar el embargo de armas internacional que pesaba sobre la organización terrorista libanesa, y consiguió que su arsenal recuperara el aspecto que tenía antes de la guerra en muy poco tiempo.

Siria, ha sido durante la última década, el principal asentamiento de fuera de Irán en la zona. El estado de Al-Assad ha actuado como un canal de apoyo financiero y militar para Hezbollah, y en un enclave en el que desplegar los campos de entrenamiento de los terrorista.

A nivel geopolítico, Siria es fundamental para las operaciones y el desarrollo de Hezbollah, y tal es uno de los motivos de mayor peso para que Hezbollah e Irán hayan acudido al rescate del régimen de Assad. Siria ha sido una fuente inagotable para el grupo terrorista libanés, y para la expansión iraní en el Levante.

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Ahora, Irán y Hezbollah han vuelto a alzarse para respaldar a su aliado, un alegato que delata la importancia de Siria en el Eje. El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah describió a Siria en 2013 como "la columna vertebral de la resistencia". Lo hizo para explicar su intervención para prevenir la caída de Assad. Siria sigue siendo uno de los puntales que asegura la existencia de Hezbollah, de manera que Nasrallah ya haya proclamado "que no nos quedaremos sentados cruzados de brazos".

Irán y Hezbollah ayudaron al gobierno de Assad a incorporar a las milicias paramilitares conocidos como shabiha al organigrama de sus fuerzas del orden en 2013. La flamante institución militar, entrenada por la Guardia Revolucionaria y por Hezbollah, nació inspirada en la milicia iraní Basij. Y, pese a que Hezbollah ha sido deliberadamente falaz sobre la escala de su compromiso militar, los analistas estiman que la presencia de combatientes del grupo en Siria, debe de estar entre los 6.000 y los 8.000.

Mira el documental de VICE News La batalla por Irak: las milicias chiíes contra Estado Islámico

De manera que la comparación con Vietnam no debe referirse solo a Irán: existen cada vez más evidencias de que Hezbollah se está resintiendo también de su participación en la guerra, que ha ido en aumento a lo largo de 2015. La organización dispone de un poderoso contingente militar y sigue despertando el apoyo entre los libaneses. Sin embargo, conforme la guerra avanza, también lo hacen los rumores que señalan los elevados niveles de disidencia y de escepticismo que está despertando. Las pérdidas de la organización terrorista en la guerra civil siria todavía son un misterio, pero las estimaciones de este verano situaban el balance de muertos entre 700 y 1.000. Para ilustrarlo mejor, digamos que Hezbollah perdió un total de 1.248 combatientes en su guerra Israel. Una guerra que duró de 1985 a 2000. El grupo ya ha igualado, o es incluso posible que, a estas alturas, dos años después, ya haya rebasado el balance de muertos de entonces.

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Sheikh Sobhi Tufayli, uno de los fundadores de la organización que fue expulsado de la misma en 1998 declaró al Christian Science Monitor que Nasrallah "ha empezado una guerra con nuestros vecinos que pagaremos durante generaciones".

Claro que Siria no es el único país donde está involucrado el ejército iraní. La situación en Irak también afecta a los compromisos de Irán y a su despliegue en suelo sirio. Y lo cierto es que las milicias de apoyo iraníes ha pasado tanto por momentos de auge como de ostracismo con el conflicto en el país vecino. Tras la caída de la ciudad de Mosul a manos de Estado Islámico (EI) el verano de 2014, las milicias iraquíes han movilizado sus frentes de Siria a Irak, y han tenido que pedir la ayuda de Hezbollah para hacerlo. Tal y como explica Esfandiary ,"cuando Irak está más tranquilo, entonces Irán puede liberar algunos de sus recursos y concentrarlos en Siria, que es, por supuesto, la segunda prioridad".

El tráfico online de este verano y de este otoño indica que la presencia de combatientes iraquíes en Siria está creciendo. Asimismo, el ritmo de reclutamiento también parece más activo. Así ha sucedido en grupos como la Kataib al-Imam (KIA), una organización formada de la disolución de otras varias milicias chiitas. Los informes de mitad de septiembre señalan que la milicias chiitas han estado activas en Latakia, lo que también desvela una potencial colaboración rusa. En última instancia, habrán actuado de manera coordinada con las fuerzas paramilitares respaldadas por Irán.

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Quienes también están luchando por el apoyo del régimen de Assad y están manteniendo los avances rebeldes a raya son los miles de combatientes afganos de la brigada Fatimiya, también controlada por Teherán. Se trata de reclutamientos organizados, a veces de manera forzosa, por la Guardia Revolucionaria iraní, que se abastece de miembros gracias a la empobrecida y perseguida minoría étnica hazara. Al igual que sucede con las milicias iraquíes, la brigada Fatimiya también ha incrementado su ritmo, y se ha hecho mucho más activa entre finales de 2014 y principios de 2015, después de participar en las luchas del régimen cerca de Aleppo y en una ofensiva conjunta con las fuerzas de la Guardia Revolucionaria y de Hezbolla en Deraa, en febrero.

Todo ello contribuye a trazar la significativa inversión iraní en el conflicto, y el potencial alcance de la ayuda de Teherán al gobierno de Assad, si este logra sobrevivir. Se hace difícil monitorizar o cuantificar la extensión del compromiso iraní. Si la situación se convierte, o no, en insostenible para Irán, dependerá de la distancia que la república islamista se haya concedido para seguir delegando masivamente en sus representantes en el terreno, y del número de milicias abastecidas con reclutamientos chiitas.

Por otro lado, en cuanto al rumbo que tomará el conflicto en Siria y qué debería de hacerse a continuación "existen considerables diferencias al respecto en el seno del gobierno iraní", relata Esfandiary. "Muchos de los miembros de las líneas más duras, como la Guardia Revolucionaria, están más que a favor de asegurarse que Assad no se vaya a ninguna otra parte. Sin embargo, a la que hablas con el gobierno de Rouhani o con su ministro de Asuntos Exteriores, Javad Zarif, ellos te dirán que hay que resolver la situación en Siria porque la guerra no ha ido bien".

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En última instancia, existen diferencias de opinión sobre si Irán se ha metido en una misión inextricable o no.

"Sí, la verdad es que han investido muchísimo y que resultará una inversión demasiado sacrificada si no sale bien", comenta Esfandiary. "Pero yo creo que Irán es bastante pragmático. De manera que si siente realmente que está contra las cuerdas y que tiene que salir de Siria a toda costa, entonces encontrará la manera de hacerlo y de hacerlo sin despeinarse".

Hamdan, es de otra opinión. Cuando se le pregunta si Irán ya ha ido demasiado lejos en la guerra civil, su respuesta es: "Sí, absolutamente".

Respecto a la implicación específica de Hezbollah, Hamdan cree que, como fuerza invasora que son "no sobrevivirán. No saldrán de allí de la misma manera que han entrado. Es su Vietnam. Se creen que pueden hacerlo sin preocuparse por las consecuencias". A pesar de su temprano optimismo, de haber visualizado una victoria rápida, advierte que ya han pasado dos años y que siguen atrapados dentro de Siria.

Irán corre el riesgo en Siria de dejar de ser la cabeza visible como líder de los aliados chiíes. Otro riesgo al que se enfrentan es a la pérdida de su punto de apoyo en la región del Levante, lo que significaría darle un espaldarazo a Hezbollah. Irán se juega mucho y el camino que tiene por delante es costoso e incierto. El conflicto sirio es una carnicería bizantina e intratable., así que… ¿Qué clase de victoria esperan conseguir los iraníes?

Sigue a Torie Rose DeGhett en Twitter: @trdeghett