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¿Qué daño le ha hecho a Rafa Márquez pasar una semana en la 'lista negra' de EEUU?

Millonarios patrocinios perdidos, el abandono de poderosos aliados, el congelamiento de cuentas bancarias en México... el excapitán de la Selección Nacional y el cantante Julión Álvarez han resentido así su supuesta liga con el narco.
Imagen por Cuartoscuro.com
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A una semana de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunciara que el ídolo del futbol mexicano, Rafa Márquez, y el famoso cantante de corridos, Julión Álvarez, están en su "lista negra" de personas vinculadas al narcotráfico, las consecuencias han comenzado a caer como cascada para el excapitán de la Selección Nacional y el cantautor que fue elogiado como "un gran ejemplo para la juventud mexicana" por el presidente Enrique Peña Nieto.

Las pérdidas para ambos no sólo incluyen el golpe a su imagen pública. También han perdido apoyos claves en su carrera, como poderosos aliados y millonarios patrocinadores, además de que el gobierno de México, a través de la Secretaría de la Hacienda, les ha congelado sus bienes y cuentas bancarias en México, por lo que, por ahora, sólo cuentan con el dinero en efectivo que tengan guardado en sus propiedades. Ni siquiera pueden usar ya sus tarjetas de crédito.

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El ídolo del fútbol mexicano, Rafa Márquez, es vinculado al narcotráfico. Leer más aquí.

Para entender la gravedad de la situación de Márquez y Álvarez, hay que regresar 22 años, a octubre de 1995, cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ordenó crear una base de datos con personas y empresas extranjeras y ligadas al tráfico de drogas para impedirles hacer negocios con su país.

Por tratase de una medida en plena guerra contra las drogas, los detalles de la ley son especialmente duros. Eventualmente, en 1999, ese mandato se conoció como Ley Kingpin y está bajo el control de la Oficina de Control de Activos Extranjeros. En resumen, aquellos dentro de esa "lista negra" no pueden ser contratados, contactados, ayudados financieramente o recibir colaboraciones de ningún ciudadano o empresa estadounidense. Si alguien lo hace, corre el riesgo de ser tratado como cómplice y terminar acusado de los mismos delitos graves. Para los habitantes de Estados Unidos, las sanciones pueden llegar hasta 30 años en prisión y para las empresas, multas que superan los 10 millones de dólares.

Además, quienes estén en la "lista negra" no pueden entrar a Estados Unidos —se les revoca de manera automática su visa— y sufrirán el congelamiento de cuentas bancarias y la posible expropiación de sus bienes en suelo estadounidense.

Su inclusión en esa base de datos no significa necesariamente que sean culpables, sino que el gobierno de Estados Unidos asegura contar con evidencia criminal suficiente para decidir cortar cualquier nexo entre la nación y los nombrados. Sin embargo, basta echar un ojo a los nombres en la "lista negra" para saber que se trata de un club con una membresía al que pocos quisieran pertenecer.

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Ahí están los cuatro fundadores del Cártel de Cali, en Colombia, entre ellos el infame José Santacruz Lodoño; los sádicos creadores del Cártel de Tijuana, México, Benjamín y Ramón Arellano Félix; cualquier miembro de la organización mafiosa italiana N'drangheta; los militantes del grupo terrorista Partido Kurdo de los Trabajadores; más recientemente, el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, acusado de narcotráfico; y más de 2.000 compañías e individuos, que ya han sido enjuiciados en sus países o que están libres, porque los gobiernos locales no los han hallado responsables.

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Y junto a todos ellos, están los nombres del goleador mexicano Rafa Márquez y de la estrella de la música norteña Julión Álvarez.

Para el primero, las consecuencias más visibles están en la pérdida de empresas patrocinadoras con sede en Estados Unidos que le pagaban millones de dólares por ser el rostro de la marca ante el público. De acuerdo con el diario Reforma, Nike y Gillette han cancelado los contratos con el futbolista. Y su participación en los juegos con la Selección Nacional de cara al Mundial de Rusia 2018 y con su equipo local, Atlas, están suspendidos hasta nuevo aviso.

Además, ninguna empresa con capital estadounidense podrá hacer negocios con empresas ligadas a Rafa Márquez, como la Escuela de Futbol Rafa Márquez o el Grupo Terapéutico de Puerto Vallarta, entre otros de sus nueve negocios fuera de la cancha.

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Para el cantante, todas las fechas de presentaciones en Estados Unidos han quedado canceladas. Las regalías de su música derivadas de plataformas como Youtube, iTunes o Spotify están terminadas por el momento y no podrá comprar instrumentos musicales o equipo de sonido de empresas estadounidenses. En el mejor de los casos, Julión Álvarez podrá seguir tocando en México, pero se antoja un reto difícil, pues sus cuentas bancarias en suelo azteca están bloqueadas.

Ambos han negado los supuestos nexos con el capo independiente Raúl Flores, quien presuntamente trabajaba para el Cártel Jalisco Nueva Generación y La Familia Michoacana, entre otros grupos. Y han adelantado que apelarán la decisión y buscarán salir de la "lista negra" de Estados Unidos.

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Sin embargo, su misión se vislumbra complicada. O, al menos, tardada.

En 2015, la Oficina de Control de Activos Extranjeros tenía registro de que, en más de dos décadas de existir, sólo 64 ciudadanos mexicanos habían logrado salir de la "lista negra". Según una nota del diario El Universal, ser absuelto es un proceso que tarda, en promedio, seis años en materializarse, un periodo que jubilaría anticipadamente del futbol profesional a Rafa Márquez, quien hoy tiene 39 años.

El primer gran obstáculo es que, debido a que la ley prohíbe a cualquier ciudadano o empresa hacer negocios con los nombrados en la lista, es un calvario buscar un abogado que acepte representar a los acusados, pues temen que al aceptar el pago de sus honorarios sean tratados como cómplices de un delincuente.

El segundo es que, remover un nombre de la lista, no está en lo alto de las prioridades del gobierno de Estados Unidos, así que el proceso puede ser tan tardado como lo desee la burocracia estadounidense.

Y el tercero es que la ley es tan dura que, incluso si se comprueba la inocencia de ambos, Rafa Márquez y Julión Álvarez podrían cargar con el estigma del narcotráfico toda su vida profesional.

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