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Asia

¿Por qué fue destituida la presidenta de Corea del Sur?

Park Geun-hye, de 65 años, es la primera mujer en la historia en gobernar el país asiático. Y también es la primer líder democráticamente electa desde la época de las dictaduras en ser depuesta del cargo por un caso de corrupción.
Imagen por Jung Ui-Chel/EPA
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Este viernes, los habitantes de Corea del Sur se fueron a dormir sin tener presidenta: Park Geun-hye, la primera mujer en la historia en gobernar el país asiático, ha sido forzada a dejar el cargo por órdenes del Tribunal Constitucional surcoreano.

Por unanimidad de ocho votos y en medio de protestas que han dejado dos muertos, la hija del dictador Park Chung-hee —quien lideró el país con mano dura entre 1963 y 1979— quedó fuera de la Casa presidencial y será sustituida por quien gane las elecciones extraordinarias que se llevarán a cabo en máximo 60 días.

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Con esta decisión, los jueces han confirmado lo que el parlamento de Corea del Sur dictaminó en diciembre del año pasado: "la Excelentísima Señora de 65 años debía ser depuesta por perjudicar seriamente el espíritu democrático del país y el respeto a las leyes".

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En Corea del Sur, este drama político lleva el nombre de 'Caso Rasputina' y tiene como protagonista a la ahora ex presidenta y a su mejor amiga la consejera Choi Soon-Sil.

Para entender la relación entre ambas, hay que remontarse a 1974, cuando el padre de la ahora ex presidenta sobrevivió a un atentado, pero falleció su madre. El dictador, herido y triste, buscó consuelo en un vidente y monje budista que le aseguró que podía ayudarlo a contactar a su esposa en el más allá. Este 'adivino' se convertiría en pocos años en un íntimo consejero del dictador, hasta la muerte de Park Chung-hee.

Choi Soon-Sil es la hija de ese vidente y desde niña se convirtió en una especie de hermana de la ex mandataria Park Geun-hye. Durante años, se supo de la cercanía entre ambas, aunque Park Geun-hye siempre argumentó que se trataba sólo de amistad y que su amiga no daba servicios como consejera presidencial ni estaba en la nómina del gobierno.

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Sin embargo, esa versión se cayó en noviembre de 2016, cuando una cadena de televisión local tuvo acceso a una vieja computadora de la amiga de la entonces presidenta y halló documentos clasificados y recomendaciones sobre políticas nacionales e internacionales. La oposición reaccionó inmediatamente cuestionando la capacidad de Park Geun-hye para liderar el país por sí misma y preguntó por las implicaciones legales de compartir información sensible para la seguridad nacional con una simple civil.

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A partir de entonces, Choi Soon-Sil obtuvo el apodo que lleva el caso. La prensa comenzó a hablar de ella como "La Rasputina", un término denigrante para referirse a una consejera que era el verdadero poder detrás del poder.

La amiga presidencial primero negó las acusaciones. Luego, admitió que tuvo acceso a "algunos" documentos. Y finalmente aceptó su culpa, cuando surgió nueva información que la ubicaba al centro de una red de sobornos que ella administraba. Presuntamente, Choi Soon-Sil usaba un par de fundaciones y su influencia con la presidenta para obtener y repartir dinero a cambio de ayudar a empresas, como Samsung, a obtener contratos millonarios con el gobierno.

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"Cometí un delito por el que merezco morir", admitió Choi Soon-Sil, horas antes de ser detenida el año pasado. Su culpa se trasladó hasta la presidenta, quien ahora que perdió el fuero será investigada como cualquier civil por los delitos de corrupción y tráfico de influencias y corre el riesgo de ser aprehendida y pisar la cárcel.

La opinión popular tampoco favorece a la exmandataria Park Geun-hye de cara a su juicio: según sondeos locales, ocho de cada diez surcoreanos la quiere ver en prisión. Además, su agenda conservadora no parece haber convencido a sus gobernados y un líder opositor de izquierda se perfila como el nuevo presidente democráticamente electo.

La llegada de un presidente de izquierda podría flexibilizar las relaciones binacionales entre Corea del Sur y Corea del Norte, congeladas tradicionalmente por gobiernos conservadores.

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