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El día que Calais se sublevó contra la ultraderecha y su política anti inmigratoria

Marine Le Pen, líder de la formación de extrema derecha francesa Frente Nacional, perdió este domingo unas elecciones cruciales para el control de la pequeña ciudad portuaria del norte del país donde más de seis mil migrantes malviven.
Pierre Longeray
Paris, FR
Imagen por Pierre Longeray/VICE News
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Es domingo por la noche en el Centauro, un bar restaurante del centro de Calais. Los responsables de las mesas electorales se han reunido aquí para seguir en directo los resultados de las elecciones autonómicas.

La cerveza corre a borbotones y todos las miradas están pegadas al televisor. Los resultados quedan casi confirmados pasadas las 8 de la tarde. Entonces se anuncia la victoria del candidato de centroderecha Xavier Bertrand, quien arrebata a su rival, la fascista y líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, el cetro de Nord-Pas-de-Calais-Picardie.

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A pesar de haber cobrado ventaja tras la primera vuelta de los comicios, Le Pen terminará cayendo por un margen superior a los 10 puntos en Calais. La candidata de la ultraderecha conseguirá solo el 44,87 por ciento de los votos, mientras que Bertrand se impone inesperadamente con el 55,13 por ciento.

"Vaya. Menudo bofetón en toda la cara", comenta uno de los controladores electorales a un amigo suyo — ambos están visiblemente aliviados con los resultados.

Una mujer acude a votar en uno de los colegios electorales de Calais. (Todas las imágenes por Pierre Longeray/VICE News Francia)

Hace solo una semana la ventaja de Le Pen parecía insuperable. La candidata ultraconservadora había batido a todos sus rivales en 6 de las 13 prefecturas en juego. Entonces, las encuestas vaticinaban una victoria aplastante de Le Pen, quien hace solo 7 días contaba con el favor del 49.1 por ciento del electorado. Entonces Bertrand estaba muy, muy lejos, con apenas el 23.4 por ciento de los votos.

Sin embargo, en una ciudad que se ha convertido en un emblema de la dura lucha de los migrantes y del fracaso de la política europea en materia de refugiados, el Frente Nacional fue incapaz de mantener su holgada ventaja y conquistar la victoria.

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De hecho, al final, el Frente Nacional no consiguió imponerse en ninguna sola provincia, a pesar de haber alcanzado unos registros asombrosos, de record, al finalizar la primera vuelta. Mientras tanto el Partido Socialista (PS), logró mantener in extremis el poder en 5 prefecturas, aunque padeció un incontestable revés en la región parisina de Île-de-France. Los socialistas, conscientes de lo que se les avecinaba tras la primera ronda, decidieron alentar abiertamente al electorado para que apoyara al partido de Los Republicanos, la formación de centroderecha del ex presidente Nicolas Sarkoy, que terminó imponiéndose en 7 provincias. Era la única manera de batir a Le Pen. Y funcionó.

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Los controladores electorales observan la retransmisión de los resultados en un bar restaurante de Calais.

"Este era un pueblo tranquilo antes de que llegaran los migrantes", explica Romain, de 28 años, solo unas horas antes del anuncio de los resultados definitivos. Hubo una época, recuerda, en que Calais "hasta era popular como destino turístico".

Se estima que actualmente más de 6.000 migrantes viven en la ciudad portuaria del norte de Francia. Lo hacen hacinados en un campamento improvisado al que se conoce popularmente como la Jungla — una vasta y fangosa extensión de tierra que queda a un puñado de kilómetros del centro de la ciudad. Calais es la población donde arranca el túnel del canal de la Mancha, una ubicación estratégica para aquellos migrantes que desean alcanzar las costas británicas. De tal forma, cada día centenares de ellos arriesgan sus vidas para trepar a trenes y camiones en marcha que se dirigen al Reino Unido. Desde principios de este verano son ya 15 los exiliados que han perdido la vida a las puertas del túnel.

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Romain — que vive en Calais desde hace 10 años — no ha votado. Ha preferido salir a pescar pescadillas bajo la gélida llovizna del norte. "Yo no voto", afirma. "Tampoco va a cambiar nada si lo hago", asegura.

Romain se encuentra actualmente en el paro, aunque de vez en cuando consigue "trabajos en negro". De hecho, aprovecha para vender pescado "a familia y amigos" para subsistir.

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Romain considera que los migrantes no son un problema en sí mismos, sin embargo cree que su presencia está privando a Calais de los ingresos del turismo, algo que le vendría muy bien. La llegada de los migrantes, según teoriza Romain, ha provocado una sensible disminución del número de turistas británicos.

Romain, de 28 años, ha preferido salir a pescar pescadilla en lugar de acudir a las urnas. "Tampoco cambiará nada", declara a VICE News.

"La verdad es que ya casi no quedan turistas británicos, aunque hoy han venido unos cuantos a comer", explica Nathalie, camarera en la pizzería London Bridge, en el corazón de Calais. "Es una lástima, especialmente teniendo en cuenta nuestro nombre".

Nathalie ha declarado que los migrantes raramente provocan incidente alguno. "Sin embargo aparecen todo el rato por la televisión y yo creo que eso disuade un poco a la gente", considera.

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Sandrine es una de las compañeras de Nathalie. Ella lleva trabajando 10 años aquí. Dice que han pasado de ser 7 a 2 camareros. Para ella, el ascenso del Frente Nacional en la primera ronda de los comicios se explica porque la gente "está harta".

Sandrine ha acudido a las urnas esta mañana antes de ir a trabajar. Tenía sus esperanzas puestas en la victoria de Bertrand. "Yo creo que en la primera ronda solo salieron a votar unos pocos", relata. "Pero este domingo, los ciudadanos de Calais han salido en masa a votar para cambiar los resultados", explica.

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Un edificio abandonado se levanta sobre una calle vacía de Calais.

"Los colegios electorales estaban prácticamente llenos a las 11 de la mañana", narra Eugène, de 70 años, ataviado con un anorak en el que se lee la inscripción "liga de fútbol amateur de Calais". Eugène está sentado en la cafetería Marinerie — un apacible local situado en primera línea de mar —. Confía en que el Frente Nacional no consiga la victoria. "La gente se ha echado a la calle para votar contra Le Pen", explica este Eugène, oriundo de Calais y proverbial socialista. Al igual que han hecho otros muchos electores de la zona, Eugène ha votado a Bertrand para impedir la victoria del FN.

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"Todo el mundo está tan obsesionado con el tema de los migrantes, que nos estamos olvidando del resto de problemas de la ciudad", advierte. El 17 por ciento de los habitantes de Calais están en el paro, se trata de la tasa de desempleo más alta de toda la región. De hecho, los niveles de paro de Calais rebasan con creces el promedio nacional galo, situado en el 10,5 por ciento.

Un letrero da la bienvenida a los clientes de la cafetería Marinerie, en Calais.

"En los años 80 Calais tenía 150 fábricas de cordones", explica Daniel, un exiliado irlandés sexagenario. "Hoy ya solo quedan dos. Las fábricas están cerrando y las empresas que administran el servicio de transbordadores cada vez emplean a menos personal por turno".

"Mi casa está en venta desde hace 4 años", explica Claude, un amigo de Daniel, "pero todavía no he encontrado un solo comprador". Cualquiera que pasee por las calles de Calais descubrirá la abundancia de carteles de "en venta" que cuelgan de las ventanas de un sinfín de edificios y de casas repartidas por toda la población.

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"La gente señala a cabezas de turco como responsables de los problemas", explica Christian Salomé, presidente de Auberge des Migrants, una asociación consagrada al apoyo a los migrantes radicada en Calais. "Es inevitable que alguno de los miles de migrantes que se concentran aquí haya cometido algún pequeño delito, como hurtos menores", cuenta Salomé. "Pero la verdad es que ninguno tiene la menor intención de despertar el interés de la policía. Lo que quieren es que nadie advierta su existencia, ser invisibles y cruzar el canal.

'La obsesión con los migrantes es tal que nos estamos olvidando del resto de problemas de la ciudad. Y eso es muy triste'.

En los días previos a la segunda ronda de votaciones, Le Pen anunció que, en caso de hacerse con la victoria, recortaría las ayudas destinadas a los grupos que prestan ayuda a los migrantes.

Salomé considera que si hubiese ganado Le Pen, su grupo apenas lo notaría. "Apenas recibimos 6.000€ al año del gobierno autonómico. Pero lo cierto es que cada mes nos gastamos los aproximadamente 100.000€ que recibimos en donaciones".

Claro que otra cosa sería medir el impacto "psicológico" que hubiese significado la victoria del FN, explica. Salomé relata que muchos de los trabajadores implicados en prestar ayuda a los migrantes han sido "intimidados" con toda suerte de llamadas telefónicas anónimas. A algunos también les han rajado los neumáticos de sus vehículos. "Yo creo que la victoria de Le Pen hubiese provocado que algunos se sintieran impunes", reflexiona Salomé.

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Los transbordadores británicos espera la llegada de pasajeros en el puerto de Calais.

Además de ser el hogar del mayor campamento de migrantes de Francia, Calais también es la sede donde se concentran varios colectivos contrarios a los refugiados — algunos de los cuales apoyan abiertamente al FN. Colectivos como Calais Libre o Calàisiens en Colère reivindican estar luchando "contra la inseguridad motivada por los migrantes". Estos emplean las redes sociales para difundir su propaganda contra los migrantes.

A pesar de los 32.000 likes que acumula en Facebook, lo cierto es que apenas fueron 100 los que se concentraron a protestar contra la migración. La convocatoria se celebró el domingo a la salida de la Jungla.

Mientras tanto, los migrantes lidian en el interior de su campamento contra las gélidas temperaturas y hacen lo posible por no mojarse bajo el temporal invernal.

Mud & abandoned shoes in the Jungle, Calais, where 1000s of migrants/refugees still live. — Sally Hayden (@sallyhayd)December 13, 2015

Barro y botas abandonadas en la Jungla, en Calais, donde viven miles de migrantes y de refugiados.

La semana pasada el célebre artista grafitero británico Banksy se presentó en la Jungla, donde ha dibujado un mural dedicado al ya fallecido fundador de Apple Steve Jobs, hijo de un refugiado sirio.

"He came in the night. I didn't know who he was"- this man saw Banksy in the Jungle in Calais. @vicenews pic.twitter.com/xxnmT7zRhV

— Sally Hayden (@sallyhayd) December 13, 2015

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"Apareció en mitad de la noche. Yo no sabía quién era – este hombre vio a Banksy en la Jungla, en Calais. (tuit de Sally Hayden)

Jörg es un maestro de 50 años de origen sueco. Está a la salida de un colegio electoral. Jörg desata su bicicleta y cuenta que "conseguí la ciudadanía francesa hace 30 años".

"Al igual que hice en 2002, he votado para asegurarme que Le Pen no ganara. Claro que, esta vez, en lugar de frenar al padre había que frenar a la hija", explica. En 2002 se produjo otra legendaria segunda vuelta electoral. Aquella enfrentó a Jacques Chirac y al fundador del FN, Jean-Marie Le Pen, padre de Marine. Entonces Chirac consiguió mantener la presidencia, después de que los franceses se echaran a las calles para votar a favor del socialismo y evitar el ascenso de Le Pen. "He cumplido con mi obligación pero me sigo tapando la nariz para protegerme del hedor a fascismo", cuenta Jörg.

La noche del domingo se despliega sobre Calais y los niños y las niñas de la ciudad se concentran en la plaza principal para patinar sobre hielo, subirse al tiovivo o hacerse una fotografía con Papá Noel.

Conforme el anuncio de los resultados electorales se aproxima, los bares y los restaurantes del centro empiezan a llenarse. Un grupo de turistas británicos deambula por la rue Royale, rumbo al casco antiguo. Están borrachos y parecen completamente ajenos a la tensión política en la que está inmersa la ciudad.

En la provincia de Nord-Pas-de-Calais Picardie, Bertrand derrota a Le Pen con un margen de casi 15 puntos de diferencia.

Todas las imágenes por Pierre Longeray/VICE News Francia.

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