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Estados Unidos

Este diplomático ruso parece ser tóxico para la 'administración Trump'

Las diversas reuniones que altos cargos de Estados Unidos han mantenido con Sergey Kislyak, el embajador ruso en ese país, han sido perjudiciales para su carrera política. Ahora el fiscal general Jeff Sessions está en el punto de mira.
imagen vía Anatoly Maltsev/EPA
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Las charlas con el embajador de Rusia en Estados Unidos, Sergey Kislyak, parecen ser el 'beso de Judas' en la carrera política de altos cargos de la administración Trump.

Este miércoles, el diario Washington Post reportó que Jeff Sessions, fiscal general de los Estados Unidos, se reunió dos veces con Kislyak antes de las elecciones presidenciales que se realizaron el 8 de noviembre del año pasado, mientras Sessions aún era senador. Las reuniones por sí mismas no están fuera de la ley, el problema es que Sessions no habló sobre ellas en enero, cuando estaba bajo juramento en su audiencia de confirmación en el Senado como fiscal.

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Las reuniones, que se realizaron en julio y septiembre, levantaron dudas sobre la confianza que se puede tener en las respuestas que dio Sessions durante su confirmación, lo que ha generado distintas peticiones para que no participe en las investigaciones federales sobre la intervención de Rusia en el proceso electoral. Incluso han llegado a pedir que renuncie del cargo como fiscal general. Durante la tarde del jueves, Sessions anunció que se retiraba voluntariamente de cualquier investigación federal sobre Rusia.

Desde la campaña presidencial, Trump y su equipo tenían pláticas secretas con Rusia. Leer más aquí.

Los últimos reportes en torno a los encuentros ente Sessions y Kislyak amenazan con hundir a otro importante oficial en la tambaleante administración de Trump, además de aumentar la controversia sobre sus relaciones con Rusia.

Entonces, ¿quién es el hombre que ha causado tantos problemas a la Casa Blanca?

Un largo historial en los Estados Unidos

Uno de los diplomáticos rusos de más alto perfil, Kislyak de 66 años ha sido embajador de Rusia en Washington desde 2008 —un periodo tres veces mayor al promedio—, con décadas de experiencia en el área.

De acuerdo con su biografía oficial, es un ingeniero entrenado que se unió al Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa en 1997, y es reconocido por ser especialista en desarme. Ha servido en varios puestos dentro del territorio estadounidense: primero como parte de la misión de la Unión Soviética en Naciones Unidas, de 1981 a 1985, después en la embajada que está en Washington hasta 1989. También fungió como embajador en Bélgica, como representante permanente de Rusia ante la OTAN, para luego pasar a ser el subdelegado del Ministerio de Relaciones Exteriores y finalmente ocupar el lugar más importante en Washington meses antes de que Obama asumiera el poder.

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¿Espía o diplomático?

Sin embargo, existen preguntas sobre la verdadera naturaleza del trabajo que Kislyak desempeña en Washington. La comunidad de inteligencia estadounidense considera al embajador como "uno de los principales espías y reclutas de espías en Washington", de acuerdo a un reporte de la cadena CNN. Oficiales rusos han rechazado tales acusaciones, y anteriores embajadores estadounidenses que han trabajado con Kislyak dijeron a VICE News que la imagen que muchas veces presentan de él no corresponde a lo que ellos conocen.

"Creo que es una exageración", dijo William Courtney, exembajador de Estados Unidos en Gerogia y Kazajistán. "Kislyak es bien conocido por ser un diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores, un especialista en control de armas. Nunca he escuchado que alguien diga que Kislyak venga de la KGB" [el antiguo aparato de inteligencia rusa].

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Consciente de los crecientes temores sobre una posible intervención rusa en el proceso electoral de Estados Unidos, el secretario de prensa de Kislyak, Yuri Melnik declaró a USA Today que Rusia intentaba evitar cualquier sospecha de interferencia.

"Tratamos de mantenernos lo más alejados posible de esas elecciones, sobre todo desde que cualquier movimiento que hacemos es malinterpretado y usado en las discusiones políticas", escribió Melnik a través de un correo.

Aún así, Kislyak se mantuvo muy cerca durante las elecciones desde abril del año pasado, cuando se sentó en la primera fila durante uno de los discursos de Donald Trump sobre política extranjera. En su discurso, Trump dijo: "Creo que es posible reducir las tensiones que hay con Rusia, así como mejorar las relaciones. El sentido común dice que este ciclo de hostilidad debe terminar".

A finales del año pasado, Kislyak se mostró bastante sincero respecto a los lazos que existen entre Estados Unidos y Rusia: "Vivimos uno de los peores momentos en nuestra relación".

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