Uno de los trabajos de José Luis, fotógrafo de comuniones y bautizos y propietario de una tienda de fotografía convertida en ruinas. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)
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En medio de los escombros hay esparcidas varias fotos: una graduación, un cumpleaños infantil, una boda, varios retratos. Son los recuerdos de los vecinos de José Luis, fotógrafo de comuniones y bautizos y propietario de una tienda de fotografía convertida en ruinas.Él se ha quedado sin casa — vivía encima de la tienda — y sin negocio. "El terremoto destruyó la cámaras, la impresora, el ordenador. Todo lo que necesito para trabajar. ¿Cómo voy a ganarme la vida ahora?", se lamenta mientras intenta recuperar el material que todavía no había entregado a sus clientes.Se ha instalado justo enfrente de su tienda y desde aquí custodia lo poco que queda en pie. Con algunos vecinos, han juntado dinero para poder remover los escombros. Él ansía recuperar sus pertenencias más valiosas. Otros quieren encontrar los cuerpos de sus familiares para darles una sepultura digna.Su mujer y sus hijos se han ido a vivir con unos familiares. "No querían ir a la pista de aterrizaje donde las condiciones son muy precarias", cuenta.La economía ecuatoriana entra en una crisis, tras el devastador terremoto que dejó más 654 muertos. Leer más aquí.
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