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EEUU planea abrir centros para consumir heroína de forma segura

Estos programas no sólo podrían reducir el consumo de la droga, también han servido para combatir los índices de infecciones por VIH y han dado resultado positivos en otros lugares donde se han aplicado como Canadá.
(Imagen por John Moore/Getty Images)
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En los últimos años, casi todas las grandes ciudades de Estados Unidos se han visto afectadas por una ola de abuso de heroína y sobredosis, pero ninguna ha enfrentado el problema como planea hacerlo Seattle.

El jueves pasado, una fuerza especial recomendó que la ciudad y las municipalidades aledañas abran lugares donde los adictos puedan inyectarse o consumir opioides sin el temor de ser arrestados. Además, las instalaciones proveerían agujas limpias y tratamientos.

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Después de publicar un reporte de 99 páginas sobre el tema, en el cual se destacaban los múltiples beneficios obtenidos de experimentos en otras partes del mundo, Dow Constantine, ejecutivo del Condado de King, explicó a los reporteros por qué decidió aprobar los sitios de "consumo seguro".

"Si se trata de una estrategia que salva vidas, si hay gente en riesgo de morir, entonces es algo en lo que tenemos que avanzar a pesar del descontento político", dijo.

Casi todas las autoridades locales se han sumado al plan, incluyendo al alcalde de Seattle, Ed Murray, quien no precisó dónde y cuándo abrirían las instalaciones de esos centros, pero sí prometió evitar cualquier "problema" a nivel local.

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Lindsay LaSalle, abogada de la Alianza sobre Políticas de Drogas (DPA, por sus siglas en inglés), dijo que mientras en ciudades como Nueva York, Boston, San Francisco y Baltimore han tomado la misma dirección en programas de reducción de daños, Seattle es el primero en comprometerse completamente en establecer lugares de inyección supervisada.

"Es emocionante", expresó LaSalle. "El apoyo de alguien como el alcalde es algo innovador".

El uso de heroína y otros opioides ilícitos seguirá siendo técnicamente ilegal dentro de las instalaciones, pero la policía y autoridades están dispuestos a dejar de arrestar a las personas y presentar cargos. Es el mismo principio que llevó al establecimiento de programas intercambio de jeringas, los cuales son comunes a lo largo de Estaos Unidos.

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Los lugares de consumo seguro se basan en la idea de que es mejor tanto para los consumidores como para el resto de la gente que los adictos se inyecten en el interior de un lugar en el que no morirán, y no en un parque, en la acera, un callejón o solos en algún lugar aislado. Además de brindarles agujas estériles, los miembros del equipo en las instalaciones regularmente cuentan con antídotos para la sobredosis, como naloxona.

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Sólo un par de horas al norte de Seattle, en Vancouver, Canadá, se encuentra Insite, el primer y único lugar en Norteamérica de inyecciones supervisadas. De acuerdo con la vocera Anna Marie D'Angelo, en Insite se han consumido más de 3 millones de dosis de droga desde que abrió en 2003, y no se ha registrado ni una sola sobredosis fatal. El lugar trabaja muy de cerca con la policía de Vancouver, informó D'Angelo.

Los visitantes de Insite tienen acceso a un cuidado médico integral por parte del sistema de salud pública de Canadá y más allá de haber reducido las sobredosis en un 10 por ciento en Vancouver, el programa también ha servido para reducir los casos de VIH, haciendo que en la Columbia Británica, la provincia canadiense donde se ubica Vancouver, tenga uno de los índices más bajos.

'Tenemos que reducir las prejuicios políticos y médicos en torno a la inyección pública'.

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Se espera que Seattle establezca estos centros donde los consumidores ya pueden acceder a programas de rehabilitación, jeringas limpias y cuidados básicos. Una encuesta reciente de los participantes del programa de intercambio de jeringas en Washington encontró que 75 por ciento de ellos estaba interesado en recibir ayuda para reducir o frenar su uso, pero sólo un 14 por ciento estaban en tratamiento. En la ciudad y áreas cercanas se registraron 132 casos de sobredosis el año pasado, un ligera disminución desde el 2014.

Los centros de consumo supervisado en Seattle no están siendo anunciados como una solución universal, pero LaSalle afirma que si las instalaciones prueban ser efectivas, podrían esparcirse a nivel nacional.

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El alcalde de Ithaca, Nueva York, propuso abrir centros de inyección a principios de este año, pero sus planes se han enfrentado a la oposición de algunos oficiales locales y legisladores del estado. Los oponentes afirman que darle a los adictos lugares donde drogarse sólo llevaría a un mayor consumo, aunque investigaciones de Insite, el centro establecido en Vancouver, han demostrado que estas suposiciones carecen de fundamento.

"Parece una idea bastante radical, pero tenemos que hacer entender a la gente que se trata de un paso más", dijo LaSalle. "Tenemos que reducir las prejuicios políticos y médicos en torno a la inyección pública. Si mejoramos la seguridad pública, luego vienen todos los beneficios para los propios usuarios".

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