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El Ejército de Liberación Nacional exhibe su fuerza en pleno proceso de paz

La segunda guerrilla más grande de Colombia ha llevado a cabo una serie de ataques en los últimos días que se interpretan como un intento para mejorar y fortalecer su posición ante una posible nueva mesa de negociación con el gobierno.
Imagen por Christian Escobar Mora/EPA
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El segundo grupo guerrillero más grande de Colombia está intentando recordarle al mundo que aún se mantiene activo en un presunto intento de influir en el proceso de paz que se está llevando a cabo en el país.

Durante el inicio del pasado fin de semana, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) impuso un cerco económico de 72 horas en las zonas donde tiene influencia y llevó a cabo una serie de ataques a pequeña escala contra militares, la policía e infraestructuras de todo el país. Durante los ataques, un policía murió y varias personas resultaron heridas, entre ellas al menos dos civiles.

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El presidente Juan Manuel Santos dijo a los periodistas que los guerrilleros estaban violando el derecho internacional humanitario con "una muestra de debilidad". Las autoridades colombianas también cerraron la cuenta principal del ELN en Twitter el sábado, así como de la cuenta de la emisora de radio de la organización, RANPAL.

Colombia se encamina hacia la paz, pero los sindicalistas siguen muriendo. Leer más aquí.

Por su parte, el ELN emitió un comunicado el lunes enumerando los mayores problemas del estado colombiano según su parecer, donde critica la dependencia de la exportación de materias primas, así como también la escasa respuesta del gobierno frente al fenómeno climático de El Niño.

"Frente a la tiranía que nos gobierna, el ELN ejerce el legítimo derecho a la rebelión", añade el grupo en su documento. "Mientras se intensifica la campaña mediática para desarmar a las guerrillas en nombre de la paz, se arremete con las fuerzas estatales contra la población que pide la paz con justicia social".

Los rebeldes del ELN han mantenido con el gobierno conversaciones exploratorias de paz desde 2014, pero se han visto truncadas reiteradamente. Mientras tanto, el gobierno y el mayor grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se acercan cada vez más a la firma de un acuerdo de paz permanente.

El ELN y el gobierno coquetearon en unas conversaciones de paz hasta hace un par de meses, cuando los guerrilleros recrudecieron sus ataques contra las fuerzas del Estado, en lo que ha sido interpretado como un intento de fortalecer su posición en la mesa de negociación.

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Las acciones actuales son consecuencia de esta situación, aunque también se cree que tienen el objetivo de conmemorar el 50 aniversario de la muerte de su carismático referente, el sacerdote devenido en guerrillero Camilo Torres Restrepo, influyente figura colombiana en la Teología de la Liberación, quién murió en la primera operación de combate del grupo.

Adam Isacson, de la Oficina de Washington para América Latina, opina que el motivo real detrás de los ataques probablemente esté relacionado directamente con las negociaciones.

O bien, afirma, podría tratarse de "una última demostración de fuerza para mejorar la posición del ELN" antes del inicio de las conversaciones, o bien, continúa, podría indicar que "las conversaciones exploratorias se han caído y el ELN está tratando de lograr que el gobierno se siente de nuevo a la mesa, mostrando el daño que todavía es capaz de hacer, y la gran cantidad de áreas del país donde el grupo todavía puede operar".

El grupo guerrillero anunció el viernes un boicot a toda actividad comercial, incluido el transporte público, a partir del domingo.

El gobierno lo denominó "paro armado". El grupo rebelde ha realizado previamente paros regionales, pero una prohibición nacional no tiene precedentes. La población civil de las zonas controladas por el ELN ha cumplido previamente los dictámenes guerrilleros, por temor a represalias.

Claves del proceso de paz que el ELN y el gobierno colombiano podrían iniciar en enero. Leer más aquí.

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Las acciones armadas comenzaron el sábado por la mañana cuando los guerrilleros atacaron una central eléctrica en Antioquia, al noroeste del país. Los enfrentamientos entre la policía y los guerrilleros se llevaron a cabo en el Casanare, en la región centro-oriental, donde, según las autoridades, la guerrilla también quemaron un coche. También lanzaron granadas contra un puesto de control policial en Arauca, cerca de la frontera con Venezuela, mientras que una torre eléctrica fue volada en el vecino departamento del Cesar, dejando varias pequeñas ciudades sin electricidad.

Los ataques continuaron el domingo. Las autoridades informaron que el ELN detonó un explosivo en un barrio de Bogotá, aunque no se reportaron heridos. Otros ataques fueron confirmados también en el departamento de Norte de Santander, y en una carretera en la región cafetera occidental, donde un autobús fue quemado.

Sucedieron más ofensivas similares en otras partes del país.

A pesar de la violencia, sólo una muerte fue atribuida a los ataques: un policía asesinado en Ocaña, en el noreste de Colombia, durante un tiroteo que dejó a otro oficial de policía herido junto a dos transeúntes civiles.

Los tiroteos y ataques del fin de semana se producen en un momento en que la atención internacional está puesta en lo que parecen ser los últimos pasos del proceso de paz entre las FARC y el gobierno, con los equipos negociadores abordando actualmente el último punto en la agenda de la paz, titulada "el fin del conflicto".

El ELN y las FARC han luchado contra el gobierno pero también entre ellos. Y también contra los paramilitares — fuerzas paraestatales ilegales — a lo largo del conflicto que lleva 51 años golpeando Colombia. Se calcula que esta violencia ha dejado al menos 220.000 personas muertas y 6 millones de desplazados desde 1964, la mayoría de los cuales son civiles.

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