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opinión y análisis

El '15M' asalta las instituciones en España, pero el régimen aguanta el golpe

Las elecciones municipales siempre son en España una muestra del ciclo político que se inicia. El resultado de ayer hace presagiar cambios estructurales importantes en las próximas elecciones generales.
Imagen por Andrea Comas/Reuters

Cuatro años después de la eclosión del movimiento 15M en las principales plazas de España, la expresión política de aquella indignación social asalta las instituciones. Sin embargo, el resultado de las elecciones municipales y regionales del 24 de mayo indica que los herederos políticos de los indignados están todavía lejos de convertirse en hegemónicos.

Los partidos que han gestionado el poder en España desde el final de la dictadura franquista en 1975, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), siguen siendo mayoritarios. Los representantes clásicos de la derecha conservadora y de la socialdemocracia liberal seguirán gobernando en la mayoría de ayuntamientos y gobiernos regionales. De momento. Estamos ante el inicio de una ola de proporciones aún difíciles de medir.

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En toda España irrumpen con fuerza alternativas de izquierdas. Estos nuevos partidos tienen especial impacto en las dos grandes capitales: Madrid y Barcelona. Madrid podría ser gobernada por una candidatura ciudadana de izquierdas liderada por una exjueza y antigua militante comunista, Manuela Carmena. En Barcelona ha ganado las elecciones Ada Colau, hasta hace poco líder del movimiento contra los desahucios. De 'okupa' a alcaldesa de Barcelona.

Al mismo tiempo, en Cataluña las opciones de izquierdas partidarias de la independencia de este territorio crecen, y el nacionalismo conservador de Convergència i Unió (CiU), que ha gestionado el poder durante décadas, va a la baja. ¿España, roja y también rota?

Principales consecuencias del 24M: Madrid y Barcelona

El PP podría perder el Ayuntamiento de Madrid ante Manuela Carmena, que ha conseguido 20 concejales al frente de la candidatura ciudadana Ahora Madrid. Esperanza Aguirre, polémica líder del PP madrileño, ha logrado sólo uno más: 21. Carmena no ha ganado las elecciones, pero puede desbancar al PP de la capital si llega a un pacto con el PSOE. Un vuelco histórico.

El principal terremoto, sin embargo, llega como es habitual de Cataluña. La ciudad de Barcelona, una de las capitales más relevantes del sur de Europa, cae en manos de Ada Colau. Colau ha ganado las elecciones al frente de una candidatura ciudadana, Barcelona en Comú, que cuenta con el apoyo de Podemos, la nueva fuerza emergente de España, y de ICV-EUiA, excomunistas y ecosocialistas. Sin embargo, su principal baza es el apoyo de gran parte de los movimientos sociales y vecinales de Barcelona.

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George Bush decía que los Estados Unidos no podían variar su política internacional dependiendo de cuánta gente se manifestaba en Barcelona. Ahora, a la hora de plantearse alianzas geoestratégicas en el sur de Europa, los Estados Unidos tendrán que pensar no solo en quien se manifiesta en Barcelona, sino también en lo que diga su alcaldesa. Barcelona es siempre el termómetro principal de las convulsiones sociales en España. Por eso la llaman algunos la Rosa de Fuego, en referencia a las revueltas anarquistas de principios del siglo XX.

El régimen se tambalea pero aguanta el golpe

El régimen nacido de la Transición política de los años setenta se tambalea en España, pero no está ni mucho menos tocado y hundido. El PP, partido del actual presidente Mariano Rajoy, tendrá que afrontar unas elecciones generales en breve. En las municipales pierde 10 puntos en el global de toda España, pasando del 37,5 por ciento de los votos al 27 por ciento, pero sigue siendo el partido más votado por los españoles.

El PSOE de Pedro Sánchez, el partido que históricamente se ha alternado el poder con el PP, logra detener la embestida de Podemos. Pierde cuatro puntos, del 27,8 por ciento de los votos al 25 por ciento, pero no se hunde tanto como algunos sondeos pronosticaban. Los grandes partidos están tocados, pero resisten en sus feudos, y tendrán mucho que decir en el ciclo electoral que apenas comienza. Lo que si que hay es una gran fragmentación política: el bipartidismo se desangra en España.

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Podemos, pero no tanto

Podemos, la formación liderada por Pablo Iglesias, fue la revelación en las elecciones europeas y amenazaba superar al PSOE. Sin embargo, se ha quedado corto en sus expectativas. Las candidaturas de confluencia de izquierdas que contaban con el apoyo de Iglesias, convertido en líder mediático, han triunfado en varias capitales (como Madrid o la propia Barcelona). Pero cuando Podemos se ha presentado en solitario no ha alcanzado éxitos significativos. Un revés importante para su estrategia.

Podemos también ha rascado algunos votos al PSOE, pero no ha logrado ubicarse como segunda fuerza en ninguna comunidad autónoma. Un problema importante porque el discurso de Podemos se basa en ganar las instituciones, y de momento parece que no da frutos, como mínimo en solitario. Esto puede hacer variar la política de alianzas de Podemos de cara a las elecciones generales del otoño, en que se decidirá el próximo presidente de España.

La irrupción de Podemos sí ha supuesto una merma muy significativa de los excomunistas de Izquierda Unida. Los herederos de los comunistas españoles no han sabido leer los nuevos tiempos de la nueva política, en especial en Madrid.

Ciudadanos, el 'Podemos de derechas'

Una de las razones por la que Podemos no alcanzó las expectativas hay que buscarla en el éxito de Ciudadanos. Este nuevo partido, en ascensión constante en las encuestas, representa la derecha regeneradora y el cambio ordenado.

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Ciudadanos ha captado votos tanto del PP como del PSOE. José Oliu, uno de los banqueros más importantes de España, dijo hace unos meses que el país necesitaba un "Podemos de derechas". Ciudadanos podría llegar a serlo. La formación de Albert Rivera ha convertido tercera fuerza en el global de votos en toda España, aunque tampoco podrá hacer valer su peso excesivamente a la hora de condicionar pactos.

En el eje Mediterráneo pasan cosas

Donde pasan cosas de verdad es en el eje mediterráneo formado por Cataluña, Valencia y las Islas Baleares, comunidades que comparten historia común y también lengua.

Al abrigo de Barcelona, Cataluña ha girado a la izquierda de forma más explícita que en el resto del Estado. El resultado en Cataluña no se puede entender sin tener en cuenta el éxito de las opciones independentistas y de izquierdas, que hacen tambalear también la estructura del régimen en España a todos los niveles.

CiU, nacionalistas conservadores, siguen siendo el principal partido en Cataluña pero pierden 110.000 votos. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), independentistas de izquierda, consiguen 508.000 votos y duplican los resultados de 2011. Las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), independentistas de izquierda alternativa, logran 221.500 votos, cuatro veces más que hace cuatro años.

En Cataluña, las fuerzas a la izquierda de la socialdemocracia clásica del PSOE, incluyendo ERC, CUP, los ecosocialistas de ICV-EUiA y las plataformas impulsadas por Podemos, suman más de un millón de votos. Es una situación inédita en la historia del país y que no tiene paralelismo posible en el resto de España. Hay que tener en cuenta también que todos estos partidos son o independentistas o están a favor del derecho a la autodeterminación. Una situación muy complicada para Madrid y para Mariano Rajoy.

En Valencia y las Islas Baleares el PP también se puede ver desbancado de las instituciones a partir de pactos en que las fuerzas de izquierdas y soberanistas de estos territorios pueden jugar papeles muy relevantes.

Las municipales siempre son en España una muestra del ciclo político que se inicia. El resultado del 24 de mayo hace presagiar cambios estructurales importantes en las próximas elecciones generales. Parece que algo nuevo está comenzando. Hay que estar atentos a como prosigue y como culmina. Desde ayer, Grecia y Syriza están algo menos solos en Europa. La periferia se mueve. En Berlín y Londres lo miran de reojo. En el sur llegan las tormentas.

Sigue a Roger Palà en Twitter: @RogerPala