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VICE World News

El ejército estadounidense investiga acusaciones de abuso sexual por parte de soldados y contratistas en Colombia

Informes recientes hacen referencia al supuesto abuso sexual de más de 50 niñas la localidad colombiana de Melgar en 2004 por soldados estadounidenses y contratistas civiles.
Photo by Fernando Vergara/AP

Pocas semanas después de que la investigación del Departamento de Justicia (DoJ) revelara que los agentes de la DEA participaron en "fiestas sexuales" en Colombia financiadas por carteles de droga, el ejército estadounidense ha anunciado que pronto iniciará una investigación independiente sobre las acusaciones de abusos sexuales rampantes entre los miembros del ejército y contratistas en el sur del país, según un portavoz del gobierno.

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Los rumores de abusos por parte del personal del ejército de EEUU llevan tiempo circulando en Colombia, donde soldados estadounidenses y contratistas civiles llevan décadas trabajando en esfuerzos conjuntos en la lucha contra los narcóticos. Esta cuestión recibió mayor escrutinio en febrero, cuando el gobierno colombiano y rebeldes de la FARC hicieron público un informe sobre la historia de medio siglo de conflicto como parte de las actuales conversaciones de paz.

El informe hacía referencia a la supuesta agresión sexual de más de 50 niñas colombianas en la localidad de Melgar en 2004. Según informaciones de los medios legales, los incidentes, que ocurrieron cerca de una base militar colombiana, estuvieron vinculados con estadounidenses apostados en una zona cercana. El abuso, según informó el diario colombiano El Tiempo, fue grabado en vídeo y convertido en una película pornográfica.

El breve fragmento que hacía referencia a las acusaciones fue citado inicialmente en el diario en inglés Colombia Reports. El autor de dicho artículo, Adriaan Alsema, dijo más tarde que había hecho público el informe porque "creía que era importante verificar las acusaciones".

"Esto no es ninguna prueba y posiblemente no se presente como la cruda realidad" escribió en un comentario en el sitio web FAIR. Pero al parecer, el ejército estadounidense considera válidas las acusaciones de la investigación judicial.

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"Nos tomamos este tema muy en serio y perseguiremos con agresividad todas las acusaciones creíbles", dijo a VICE News el portavoz del ejército Christopher Grey. Las informaciones de las violaciones en masa a manos de los estadounidenses en Melgar, dijo Grey, "son acusaciones sobre las que no se nos ha informado antes".

Sea como fuere, la idea de que las fuerzas armadas estadounidenses no tenían conocimiento de las acusaciones no es plausible, dijo a VICE News Adam Isacson, asociado senior de Políticas de Seguridad Regional en la Oficina de Washington para América Latina.

'Recuerdo que en ese momento nos podíamos oler algo porque se estaban vendiendo vídeos en las calles, al parecer mostrando un tratamiento pornográfico realmente horrible hacia estas mujeres y niñas', dijo Isacson.

No obstante, las autoridades colombianas, entre ellas el ex presidente Álvaro Uribe, no tenían ninguna intención de proseguir una investigación, aseguró.

Estados Unidos ha estado activamente implicado en la erradicación y la adopción de medidas en el país andino desde la implementación del Plan Colombia, un paquete de ayudas de 9 mil millones de euros destinado a reforzar los esfuerzos militares en la lucha contra los narcóticos en el 2000.

Grey dijo que otro connotado caso, el de una niña de 12 años que fue presuntamente violada por un soldado y un contratista civil en 2007, se consideró como un recurso infundado por investigadores del ejército.

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"Agentes especiales del CID trataron de entrevistar a una víctima en Colombia, pero sus abogados rechazaron la oportunidad de que nuestros agentes entrevistaron a su cliente", señaló.

Las autoridades colombianas, sin embargo, determinaron que sí hubo agresión sexual. Los dos sospechosos estadounidenses, el sargento Michael Coen y el contratista civil Cesar Ruiz, abandonaron el país bajo inmunidad diplomática y nunca enfrentaron cargos en Estados Unidos.

El anuncio de la investigación del ejército llega semanas después de que el DoJ publicara un escabroso e incriminatorio informe sobre las "fiestas sexuales" financiadas por el cartel en el que afirmaba era frecuentado por agentes estadounidenses implicados en la lucha contra las drogas en Colombia. Según la Oficina del Inspector General del departamento, los abusos tuvieron lugar en la sede del gobierno y hubo tantos gritos que incluso los vecinos se quejaron por el ruido.

El informe del DoJ concluyó que los agentes federales, a pesar de las denuncias por ignorancia, "deberían haber sabido que las prostitutas en cuestión habían sido pagadas con fondos del cartel". Además de las bacanales financiadas por dinero procedentes del narcotráfico, los agentes habrían recibido regalos lujosos de parte de capos de la droga.

En ese momento no se informó ni sobre las fiestas, que se consideró habrían puesto en riesgo información sensible del gobierno, ni sobre las visitas regulares de los agentes a los burdeles. En parte por la opinión de un inspector de la DEA de que "la prostitución es considerada como parte de la cultura local y se tolera en ciertas zonas".

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La investigación del ejército y los hallazgos del DoJ se suman a los problemas de las relaciones estadounidenses con Colombia que empezaron en 2012, cuando se hicieron públicos una serie de informes que aseguraban el Servicio Secreto y miembros del ejército habían frecuentado burdeles en la ciudad costera de Cartagena, previamente a la aparición del Presidente Obama en la Cumbre de las Américas de ese mismo año.

Isacson dijo que en este momento los colombianos están muy acostumbrados a las indiscreciones sexuales —o crímenes — de la diplomáticamente protegida comunidad estadounidense en el país.

Relató haberse encontrado con frecuencia con miembros del ejército estadounidense y contratistas civiles durante sus viajes a regiones de cultivos de coca desde finales de los 90. "Ahí donde hubiera fumigación se les podría encontrar", dijo Isacson. "Era difícil encontrar la oportunidad de hablar con ellos, porque no estaban autorizados a hablar con la gente. Siempre estaban armando alboroto, y muchos de ellos actuaban como niños".

La Organización Mundial de la Salud ha determinado recientemente que el herbicida elegido para el Plan Colombia, el glifosato — comúnmente conocido como Roundup — tiene el potencial de provocar cáncer en seres humanos. Y aunque la superficie dedicada a la producción de coca destinada a la cocaína ha disminuido en los últimos años, hasta el 90 por ciento de la cocaína que se consume en los EEUU todavía procede de Colombia.

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Pocas semanas después de que la investigación del Departamento de Justicia (DoJ) revelara que los agentes de la DEA participaron en "fiestas sexuales" en Colombia financiadas por carteles de droga, el ejército estadounidense ha anunciado que pronto iniciará una investigación independiente sobre las acusaciones de abusos sexuales rampantes entre los miembros del ejército y contratistas en el sur del país, según un portavoz del gobierno.

Los rumores de abusos por parte del personal del ejército de EEUU llevan tiempo circulando en Colombia, donde soldados estadounidenses y contratistas civiles llevan décadas trabajando en esfuerzos conjuntos en la lucha contra los narcóticos. Esta cuestión recibió mayor escrutinio en febrero, cuando el gobierno colombiano y rebeldes de la FARC hicieron público un informe sobre la historia de medio siglo de conflicto como parte de las actuales conversaciones de paz.

El informe hacía referencia a la supuesta agresión sexual de más de 50 niñas colombianas en la localidad de Melgar en 2004. Según informaciones de los medios legales, los incidentes, que ocurrieron cerca de una base militar colombiana, estuvieron vinculados con estadounidenses apostados en una zona cercana. El abuso, según informó el diario colombiano El Tiempo, fue grabado en vídeo y convertido en una película pornográfica.

El breve fragmento que hacía referencia a las acusaciones fue citado inicialmente en el diario en inglés Colombia Reports. El autor de dicho artículo, Adriaan Alsema, dijo más tarde que había hecho público el informe porque "creía que era importante verificar las acusaciones".

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"Esto no es ninguna prueba y posiblemente no se presente como la cruda realidad" escribió en un comentario en el sitio web FAIR. Pero al parecer, el ejército estadounidense considera válidas las acusaciones de la investigación judicial."Nos tomamos este tema muy en serio y perseguiremos con agresividad todas las acusaciones creíbles", dijo a VICE News el portavoz del ejército Christopher Grey. Las informaciones de las violaciones en masa a manos de los estadounidenses en Melgar, dijo Grey, "son acusaciones sobre las que no se nos ha informado antes".

Sea como fuere, la idea de que las fuerzas armadas estadounidenses no tenían conocimiento de las acusaciones no es plausible, dijo a VICE News Adam Isacson, asociado senior de Políticas de Seguridad Regional en la Oficina de Washington para América Latina.

'Recuerdo que en ese momento nos podíamos oler algo porque se estaban vendiendo vídeos en las calles, al parecer mostrando un tratamiento pornográfico realmente horrible hacia estas mujeres y niñas', dijo Isacson.

No obstante, las autoridades colombianas, entre ellas el ex presidente Álvaro Uribe, no tenían ninguna intención de proseguir una investigación, aseguró.

Estados Unidos ha estado activamente implicado en la erradicación y la adopción de medidas en el país andino desde la implementación del Plan Colombia, un paquete de ayudas de 9 mil millones de euros destinado a reforzar los esfuerzos militares en la lucha contra los narcóticos en el 2000.

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Grey dijo que otro connotado caso, el de una niña de 12 años que fue presuntamente violada por un soldado y un contratista civil en 2007, se consideró como un recurso infundado por investigadores del ejército.

"Agentes especiales del CID trataron de entrevistar a una víctima en Colombia, pero sus abogados rechazaron la oportunidad de que nuestros agentes entrevistaron a su cliente", señaló.

Las autoridades colombianas, sin embargo, determinaron que sí hubo agresión sexual. Los dos sospechosos estadounidenses, el sargento Michael Coen y el contratista civil Cesar Ruiz, abandonaron el país bajo inmunidad diplomática y nunca enfrentaron cargos en Estados Unidos.

El anuncio de la investigación del ejército llega semanas después de que el DoJ publicara un escabroso e incriminatorio informe sobre las "fiestas sexuales" financiadas por el cartel en el que afirmaba era frecuentado por agentes estadounidenses implicados en la lucha contra las drogas en Colombia. Según la Oficina del Inspector General del departamento, los abusos tuvieron lugar en la sede del gobierno y hubo tantos gritos que incluso los vecinos se quejaron por el ruido.

El informe del DoJ concluyó que los agentes federales, a pesar de las denuncias por ignorancia, "deberían haber sabido que las prostitutas en cuestión habían sido pagadas con fondos del cartel". Además de las bacanales financiadas por dinero procedentes del narcotráfico, los agentes habrían recibido regalos lujosos de parte de capos de la droga.

En ese momento no se informó ni sobre las fiestas, que se consideró habrían puesto en riesgo información sensible del gobierno, ni sobre las visitas regulares de los agentes a los burdeles. En parte por la opinión de un inspector de la DEA de que "la prostitución es considerada como parte de la cultura local y se tolera en ciertas zonas".

La investigación del ejército y los hallazgos del DoJ se suman a los problemas de las relaciones estadounidenses con Colombia que empezaron en 2012, cuando se hicieron públicos una serie de informes que aseguraban el Servicio Secreto y miembros del ejército habían frecuentado burdeles en la ciudad costera de Cartagena, previamente a la aparición del Presidente Obama en la Cumbre de las Américas de ese mismo año.

Isacson dijo que en este momento los colombianos están muy acostumbrados a las indiscreciones sexuales —o crímenes — de la diplomáticamente protegida comunidad estadounidense en el país.

Relató haberse encontrado con frecuencia con miembros del ejército estadounidense y contratistas civiles durante sus viajes a regiones de cultivos de coca desde finales de los 90. "Ahí donde hubiera fumigación se les podría encontrar", dijo Isacson. "Era difícil encontrar la oportunidad de hablar con ellos, porque no estaban autorizados a hablar con la gente. Siempre estaban armando alboroto, y muchos de ellos actuaban como niños".

La Organización Mundial de la Salud ha determinado recientemente que el herbicida elegido para el Plan Colombia, el glifosato — comúnmente conocido como Roundup — tiene el potencial de provocar cáncer en seres humanos. Y aunque la superficie dedicada a la producción de coca destinada a la cocaína ha disminuido en los últimos años, hasta el 90 por ciento de la cocaína que se consume en los EEUU todavía procede de Colombia.

Sigue a Samuel Oakfort en Twitter:@samueloakford