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ESPAÑA

El movimiento feminista ha sido el único actor social en lograr la dimisión de un ministro en España

La lucha contra la ley del aborto del Ministro de Justicia ha propiciado que se incorporen nuevas generaciones al movimiento para mantener viva la lucha por la igualdad. Querían parar una ley y se llevaron a un ministro por delante.
Imagen vía Flickr

La lucha contra la ley del aborto de Gallardón ha propiciado que se incorporen nuevas generaciones al movimiento para mantener viva la lucha por la igualdad. Querían parar una ley y se llevaron a un ministro por delante.

Justa Montero, de la Asamblea Feminista de Madrid, y veterana activista en la lucha por los derechos de las mujeres, ni se imaginaba que eso fuera posible cuando marchaba por las calles de la capital hace poco más de un año para exigir que el Gobierno no aprobara su reforma de la ley del aborto. Pero así fue.

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Y meses después vio al por entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardon, ideólogo y firme defensor del anteproyecto de ley, presentar su dimisión. Hasta el momento solo el movimiento feminista, y toda la movilización ciudadana que arrastró contra una norma que pretendía eliminar el derecho de las mujeres a elegir sobre su propia maternidad, ha sido el único en lograr tumbar a un ministro en los tres años que lleva el PP en el Gobierno,y que han estado marcados por los recortes de derechos sociales y civiles y las constantes protestas de la ciudadanía en las calles.

"Tal victoria [lograr paralizar un proyecto de ley y que el titular titular del ministerio que la ha elaborado dimita] solo se consigue si tienes una masa de consenso detrás y muchos años de trabajo", cree la catedrática de Filosofía Moral y Política de la UNED, Amelia Valcárcel.

Ella forma parte de la asociación Tertulia Feminista Les Comadres de Gijón y estuvo presente en la comida donde integrantes de esa entidad y de la Asociación de Mujeres por la Igualdad de Barredos comenzaron a pergeñar el Tren de la Libertad), lo que después acabó por convertirse en la mayor movilización por los derechos de las mujeres de la democracia en España.

Apenas un mes y medio antes, a finales de diciembre de 2013, el Consejo de Ministros había aprobado el anteproyecto de ley para la Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada y ponía por fin sobre el papel lo que hasta entonces solo habían sido declaraciones, muy contestadas, sobre las intenciones del Gobierno de elaborar una nueva ley del aborto.

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El borrador no solo eliminaba el aborto libre dentro de las primeras 14 semanas, como contempla la vigente ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo, sino que además limitaba el aborto a los supuestos de violación y grave enfermedad de la mujer. Ni siquiera permitía la indicación de grave malformación fetal, como sí contemplaba la primera legislación sobre el aborto aprobada en 1985.

"Era un ataque tan bestial a un derecho tan básico como es el derecho a decidir sobre tu propia vida, y que genera alrededor mucho consenso, que hizo que todas nos uniéramos para impedirlo", afirma Montero.

El Tren de la Libertad fue la movilización más numerosa y visible, tanto dentro como fuera de España, pero el movimiento feminista llevaba ya dos años reuniéndose con diputados, con miembros del Ministerio de Justicia, organizando protestas, performance, escraches, haciendo incidencia política, ampliando su presencia en las redes sociales, acciones todas ellas que no cejaron hasta que la ley fue retirada hace ahora seis meses.

Rosa Cobo, profesora de Sociología del Género de la Universidad de la La Coruña opina que la movilización "contra la ley del aborto de Gallardón supuso un rearme ideológico y político del feminismo".

Para Laura Gaelx, antropóloga de 33 años y miembro de la Plataforma Mujeres ante el Congreso, si algo puso de manifiesto las movilizaciones contra la nueva ley del aborto es que el movimiento feminista está siendo capaz de atraer a las generaciones más jóvenes.

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"Yo empecé a participar en las manifestaciones del 8 de marzo con veintipocos años y por entonces era de las más jóvenes pero en las movilizaciones de los últimos tres años hemos visto a muchísimas chicas que antes no venían".

En junio de 2013 se producía frente a la embajada de Túnez la primera acción de Femen España liderada por la que se convertiría en su portavoz, Lara Alcázar, de apenas 20 años por entonces. "Hay que llamar a las cosas por su nombre y una forma clara de hacerlo es que te mojes, te posiciones y tomes partido", cuenta para explicar lo que le decidió lanzar la rama española del movimiento feminista que se caracteriza por hacer protestas con el pecho descubierto.

La lucha contra la reforma de la ley del aborto emprendida por el Gobierno de Mariano Rajoy fue su forma de tomar partido y el acto que mayor repercusión tuvo, tanto dentro como fuera de España, fue cuando el por entonces ministro de Justicia tomaba la palabra en una sesión de control al Gobierno y tres integrantes del grupo, entre ellas Alcázar, comenzaron a gritar desde la tribuna del público "el aborto es sagrado", con la misma frase escrita en sus torsos desnudos.

Gaelx cree que no solo el hecho de resistirse a perder derechos ya adquiridos está incorporando a las generaciones más jóvenes a la lucha por la igualdad, sino que también se suma el que cada vez son más las mujeres famosas las que se declaran feministas — la actriz Emma Watson, protagonista de la saga de Harry Potter, ha sido uno de los últimos ejemplos en un discurso ante la ONU el pasado septiembre — y ello está generando unos "referentes en las generaciones más jóvenes que de repente están perdiendo los prejuicios que podían tener".

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Se están implicando de forma activa y, como subraya Justa Montero, "aportando dinamismo al movimiento, con acciones muy imaginativas". Gaelx subraya la importancia de seguir reivindicando la igualdad real desde el lenguaje de los blogs, los videoblogs, incluso las redes sociales, que analizan la realidad desde una perspectiva más lúdica.

El conejo de Alicia, un videoblog realizado por Alicia Murillo y alojado en la revista online Pikara es un ejemplo de esos contenidos que a través del humor no dejan de hacer una crítica al machismo, a los tópicos que rodean al feminismo e incluso o incluso autoparodiar a las propias feministas.

June Fernández, periodista y directora de esta publicación, que en apenas cuatro años de funcionamiento registra más de 150.000 visitas al mes y se ha convertido ya en un referente de las publicaciones con perspectiva de género, señala que precisamente el "fenómeno Pikara no puede entenderse sin las redes sociales", y estas, continúa, "además de un espacio de activismo son también un lugar para el ocio".

Pero no solo, porque a la hora de ponerse serias han logrado colocar en la agenda política temas de los que antes ningún medio se hacía eco, como fue el caso del acoso sexual en las fiestas de los San Fermines.

Con un artículo titulado Tetas y Toros, publicado en julio de 2013 y que en una semana recibió más de 200.000 visitas, denunciaban cómo la difusión de imágenes en los que una chica con el torso desnudo era manoseada por varios hombres "legitimaba el acoso sexista".

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Al año siguiente, el mismo tema era noticia en muchos informativos de televisión que se hacían eco de la campaña contra el acoso sexual en San Fermines puesta en marcha por el Ayuntamiento de Pamplona.

Todas las entrevistadas para este reportaje responden a una al ser preguntadas por qué el feminismo es uno de los movimientos sociales más demonizados: porque es una filosofía de vida que busca darle la vuelta a todos los estamentos de poder y "eso no gusta", como apunta Fernández, quien pone de manifiesto "el apego de los hombres al poder y de ahí el problema con la paridad, ningún hombre está dispuesto a cederle su sitio a una mujer".

"Las mujeres tenemos un proceso de autoconciencia en marcha", afirma Amelia Valcárcel. Y pone como ejemplo el primer Gobierno de la democracia presidido por Adolfo Suárez en el que no había ninguna mujer.

"Las feministas nos quejamos y nadie nos hizo caso, ahora nadie se imagina en España un Gobierno en el que no haya ninguna mujer", concluye.

Sigue a Patricia Rafael en Twitter: @prafaellage