Imagen por Jake Wall/Reuters
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La caza furtiva, que comenzó con los conflictos armados y la guerra civil en 2012, ha continuado, dice Susan Canney, responsable del Proyecto Elefante Mali. Canney, quien comenzó a trabajar con los elefantes de Mali en 2003 y nunca imaginó que su trabajo en el campo de la zoología la llevaría a enfrentarse al terrorismo. Tras el estallido de la guerra civil en 2012, combatir al terrorismo se convirtió en una parte inevitable de los esfuerzos de conservación. "Las comunidades antes del conflicto convivían, pero ahora se están reabriendo todas las viejas heridas y se está produciendo una fractura social", afirma.Sophie Ravier, representante de Medio Ambiente de la ONU en Mali, dijo a VICE News en octubre pasado que una conexión entre la caza furtiva y el terrorismo era probable.En diciembre de 2014, sin embargo, las cosas comenzaron a desmoronarse.
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