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En imágenes: los habitantes de este pueblo en Argentina sufren serias enfermedades a causa de los pesticidas

Residentes del poblado de Avia Terai, en la provincia de Chaco, aseguran que las fumigaciones con pesticidas les han provocado graves problemas de salud. Un informe sostiene que 31 por ciento de los entrevistados reportó algún familiar con cáncer.
Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

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Los residentes del poblado de Avia Terai, en la provincia argentina de Chaco, viven rodeados de cultivos de soja genéticamente modificados. Ellos aseguran que los rocíos regulares con pesticidas, han provocado más problemas de salud de los que una pequeña comunidad rural esperaría normalmente.

Los pobladores permitieron que el fotógrafo Jean-Jerome Destouches captara su vida diaria a través de la lente.

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María del Carmen Seveso, doctora de la ciudad de Saenz Peña, a unos 19 kilómetros de Avia Terai, dice que no tiene duda de que los pesticidas causan cáncer y otras enfermedades serias.

Seveso afirma que el número de recién nacidos con enfermedades congénitas en el hospital en el que ella trabajaba subió de 46 en 1998, a 186 en 2009, cuando la dispersión de pesticidas comenzó en esa área.

'Los doctores me dijeron que la enfermedad de su piel pudo haber sido provocada por pesticidas'.

Estas conclusiones fueron incluidas en un reporte publicado por la Comisión Nacional de Salud, que entrevistó a más de 2.000 personas en el área. Encontró que 31 por ciento de los entrevistados en Avia Terai reportaron algún familiar con cáncer en la última década. La cifra fue del 3 por ciento en otro pueblo llamado Charadai, lejos de los cultivos de soja.

El doctor Damien Verzeñassi, de la Universidad de Rosario, dijo que un análisis inicial de los datos recabados a partir de 120.000 personas que viven a un kilómetro de los campos rociados, sugiere un índice de cáncer tres veces mayor al promedio nacional. Añadió que el estudio aún está por publicarse.

Mientras tanto, autoridades de Argentina dijeron que necesitarían más estudios como los realizados para poder hacer cambios importantes en las políticas. El país es uno de los mayores exportadores de aceite de soja, y la agricultura industrial tiene un amplio papel en la economía.

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"No puedo decir cuantos documentos y estudios he leído, así como videos contra la biotecnología, artículos en los medios, y en las universidades de Argentina y de Gran Bretaña también", dijo el antes secretario de agricultura, Lorenzo Basso, en una conferencia de prensa en 2013. "Y la verdad es que cuando uno lee todo eso, termina en una especie de mezcla donde todos están confundidos".

Granjeros en la región de Chaco regularmente confían en los herbicidas, incluyendo el glifosato, tal como el Roundup, producido por el gigante Monsanto.

'Cuando llegamos aquí nadie nos dijo que era peligroso para nuestra salud'

La compañía siempre ha insistido en que el glifosato es seguro si se usa apropiadamente. Monsanto cuenta con el respaldo de parte de la comunidad científica, así como de agencias reguladoras en todo el mundo. Entre ellas se encuentra la Agencia de Protección al Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la cual ha aprobado en más de una ocasión el uso de Roundup.

Sin embargo, la controversia alrededor del químico ha crecido en años recientes, al tiempo que su uso se ha vuelto más común.

La Agencia para la Investigación de Cáncer de la Organización Mundial de la Salud declaró al glifosato como "posible cancerígeno" en marzo de 2015. La OMS pareció retractarse de su posición dos meses después cuando, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, publicó un reporte en donde concluyó que el glifosato "no parece representar un riesgo cancerígeno para los humanos". El segundo reporte, sin embargo, sólo se refería al consumo que proviene de los campos que habían sido rociados con el químico.

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El glifosato volvió a ser noticia a principios de este mes cuando la Unión Europea se rehusó a tomar la decisión de aprobar una propuesta para extender el uso del herbicida en la región, mientras más estudios científicos son realizados por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas. Se espera que el asunto sea sometido a votación pronto.

(Todas las imágenes fueron tomadas por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio//VICE News)

Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Silvia Ponce vive en Avia Terai con sus siete hijos, en una casa que se encuentra a 20 metros de los campos que son rociados con glifosato. Ponce recuerda que una vez, cuando estaba embarazada de Aixa, quien tiene ahora nueve años, fue directamente atomizada con pesticidas y sintió que se estaba sofocando. Su bebé nació cubierta de lunares con vello, algunos de los cuales han resultado ser cancerígenos y han sido removidos quirúrgicamente. Aixa también sufre fiebres y quemaduras de manera casi inmediata si para demasiado tiempo bajo el sol, lo que es difícil de evitar en una región que alcanza 40 grados en el verano. Ponce cuenta que otro niño en su barrio tiene la misma condición. "Los doctores me dijeron que la enfermedad de su piel pudo haber sido provocada por pesticidas rociados en los campos de soja y algodón", dijo. "Pero en el caso de mi hija, es imposible saberlo al 100 por ciento".

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Muchos de los habitantes de Avia Terai no tienen agua corriente en sus hogares. Lo que hacen es colectar agua de lluvia, muchas veces usando canaletas en los techos. Esto los deja vulnerables al consumo de pesticidas disueltos en el agua después de ser esparcidos por los aviones y arrastrados por el viento a la comunidad.

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

La soja no es la única planta genéticamente modificada que se cultiva en Avia Terai. El algodón también crece en grandes cantidades y es regularmente atomizado con glifosato. Un laboratorio en las cercanías se especializa en desarrollar nuevas semillas de algodón.

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Camila Verón nació hace cinco años con síndrome de Lowe, lo que significa que sufre glaucoma, insuficiencia renal y discapacidades cognitivas. La madre de Camila, Silvia Achaval, dice que los doctores que vieron por primera vez a su hija no podían explicar las causas de su condición, pero que le preguntaron si vivía cerca de los campos de soja. "Cuando me preguntaron eso entendí por qué mi hija estaba enferma", dijo.

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Doctores de la Red Universitaria de Ambiente y Salud estiman que 12 millones de argentinos enfrentan riesgos de salud por la exposición a pesticidas. "Cuando llegamos aquí nadie nos dijo que era peligroso para nuestra salud", dijo Silvia Ponce. "Nuestros hijos juegan cada día en los campos de soja y algodón".

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Marisa Gutman dirige un centro en la ciudad vecina de Saenz Peña, dedicado a los niños con discapacidades de Avia Terai y otras poblaciones en el área, muchas de los cuales también están rodeadas por campos genéticamente modificados que son rociados con glifosato. "Muchos de los niños en mi centro sufren de enfermedades congénitas. Tienen múltiples discapacidades", dijo. "Para nosotros, la soja representa enfermedad".

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Imagen por Jean-Jerome Destouches//Hans Lucas Studio/VICE News

Ángel Cano, padre de Aixa, trabaja en una ladrillera cerca de su casa. Dice que los aviones con pesticida pasan varias veces al día, aunque la frecuencia depende del clima. "Hubo una junta en Avia Terai, donde los granjeros estuvieron de acuerdo en avisarnos antes de que atomizaran los químicos usando aviones para que así pudiéramos cuidarnos y proteger nuestra agua, pero nunca lo hicieron", dijo. "Conocí un chico que solía cultivar soja y usaba mucho Roundup, pero ahorita ya dejó de trabajar porque su piel se empezó a quemar. Fue a ver al doctor y le dijo que era cáncer de piel".

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Sigue a Jean-Jerome Destouches en Twitter: @DestouchesJJ

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