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En imágenes: Kenia ha incinerado millones de dólares en marfil de elefante y rinoceronte

El presidente Uhuru Kenyatta asistió a una de las quemas de marfil más grandes de la historia, que destruyó cerca de 150 millones de trofeos destinados al mercado negro.
Imagen por Frederick Paxton/VICE News
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Gruesas columnas de humo ondearon ayer en el aire sobre Nairobi, haciendo espirales desde 11 pilas de marfil empapado por el monzón.

El vasto crematorio de los despojos de 7.000 elefantes muertos — con un valor estimado de 105 millones de dólares — fue llevado a cabo por el Servicio de la Vida Salvaje de Kenia (KWS en inglés), que prendió casi todo su stock en una ceremonia el sábado para mostrar el impacto de la caza ilegal. Otras 25 toneladas permanecen almacenadas con el objetivo de ser utilizadas como pruebas en casos pendientes, de acuerdo al Director General Kitili Mbathi.

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"El creciente valor del tráfico de marfil de elefante, ilegal en el mercado internacional, ha resultado en una masacre en los bosques pluviosos de África", dijo a la multitud invitada el presidente keniano Uhuru Kenyatta, llamando al fin del tráfico ilegal de marfil.

"En 10 años en África central hemos perdido cerca del 70 por ciento de los elefantes", aseguró. "El elefante, como ya se ha dicho, es un icono de nuestro país. Si no tomamos cartas en el asunto desde ya, nos arriesgamos a perder este magnífico animal".

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Kenyatta prendió fuego al marfil almacenado — y a una tonelada y media de cuerno de rinoceronte, que escupía bolas de fuego a intervalos mientras quemaba. Kenia está buscando una prohibición mundial de la venta de marfil en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje, que se encontrará en Sudáfrica el año que viene.

Las pilas fueron quemadas con un cóctel de diésel y keroseno, que fue bombeado a alta presión a través de una red de tuberías recorriendo el subsuelo del sitio. La intensa lluvia continuó en Nairobi la mañana siguiente a la incineración, a pesar de las desafiantes condiciones climatológicas.

"Está muy saturado, hacerlo prender es muy difícil", afirmó Robin Hollister, el "arquitecto de la quema".

Las estimaciones alrededor de cuánto tardará el marfil a ser reducido a cenizas bascula entre los pocos días y las dos semanas. Hollister no puede afirmar con seguridad el tiempo que las llamas permanecerán.

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"Buena parte de éste ha sido carbonizado hasta el momento", sostuvo. "Seguimos intentando destruirlo, pero creo que dándole un golpecito se desintegrará del todo".

El espacio de la quema permanecerá vigilado las 24 horas, con el KWS "guardándolo durante la noche e intercambiando las tuberías de combustible para acabar el trabajo", dijo Hollister.

"Está bien", aseguró. "Hay mucho humo negro, por desgracia, pero estamos en ello".

El evento tuvo el apoyo de celebridades como Richard Branson, Elton John y el aventurero Bear Grylls, quienes enviaron vídeo-mensajes de apoyo a la quema.

Las ONG también tuvieron presencia. Marco Lambertini, Director General del Fondo para la Vida Salvaje, alabó el trabajo del KWS.

"Realmente es un trabajo duro", afirmó. "Es un trabajo peligroso, de hecho. Ellos son los custodios de la vida salvaje keniata ahora mismo".

"Esto no está relacionado solamente con la vida salvaje de los elefantes", añadió. "Va mucho más allá. Esto va de proteger el hábitat de las especies y los valores naturales que representan".

Los críticos con esta acción argumentaron que la quema lo único que hará es que el marfil sea más escaso, y por lo tanto más valioso. El presidente de KWS, Richard Leakey, ha desestimado estas proclamas.

"Bueno, creo que los que dicen esto son tontos. Lo único que tienen que hacer es mirar los registros", declaró. "Cuando en 1989 quemamos las 12 toneladas de marfil que entonces teníamos acumuladas, su precio rondaba los 300 dólares el kilo".

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Menos de seis meses después de haberlo quemado y con una convención internacional de por medio para prohibir el tráfico de marfil, recordó Leakey, el precio se hundió a cinco dólares el kilo.

"Si ahora esto lo hace más valioso es que no entiendo de economía", concluyó.

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Todas las imágenes por Frederick Paxton/VICE News