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Los comediantes alemanes irritan cada vez más al presidente turco Recep Tayyip Erdogan

Primero le describieron como a un ególatra autoritario, ahora aseguran que le gusta tener sexo con ovejas y que patea a kurdos por diversión. El presidente Erdogan ha dicho basta y exige a Alemania que haga algo al respecto.
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El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan ha interpuesto una queja contra un comediante que recitó un poema satírico y sexualmente descarnado contra él en la televisión alemana. Habida cuenta de la naturaleza susceptible de Erdogan, a nadie le extrañaría que algo tan personal pueda complicar la ayuda de Turquía a Berlín en el delicado tema de la crisis de migrantes que azota Europa.

El conflicto incumbe directamente a la libertad de expresión, una de las libertades fundamentales del ciudadano europeo occidental. En Turquía, en cambio, la libertad de expresión es un derecho sistemáticamente vapuleado por los berrinches de su presidente, quien tan pronto es capaz de detener a un quinceañero por dirigirle una broma inocente a través de Twitter, como de encarcelar a periodistas que cubren la guerra encubierta que su ejecutivo libra contra los kurdos en el sudeste del país. A Erdogan nunca se le han caído los anillos a la hora de perseguir brutalmente a quienes dicen en voz alta lo que no quiere escuchar.

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Ahora, la oficina del fiscal general de Mainz, una ciudad situada al oeste de Alemania, ha informado que Erdogan ha interpuesto una denuncia a través de sus abogados contra el cómico alemán Jan Boehmermann, a quien acusa de haberle insultado. Boehmermann es el presentador del programa nocturno de variedades Neo Magazin Royale, en el canal público ZDF.

En el programa emitido el pasado 31 de marzo, Boehmermann recitó un poema dedicado a Erdogan en el que sugería que el líder turco sería un entusiasta de la zoofilia, una desviación sexual que practicaría con ovejas y cabras, además de acusarle de "patear a kurdos y de abofetear a cristianos mientras consume pornografía infantil".

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Antes de acometer la lectura, Bohemermann se refirió a una canción paródica llamada "Erdowie, Erdowo, Erdogan", que apareció en un programa emitido por el canal de televisión NDR a finales del mes pasado en el que también se hacía otro retrato sin contemplaciones del líder: se le tachaba de ególatra, paranoico y de personaje autoritario que hará todo lo posible por suprimir cualquier comentario que le ofenda.

Después de la emisión de aquel programa, Turquía llamó al emisario diplomático alemán para que le ofreciera una explicación de lo sucedido y le exigió que hiciera lo necesario para suprimir el vídeo. Sin embargo, Alemania rechazó las protestas alemanas y los intentos de Erdogan por borrar la grabación terminaron volviéndose en su contra formidablemente. Sus autores aprovecharon la insólita coyuntura promocional que les brindó el presidente turco para incorporar subtítulos en inglés y en turco a la pieza. Entonces las reproducciones del vídeo en YouTube pasaron de ser un puñado a rebasar los siete millones de vistas que han alcanzado recientemente.

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Boehmermann señaló durante su intervención humorística que la emisión de NDR estaba amparada por el derecho de la libertad artística, por la libertad de prensa y por la libertad de expresión, pero que su poema, probablemente, no lo estaría. De hecho, describió el poema como un ejemplo de inadmisible "criticismo abusivo". Durante su perorata, un hombre disfrazado de abogado aparecía a su lado para recordarle que el poema ni siquiera podía ser considerado como una sátira.

La emisora ZDF ha retirado el vídeo de internet, y ha emplazado al presentador a que escriba un tuit en el que exprese que el canal ha mostrado "los límites de la sátira", en Alemania.

Los fiscales aseguran que la demanda de Erdogan será examinada como parte de un procedimiento pendiente. En realidad, los fiscales ya investigan al cómico alemán por un presunto delito de "ofensa a los órganos y representantes de países extranjeros", después de que sean ya más de 20 personas las que se hayan querellado.

Ayer lunes, el portavoz de la canciller alemana Angela Merkel aseguró que Berlín estaría examinando la propuesta formal de Turquía de imputar a Boehmermann, y que daría a conocer su respuesta en los próximos días.

Merkel, quien ha liderado las iniciativas de la Unión Europea para conseguir que Turquía se comprometa a ayudar al viejo continente en su crisis de migrantes, le comentó al primer ministro turco Ahmet Davutoglu, durante una conversación telefónica, que el poema es "deliberadamente ofensivo". Se cree que Merkel quiso quitarle hierro al asunto con su intervención; o, en última instancia, proclamar una disculpa oficial

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Los datos personales de Erdogan y de casi 50 millones de ciudadanos turcos al descubierto. Leer más aquí.

Si el gobierno decide, finalmente, descartar la petición de Turquía de imputar a Hoehmermann, Merkel se arriesga a empeorar sus relaciones diplomáticas con Turquía. Así lo ha expresado el veterano político neoliberal Wolfgang Kubicki, miembro del partido pro empresarial FDP, en declaraciones a la emisora de radio NDR.

"Si el gobierno decide apoyar la denuncia de Erdogan tendrá que enfrentarse a un auténtico cisma doméstico", ha comentado. También ha añadido que como licenciado en derecho que es considera que el poema es de "mal gusto", pero que se puede considerar que está dentro de los márgenes de "la libertad artística".

La libertad de expresión ha caído en picado en Turquía en los últimos años. Decenas de periodistas han sido encarcelados — entre los que se cuentan tres miembros de VICE News, detenidos el año pasado y finalmente liberados — además de activistas de la disidencia y de blogueros. El mes pasado, sin ir más lejos, el gobierno de Erdogan se incautó del periódico principal de la oposición y de la agencia de noticias igualmente opositora a su régimen.

Durante su mandato como primer ministro, Erdogan se ha hartado de querellarse por difamación contra escritores e intelectuales que han denunciado su política autoritaria y turbulenta. El líder turco se ha comportado exactamente igual contra todos aquellos que han acudido a las redes sociales para denunciar su escabroso sentido de la libertad.

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