Evo Morales se 'destapa' como candidato a una tercera reelección presidencial en Bolivia

"¡Vamos a vernos en las urnas!".

Con esas palabras, el presidente boliviano Evo Morales anunció al país su intento por ganar una tercera reelección en las elecciones de 2019 y mantenerse en la primera magistratura del país, un cargo que ha detentado desde 2006.

El partido Movimiento al Socialismo (MAS), cuyo máximo dirigente es Morales, resolvió después de un congreso extraordinario que impulsarán al líder cocalero como su candidato presidencial.

Para ello, el MAS deberá cambiar la nueva Constitución, apenas aprobada hace siete años, para convertirla en un traje a la medida de las aspiraciones de Morales: hoy, la máxima ley boliviana, establece un máximo de dos reelecciones para el presidente.

En caso de no lograr la mayoría parlamentaria para una reforma constitucional, el MAS tiene otras cartas bajo la manga: saltarse al parlamento y acudir directamente al Tribunal Constitucional para pedir el cambio en la ley; que renuncie Morales a la presidencia seis meses antes del final de su mandato y se presente a las urnas [lo que "técnicamente" ya no lo haría una reelección] o que la Constitución sea modificada directamente por un plebiscito convocado por una iniciativa popular.

Este último recurso fue intentado por el MAS en febrero pasado y resultaron perdedores: en el refrendo para cambiar la Constitución y permitir la reelección de Morales, el oficialismo obtuvo el 49 por ciento de los votos y los opositores cosecharon el 50 por ciento.

El MAS aceptó los resultados bajo protesta y argumentó que la derrota no se debe a una baja en la popularidad del presidente o sus políticas, sino a la insidia de los medios de comunicación, que dieron una amplia cobertura al caso de Gabriela Zapata, expareja del presidente, quien supuestamente usó la relación sentimental y su puesto como alta ejecutiva en una empresa china para ganar contratos millonarios.

Ya como exnovios, Zapata fue arrestada y desde la prisión esparció el rumor —que terminó por no comprobarse— que el hijo que tuvo con Morales, supuestamente fallecido a los días de nacido, en realidad estaba vivo y había sido ocultado por el presidente para que no impidiera su ascenso político.

El drama del affaire Morales-Zapata, afirman los oficialistas, fue un acto deliberado de las cadenas de noticias extranjeras para sabotear las intenciones de Morales, un amante del futbol que desde mayo planteó así que pelearía por quedarse como presidente: "como todos dicen: [este] es el primer tiempo y ahora viene el segundo tiempo. En el segundo tiempo veremos quién es quién".

"¡Esta vez será sin mentiras!", gritó Morales, después de la resolución de su partido, que buscará cambiar la Constitución para que, desde 2019, el cargo presidencial tenga una duración "indefinida".

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