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COLOMBIA

Las FARC anuncian un nuevo alto el fuego unilateral en Colombia

El Secretariado Nacional de las FARC ordenó ayer el cese de la actividad militar. El alto el fuego llega en un momento en el que el proceso de paz pasaba por dificultades debido a la escalda de la violencia entre el gobierno y la guerrilla.
Imagen por Desmond Boyland/AP

Un nuevo soplo de aire fresco para reconducir la resolución del conflicto armado en Colombia. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ordenaron ayer el cese unilateral de las "actividades ofensivas" coincidiendo con la celebración del Día de la Independencia de Colombia y después de la ruptura del alto el fuego del pasado 22 de mayo por un ataque gubernamental que se cobró la vida de 27 guerrilleros.

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Esta orden entró en vigor la medianoche de domingo al lunes y obedece, según el Secretariado Nacional de las FARC en la Habana, "al llamado de los países garantes, Cuba y Noruega, y acompañantes, Venezuela y Chile" y "al alud de peticiones públicas, cartas y mensajes de redes sociales dirigidas a nuestra Delegación de Paz por parte de incontables personalidades y organizaciones sociales y políticas, iglesias, juntas de acción comunal y movimientos populares en su conjunto".

Los países que acompañan al proceso de paz pidieron un "desescalamiento urgente" del conflicto armado el pasado martes 7 de julio, pues el mismo jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle, afirmó en una entrevista que las negociaciones se encontraban en su peor momento.

"Las FARC-EP comunicamos a todos nuestros Bloques, Frentes, Columnas, Compañías y demás estructuras político militares, al igual que a las milicias bolivarianas y populares y estructuras subordinadas, que a partir de las 00:00 horas del 20 de julio próximo rige la orden de cesar toda acción de carácter ofensivo contra las fuerzas armadas del Estado y la infraestructura pública y privada", empieza el comunicado publicado por la guerrilla que tilda al cese de "medida práctica de carácter humanitario".

"Ninguna unidad de las FARC-EP está obligada a dejarse golpear por fuerzas enemigas y tendrá todo el derecho al ejercicio de su legítima defensa en caso de ataque", matiza la misiva.

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El presidente colombiano Juan Manuel Santos declaró, después del anuncio y en un evento de celebración del Día de la Independencia, que "el hito de alcanzar la paz sigue ocupando un lugar preponderante" y llamó a la unidad para combatir a los "verdaderos enemigos" del país: la desigualdad, el desempleo, la corrupción, la inseguridad y la guerra.

Fue el mismo Santos quien ordenó la suspensión de bombardeos contra los campamentos guerrilleros el pasado mes de marzo sin parar las operaciones militares sobre el terreno. El 15 de abril revocó la orden después de un ataque de las FARC contra un destacamento militar en el Cauca.

Tras la revocación, las negociaciones corrieron grave peligro, después de que los guerrilleros suspendieran el alto al fuego declarado el pasado 20 de diciembre tras la muerte de 27 combatientes de las FARC en un bombardeo el pasado 22 de mayo.

Los diálogos de paz se iniciaron, oficialmente, el 18 de octubre de 2012, pero la negociación se fraguó con anterioridad, con un punto culminante el 27 de agosto de ese mismo año, día de la firma del "Acuerdo General para la Terminación del Conflicto". Fueron seis meses de intensos encuentros.

El acuerdo plantea la implementación de una agenda que incluye cinco ejes divididos en tres etapas: un desarrollo rural que garantice un mayor acceso a la tierra, garantía al ejercicio de la oposición política y participación ciudadana, el abandono de la vía armada y la reintegración de las FARC en la vida civil, el fin del narcotráfico y los derechos de las víctimas. Las cuestiones de las tierras y la participación ya han sido acordadas.

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Marco Romero, profesor del Departamento de Ciencia Política en la Universidad Nacional de Colombia y director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (CODHES) cree que el alto al fuego acabará siendo bilateral y señala la importancia del momento: "Es la primera vez que en Colombia se produce un proceso de paz bajo una óptica de responsabilidades bilaterales".

"Durante el gobierno de Uribe se hizo una negociación de alto el fuego bilateral y los paramilitares siguieron matando, sabemos que se cometieron más de 3000 asesinatos en aquel momento", recuerda Romero a VICE News. "Ahora el gobierno de Santos considera que debe seguir presionando mediante una ofensiva militar para así presionar un acuerdo", destaca.

"En un momento las FARC hicieron un alto el fuego unilateral y el gobierno cesó los bombardeos. La comisión de la verdad que se formó inició una campaña de desminado, la cual ya comenzó. El desescalamiento progresivo a partir de gestos recíprocos es la estrategia actual", explica el académico.

Sobre la bajada de popularidad del proceso de desarme, Romero plantea diversos motivos: "Falta una mayor divulgación para que la sociedad pueda conocer esos acuerdos" y que "la oposición de derecha instala mediante una campaña de desánimo y desconfianza la idea de que el proceso de paz va muy mal, y que el presidente entrega el país a la guerrilla. La fuerza de esta campaña ha sido muy significativa", opina el director del CODHES.

Otra posible amenaza al proceso de paz es el no desarrollo de la negociación con la otra guerrilla, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Según Romero, "si el ELN continúa en armas, los sectores de derecha continuarán en armas, y eso puede reproducir el conflicto".

Horas después del anuncio de cese de actividad armada, el gobierno ecuatoriano anunciaba la detención de Diego Mauricio Mejía, alias "El Paisa", en la provincia de Sucumbíos, en la frontera con Colombia. Mejía está vinculado, supuestamente, con el narcotráfico y "tenía conexiones con algunos frentes de las FARC", según el director de la Policía Judicial de Ecuador, Milton Zárate.