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En imágenes: Portland festeja la legalización de la marihuana y la independencia de EEUU

En la víspera del Día de la Independencia de Estados Unidos, los residentes de Oregon celebraron su recién estrenada libertad para fumar.
Imágenes por Kirsten Luce

En la víspera del día de la independencia de Estados Unidos, una antigua fábrica de cervezas situada en la orilla de una zona industrial de Portland se convirtió en una auténtica Disneylandia de la marihuana. A pesar de que no había ninguna montaña rusa, los entusiastas comensales hicieron cola durante horas bajo un sol de justicia. Más allá de la entrada les aguardaba la promesa de una selección de siete tipos distintos de hierba de cosecha propia y de primera calidad, a cambio de los 35 euros que costaba la entrada.

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La fiesta, bautizada como "Weed the people", celebraba la recién estrenada libertad de Oregón y la materialización del estado como nuevo paraíso de la hierba legal. Oregón se acaba de sumar a los estados de Colorado, Washington y Alaska (además de Washington DC) en los que está permitido el uso de la marihuana entre adultos con fines recreativos. Mientras los burócratas y los legisladores de Oregón siguen intentando diseñar la manera en que sus ciudadanos puedan adquirir hierba en las tiendas, los organizadores ignoraron la ley y posibilitaron que el dinero y la sustancia cambiaran de manos.

A las doce de la noche, la hora en que la ley entró en vigor, el Burnside Bridge, en Portland, era un auténtico y caótico no parar. La celebración concentró a un montón de gente que había oído que había una fiesta en la que daban marihuana. Claro que la mayoría de los que llegaron de manos vacías se fueron de la misma manera, ya que la prometida oferta de las siete hierbas jamás se materializó. El caso es que las celebraciones del viernes exigían la compra de entradas anticipadas. Habían sido organizadas por el Mercury, un semanario local alternativo y un flamante distribuidor de cannabis, deseoso de recibir por todo lo alto a los nuevos clientes del mercado de la marihuana recreacional.

Samantha Myers, una de las asistentes de "Weed the people", se presentó con lo mejor de su joyería. (Foto de Kirsten Luce/VICE News).

"Celebramos que nos hemos deshecho de la opresión y la libertad de la legalización", dijo Josh Taylor, responsable de la sección de cannabis del Mercury, y uno de los organizadores del evento. "Así que mañana la gente podrá presenciar los fuegos artificiales del día de a Independencia, colocada. Lo hubiesen hecho de todas formas, pero ahora nosotros les facilitaremos el trayecto".

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A pesar de que las colas eran largas había marihuana suficiente para todo el mundo. En una pequeña sala de reuniones del área reservada para invitados, un espacio con ventanas que daban a la calle y desde la que se veía a las hordas de gente haciendo la cola, un grupo de cultivadores se dedicaba a pesar la hierba y embolsarla en saquitos de un gramo. Alguien dijo que parecía que estuviéramos en Navidades, solo que en julio y que ellos fuesen los elfos de Santa Claus. Un cultivador que venía de Vancouver, al otro lado del río, parecía una versión en plan viejo hippie sonriente de Kris Kringle (versión germana de Santa Claus), con su panza y su barba blanca. El tipo se presentó como Farmer Tom (el granjero Tom) y se entretuvo sosteniendo grandes bolsas de cogollos verdes ante la sudorosa multitud que quedaba más allá de la ventana.

Cristian Koch, a la izquierda, fundador de HIFI, un cultivador y distribuidor de marihuana, ofrece muestras orgánicas de su producto a los visitantes (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

El granjero Tom y otros productores observaban y olfateaban sus respectivas sustancias como sommeliers a la caza de las mejores cosechas. Solo que, a diferencia de llamarse pinot noir, sus productos tenían nombres como "Purple Alien" (el marciano violeta), "Obama Kush" (el cogollo de Obama) o "SuperLemon Haze" (Bruma ultra limonada).

"Huele increíble", dijo uno.

"Es incendiaria", dijo otro. "Sabrosa y pegajosa".

"Hay un montón de movidas cojonudas", proclamó el granjero Tom en señal de aprobación, tras olisquear un bolsa particularmente áspera. "Todo el mundo ha traído lo mejor. Se lo han currado mucho montando todo esto. Están en su puta salsa".

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La mayoría de la concurrencia llegaron del área de Portland, aunque algunos lo hicieron desde mucho más lejos. Tyler Janks, de 21 años, declaró a VICE News que venía de Michigan y que aprovecharía el viaje para visitar a algunos familiares que viven en el estado de Portland. Dijo que el miércoles había fumado marihuana por primera vez, el día que se había legalizado en Oregón. Así que también sería el primera día de su vida en que compraría marihuana. A la pregunta de cómo se sentía sonrió a gusto y dijo que "estimulado".

Exclusiva: visitamos el primer centro de cultivo de marihuana con fines médicos legalizado en Chile. Leer más.

Una mujer pesa y empaqueta una muestra de un gramo de marihuana de un cultivador de los alrededores, en la zona de invitados (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Afuera, disfrutando de la comida que servía un puesto ambulante de tacos, una pareja mayor, Ken y Cherie Dillon, contaron que habían conducido varias horas. Venían de un pequeño pueblo justo al cruzar la frontera de la vecina Idaho, donde la marihuana sigue siendo completamente ilegal.

"No es como ir a Woodstock ni nada parecido, pero fijo que se trata de una de esas experiencias que solo se dan una vez en la vida. Y la verdad es que no podría celebrarse en una fecha más apropiada que en el día de la Independencia, 4 de julio", declaró Cherie Dillon, de 60 años, a VICE News. "Es bonito ver la camaradería entre gente que viene aquí a estar junta. Y todo es mucho más pacífico y considerado de lo que sería un lugar en que se presentan un vino o un vodka. La gente, cuando se emborracha, se pone chunga".

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Y no le falta razón. A pesar de los 35º de calor y de las largas esperas no hubo ni peleas ni discusiones. Los asistentes esperaron pacientemente a conocer los cultivadores, a los distribuidores, a los activistas y a los vendedores que ofrecían de todo: desde jarras de fertilizantes orgánicos a sofisticada bisutería de oro con broches que llevaban filtros incorporados. Había mesas para organizaciones que buscaban conseguir el certificado de comercio justo de marihuana, y que intentaban reclutar a más mujeres para la emergente industria.

Un presentador televisivo se prepara para hacer una conexión en directo. (Foto de Kirsten Luce/VICE News).

En una zona vallada del exterior, decenas de personas se acumulan en la "tienda vaporizadora" y alrededor de las mesas de picnic a la sombra, donde aspiran petas, se lían canutos y despliegan complejas pipas de cristal. Al menos dos personas se desmayaron por culpa del calor y los bomberos acudieron brevemente para ayudar con primeros auxilios. Los organizadores abrieron una zona gratuitamente donde se almacenaba una gigantesca reserva de agua, y los voluntarios se paseaban entre la multitud con pequeñas jarras de agua para rellenar las botellas que habían sido distribuidas. La policía de Portland, que había aprobado el evento y había dado su visto bueno a la celebración, se mantuvo al margen del acontecimiento durante gran parte del mismo.

Más allá de ofrecer a los residentes de Oregón y a los visitantes la posibilidad de ejercer su recién estrenado derecho a colocarse, "Weed the people" dejó constancia del enorme mercado que existe para la marihuana y todos los productos relacionados con ella. Y evidenció lo raro que es que, actualmente, sea legal poseer la droga pero que todavía no la puedan adquirir aquellos que no han recibido la autorización de un médico.

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Tyson de France, un vecino de Portland, esperaba en la cola para introducir una de las muestras de marihuana en un sofisticado vaporizador. De France señaló que hasta que los dispensarios médicos no sean capaces de vender a los usuarios recreacionales, un paso que se producirá, probablemente, en octubre, la gente tendrá que confiar en el establecido mercado negro para conseguir su droga. DeFrance, que trabaja como empleado en un dispensario médico de marihuana, no parecía estar preocupado en absoluto por la situación.

"Esto es la legalización, tío", proclamó en señal de aprobación ante el júbilo y la niebla que se desplegaban a su alrededor. "Solo he venido a ver cómo va y observar qué rumbo toma todo esto. Es histórico. Estoy harto de escucharlo, pero es la verdad".

Las temperaturas eran muy elevadas y un personaje improvisó un pequeño tenderete para mantener al personal fresquito. (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Una mujer expulsa el humo después de emplear un vaporizador. (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Los cultivadores empaquetaban las muestras de un gramo de marihuana en el área de invitados.

Las bolsas de basura rellenadas con marihuana estaban al alcance de todo el mundo durante el acontecimiento (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Lauren Ford, de Portland, prueba un simulador de realidad virtual diseñado por 360 Lab, después de fumar. (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Literatura desechada durante el acontecimiento. (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Cientos de personas acudieron a la fiesta "Weed the people", donde el precio de la entrenada incluía alrededor de 7 gramos de marihuana suministrados por los productores locales (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Se vio un montón de indumentaria con estampados de marihuana. (Foto de Kirsten Luce/VICE News)

Sigue a Keegan Hamilton on Twitter: @keegan_hamilton

Todas las fotos son de Kirsten Luce. Síguela en Twitter: @kirstenluce

Este artículo ha sido producido con el apoyo de LG, como parte de su programa "Photos from Beyond". VICE News mantiene su independencia editorial en la producción de todo este evento.