"Nosotros, la población unida de la Jungla de Calais, rechazamos abiertamente las exigencias del gobierno francés en lo que concierne a reducir el tamaño de la Jungla. Hemos decidido quedarnos donde estamos y desafiaremos pacíficamente los planes del gobierno de demoler nuestras casas. Suplicamos a las autoridades francesas y a la comunidad internacional que se hagan cargo de la situación y respeten nuestros derechos humanos fundamentales".