Vuelta al ‘fujimorismo’, continuidad o cambio: hoy Perú elige presidente

Este domingo, 22 millones de peruanos están obligados a votar para elegir un nuevo presidente, quien a partir del próximo 28 de julio llevará por cinco años las riendas de un país que florece económicamente, pero que lleva 26 años de heridas abiertas por un antiguo gobierno totalitario.

Entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde, hora local, en 77.000 mesas de votación se resolverá un proceso electoral que arrancó con 20 aspirantes presidenciales y que termina con diez candidatos en la boleta electoral.

La lucha electoral ha estado marcada por campañas negras, acusaciones criminales entre candidatos y momentos que los peruanos han asegurado, con ironía, que sólo suceden en un país como el suyo: un candidato presidencial que salió de prisión preventiva por corrupción sólo para participar en el debate y después volver a la cárcel y otro que, siendo el segundo lugar en las encuestas, fue sacado de la contienda por el tribunal electoral por irregularidades en su elección como nominado de su partido.

Sin embargo, en la terna final sólo tres candidatos parecen tener una oportunidad real para suceder al actual mandatario Ollanta Humala, un militar retirado ubicado en la izquierda política por sus críticas al sistema neoliberal y por recibir el apoyo del exmandatario venezolano Hugo Chávez.

La favorita es Keiko Fujimori, contemplada en la extrema derecha por reivindicar los postulados de su padre Alberto Fujimori, quien gobernó con mano de hierro al país entre 1990 y 2000 y hoy se encuentra encarcelado por corrupción y crímenes de lesa humanidad — responsable de asesinatos, secuestros, lesiones y masacres como la de Barrio Altos, donde 15 inocentes fueron asesinados por presuntamente participar en el grupo terrorista Sendero Luminoso.

Keiko — quien intentará ser presidenta por segunda ocasión después de un intento fallido en 2006 — ha retomado los principios del gobierno "fujimorista": una política asistencialista enfocada a abatir la pobreza y mano dura contra el crimen, lo que le ha valido los aplausos de los seguidores de su polémico padre y las críticas de organizaciones de derechos humanos y sectores de la izquierda, que ven con miedo el regreso de los altos niveles de corrupción, impunidad y violencia que marcó la dictadura de su padre.

Para llegar a la Casa Pizarro de Perú, Keiko necesita el 50 por ciento de los votos más uno; en caso de no conseguirlo, se irá a una segunda vuelta con quien quede inmediatamente debajo de ella. Este es el escenario más probable, pues los últimos sondeos colocan a la conservadora exlegisladora con una intención de voto de entre 30 y 40 por ciento.

Quienes se enfrentarían a ella en la segunda vuelta son dos candidatos en empate técnico en segundo lugar con el 20 por ciento de los sufragios: Pablo Kuczynski, 71 años, exministro de Economía entre 2004 y 2005, con un perfil liberal de centro-derecha; y Verónika Mendoza, 35 años, excongresista entre 2011 y 2016, con un perfil de izquierda, quien comenzó la campaña con casi ninguna posibilidad de ganar y se ha convertido en el caballo que alcanza, y puede rebasar, en la carrera presidencial.

Además de elegir a su jefe de Estado, los peruanos votarán por 130 congresistas de la república y la representación nacional en el Parlamento Andino, un órgano que recomienda y coordina actividades políticas, sociales y económicas para Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.

De acuerdo con la ley vigente en la nación quechua, todos los mayores de 18 años están obligados a votar y, en caso de no hacerlo, deberán pagar una multa de hasta 25 dólares. Sólo se puede evadir esa obligación si se es mayor de 70 años o si se consigue una dispensa del Jurado Nacional de Elecciones por causas de fuerza mayor como enfermedad, viaje de estudios o desastres naturales, entre otros.

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