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En la guerra contra el carbón, China apuesta más fuerte que EEUU

El gobierno chino planea cerrar las minas y las plantas eléctricas de carbón. El ejecutivo asiático prevé ayudar a los trabajadores que pierdan sus empleos en este sector. En EEUU, no parece que el compromiso sea tan claro.
Imagen por Michael Reynolds/EPA
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Aproximadamente 1,3 millones de trabajadores chinos abandonarán las minas y las plantas eléctricas de carbón en los próximos años. Otros 500.000 empleados de la industria siderúrgica serán despedidos. Todos ellos se enfrentarán a la incertidumbre de la cambiante economía china y a su esfuerzo por tornar su energía más limpia.

Con todo, aquellos obligados a dejar sus puestos de trabajo por la guerra que su gobierno está librando contra el carbón también podrán contar con el apoyo del gobierno en su transición hacia nuevas ocupaciones. Yin Weimin, ministro de Recursos Humanos y Seguridad Social, dijo el lunes que 100.000 millones de yuanes chinos [unos 15,27 millones de dólares] serían destinados a ayudas para los trabajadores desplazados.

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De acuerdo con Elizabeth Economy, una experta en China y directora de Estudios Asiáticos del Consejo de Relaciones Exteriores, para quien el desafío al que se enfrenta el mayor productor mundial de carbón es similar al de Estados Unidos, no se trata de tanto dinero.

"En este sentido, China no es muy diferente de Estados Unidos [el segundo productor del mundo]. Los trabajadores están siendo despedidos y tienen familias que sostener", expresa Economy. "La pregunta es ¿qué van a hacer los líderes del gobierno con ese dinero? Si están pensando en realizar un pago único a los trabajadores, eso no va a tener un largo alcance, y, por otra parte, los damnificados también se preguntan, '¿qué pasará con nuestras pensiones?'".

'La industria del carbón experimentará una gran remontada'.

Los 1,8 millones de despidos se han anunciado mientras China trata de aliviar la contaminación y cambiar su economía hacia una más dirigida a los consumidores con el cese de la sobreproducción de bienes manufacturados. El plan es recortar 500 millones de toneladas de capacidad de producción de carbón para el año 2020, pero no existe plazo alguno para los despidos.

En este contexto, Economy advierte que podría haber grandes contradicciones entre los mensajes económicos que Pekín envía al exterior y lo que realmente sucede en el país. En este sentido, añade que hay que tener en cuenta que el gobierno central corre el riesgo de asumir altos costes políticos por los despidos masivos en el sector estatal del carbón.

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Las amargas consecuencias de las políticas para reducir el volumen de la industria del carbón son conocidas en Estados Unidos, donde muchos comunidades dependen totalmente de esta industria. Los republicanos y algunos demócratas han calificado las políticas de energía y de lucha contra el cambio climático de la Casa Blanca como una guerra contra el carbón. De hecho, la producción de carbón de Estados Unidos se encuentra en situación de recesión y, a diferencia de los recortes impulsados por el gobierno de China, está perdiendo puestos de trabajo no sólo debido a las regulaciones del gobierno, sino también a causa de las condiciones del mercado y lo que algunos llaman políticas anti-laborales.

Hace diez años, las centrales eléctricas de carbón proporcionaban aproximadamente el 50 por ciento de la electricidad total de Estados Unidos — como lo venían haciendo durante varias décadas. Hoy en día producen alrededor del 35 por ciento. El cambio hacia otras formas de energía — junto con la disminución en el uso de técnicas de minería de gran intensidad que requieren mano de obra, como la minería de extracción a cielo abierto — han perjudicado a los mineros del carbón.

De acuerdo con muchos republicanos, desde el líder del bloque mayoritario del Congreso, Mitch McConnell, hasta el precandidato a presidente Donald Trump, Obama tiene la culpa.

"Obama ha diezmado la industria del carbón, y nosotros vamos a recuperarla", dijo Trump en un acto el Super Martes en Louisville, Kentucky, que forma parte del distrito de McConnell. "La industria del carbón va a experimentar una gran remontada".

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Pero lo ocurrido en la industria del carbón no solo tiene que ver con los planes elaborados desde la Casa Blanca. Se trata de una situación que resulta de una combinación de políticas federales y estatales, de la lucha de organizaciones ambientalistas como Sierra Club para reemplazar la energía del carbón, y de la fuerte competencia que ejercen otras fuentes de energía tales como la solar, la eólica, o incluso la de gas natural, que, unidas han arruinado a la industria del carbón, provocando una disminución del 63 por ciento de los precios entre 2007 y 2012 — de acuerdo con los últimos datos disponibles.

"Es políticamente conveniente para los republicanos señalar como responsable a un presidente demócrata, pero la realidad es que existe un movimiento popular masivo combinado con las fuerzas del mercado que han obrado como los verdaderos motores del cambio", opina Mary Anne Hitt, quien dirige la campaña de Sierra Club llamada Beyond Coal [Más allá de carbón].

En 2013, fueron más los estadounidenses empleados en el sector solar que en las minas de carbón, de acuerdo con una encuesta elaborada por el sector y la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. Al igual que en China, los despidos masivos en el sector del carbón plantean preguntas difíciles acerca de cómo estos trabajadores estadounidenses vivirán la transición y qué pasará con sus pensiones, tras la quiebra de esta industria.

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El programa de la administración Obama llamado Power+ para proporcionar ayuda a las comunidades afectadas por esta situación ha recibido el apoyo de ambos partidos y una financiación parcial. Entre las áreas que no son financiadas por el Congreso de Estados Unidos se encuentra un paquete de ayuda para fondos médicos y de pensiones para los Trabajadores Mineros Unidos Estadounidenses (UMWA por sus siglas en inglés) que está amenazado por la declaración de quiebra de varias compañías de carbón.

A principios de este mes, el Washington Post informó que Mitch McConnell — quien ha tenido repetidos enfrentamientos públicos con este sindicato — había bloqueado la asistencia financiera a dichos fondos, con los que la UMWA "proporciona pensiones y atención médica a poco menos de 100.000 mineros jubilados, viudas y dependientes".

Un portavoz del senador, quien califica al régimen de regulación de Obama de "sin corazón", no atendió a la petición de información de VICE News.

Ranping Song, que realiza un seguimiento de la economía y el medioambiente chinos para el Instituto de Recursos Mundiales, advirtió que aún queda por ver el grado de eficacia de la gestión china para la reorientación del 1,8 millones de trabajadores del carbón y el acero.

"Desde un punto de vista económico, y desde el punto de vista medioambiental, no hay otro camino a seguir", sentencia Song.

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