‘Hay luz al final del túnel’: la familia del niño sirio ahogado llega a Canadá

Tima Kurdi se dirige a toda prisa hacia las puertas de cristal del aeropuerto internacional de Vancouver. Es la última frontera que la separa de su familia, una familia que lleva galopando su propia carrera desde hace meses. Han huido del caos en que esta sumida su devastada Siria.

Uno a uno, sus sobrinos, sus sobrinas, su hermano Mohammad y su mujer, Ghousoun, se apelotonan sobre Tima. Hunden sus rostros en la costura de su capucha y agitan banderas canadienses.

Sin embargo, son los ausentes quienes ocupan sus pensamientos — el hermano de Tima y Muhammad, Abdullah, que sobrevivió a un viaje fatal por el Mediterráneo, una suerte que no corrieron ni su mujer ni sus dos hijos.

La imagen del más joven, el pequeño Alan, cuyo cadáver yacía tendido en la orilla de una playa turca, fue la que desató la indignación y la impotencia sobre la devastadora crisis de refugiados que azota la zona.

"Mi mensaje a los refugiados y a la gente que lucha en todo el mundo, es que siempre hay una luz al final del túnel", proclama Tima frente a la multitud de reporteros que se han concentrado en el aeropuerto para celebrar la ocasión. "Seguid andando hasta que encontréis vuestra luz".

Family and friends have been moved to a position where media can also capture the reunion - any moment now. — BalBrach (@BalBrach)December 28, 2015

La familia y los amigos han sido desplazados hasta una posición que permita a los medios de comunicación capturar el momento del reencuentro — está a punto de suceder.

A nivel doméstico, las imágenes de la muerte de Kurdi culminaron con una campaña presidencial en Canadá que, hasta ese momento, había sido de lo más previsible. La noticia de que a la familia de Mohammad le había sido denegado el estatus de refugiado significó el tiro de gracia para las aspiraciones de los conservadores.

Abdullah Kurdi, el padre de Alan, explicó que había emprendido el camino a través del Mediterráneo — una extensión de agua que se ha cobrado ya miles de vidas desde que estallara la crisis en Siria — después de que la solicitud de asilo político de sus hermanos fuese rechazada. Sin embargo, Abdullah no va a sumarse a su hermano en el exilio canadiense. El New York Times informó recientemente que, desde la muerte de Alan (cuyo nombre también se puede escribir Aylan), ya han naufragado más de 100 niños en aguas del Mediterráneo.

Las elecciones vieron caer a los Conservadores canadienses. El Partido Liberal, dirigido por Justin Trudeau, conquistó los comicios tras haberse comprometido a acoger a 25.000 refugiados sirios en marzo, y a otros 25.000 para finales de 2016.

Poco después de la victoria de Trudeau, un funcionario de su administración se puso en contacto con los Kurdi y les informó que solicitasen el asilo de nuevo.

"Quiero que el mundo recuerde esa imagen", ha declarado Tima Kurdi a la prensa canadiense agolpada para recibir a su familia.

El proyecto nacional que está llevando a cabo el gobierno liberal tiene como objetivo que miles de familias como los Kurdi puedan encontrar refugio en Canadá a lo largo de los próximos años. A pesar de haber padecido algunos reveses durante su puesta en marcha, el programa ha sido ampliamente apoyado por el pueblo canadiense, que ha donado infinidad de ropa y ha saludado la iniciativa con una abrumadora cantidad de ofertas de hospedar y acoger a las familias que huyen del caos que asola Siria.

La crisis de refugiados deja en papel mojado la regulación de la Unión Europea. Leer más aquí.

El gobierno se encargará de conceder apoyo financiero a todas las familias durante su primer año de residencia en Canadá — a pesar de que ya se han producido varias peticiones para ampliar dicho plazo — hasta que los migrantes puedan empezar a ganarse sus sueldos.

Lo más probable es que Mohammed y su familia no necesiten de las prestaciones del gobierno, puesto que cuentan con el auspicio de su hermana. Mohammad — que trabajaba como barbero en Siria — trabajará en la peluquería que regenta Tima.

Abdullah Kurdi quiso dirigir un mensaje al Reino Unido en el día de Navidad. Kurdi apelaba a la administración británica para que esta abriera sus puertas a los refugiados sirios.

Poco después del naufragio de la embarcación en que perdió a su familia, Abdullah fue acusado de ser el traficante de humanos que se encontraba al timón del bote cuando este volcó. Sin embargo se trata de rumores que no han podido ser confirmados y que Abdullah siempre ha tachado de injuriosos.

Tima se hizo eco de la petición al aperturismo proclamada por su hermano ayer lunes, mientras hacía las veces de intérprete para sus recién aterrizados familiares. Todos ellos quisieron agradecer enfáticamente a Canadá y al gobierno turco, que ha colaborado en hacer posible el reencuentro de Mohammad con su familia. Tima explicó que su hermano y su mujer aspiran a llevar "una vida normal" en la que sus hijos puedan crecer con esperanza de conocer un futuro mejor.

"Ahora estoy bien. Muy bien, gracias", declaró Mohammad a los periodistas. "Finalmente este sueño se ha hecho realidad. Estuvimos muy cerca de perder la fe, pero gracias a todos vosotros, al gobierno canadiense y a la gente del Canadá, ahora estamos aquí".

"Los agradecimientos también fueron extendidos a Abdullah, cuya tragedia ha estado en los pensamientos de sus familiares durante las 10 horas de vuelo hasta Vancouver", expresó Tima entre lágrimas. "Desearíamos que estuvieses aquí con nosotros, no sabes cuánto… pero siempre estás con nosotros".

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