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La histórica disculpa del gobierno mexicano a unas indígenas que encarceló injustamente

En 2006 tres mujeres de la etnia hñáhñú, fueron acusadas de secuestrar a seis agentes federales. Jacinta fue liberada en 2009, y Teresa y Alberta en 2010. Hoy, después de 10 años, recibirán disculpas por años de cárcel y un delito que no cometieron.
Imagen vía César Martínez/Cuartoscuro.com

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El gobierno mexicano, a través de la Procuraduría General de la República (PGR), otorgará el día de hoy una disculpa pública a Jacinta Francisco, Teresa González y Alberta Alcántara, mujeres indígenas hñähñu habitantes de Querétaro, que en el 2006 fueron acusadas de secuestrar a seis policías de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI).

Las tres mujeres fueron detenidas el 3 de agosto de ese año porque los uniformados las acusaban de haberlos secuestrado cinco meses antes, cuando realizaban un operativo antipiratería en un mercado local en el que se encontraban las indígenas. El caso causó indignación en buena parte de la sociedad mexicana porque la ciudadanía no daba crédito a que tres indígenas hubieran podido someter a seis agentes que portaban armas largas.

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Después de la presión internacional ejercida por instituciones como Amnistía Internacional y la ONU, fue liberada Jacinta en septiembre de 2009. Teresa y Alberta fueron liberadas hasta abril de 2010, después de un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Desde que fueron liberadas, exigieron que se reparara el daño causado mientras estuvieron presas, así como un disculpa pública.

[Autoridades deben disculparse e indemnizar a indígena mexicana acusada de secuestrar policías. Leer más aquí.](Autoridades deben disculparse e indemnizar a indígena mexicana acusada de secuestrar policías)

El día de hoy, después de casi 10 años de su encarcelamiento, Raúl Cervantes, titular de la PGR, se disculpó por el injusto encarcelamiento de las tres mujeres. "Sirva este acto para ofrecerles una disculpa en español y en hñähñu como medio de reparación del daño", dijo el procurador, después de haber reconocido los errores judiciales que cometió la dependencia que encabeza.

"Es una pena que a casi 10 años de los hechos, la Procuraduría pida una disculpa de manera forzada y no por voluntad. ¿Cuántos inocentes están en la cárcel acusados de un delito que no cometieron? Agentes federales como los que acusaron a Jacinta siguen trabajando y cobrando de nuestros impuestos, a pesar de demostrar con este caso su ineficiencia y su culpabilidad. Jamás será suficiente la disculpa pública. Hoy nos chingamos al Estado", dijo la hija de Jacinta.

"Estaremos contentas cuando nos respeten como indígenas. ", aseguró Jacinta Francisco.

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'Hoy nos chingamos al Estado'.

"El acto de reconocimiento es un triunfo de las tres mujeres indígenas, que no sólo recuperaron su libertad tras ser injustamente acusadas sino que también siguieron exigiendo que el Estado reconociera su inocencia. Lo demandaron no a una persona o funcionario en lo individual, sino a la institución que les agravió", señaló el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro.

No es la primera vez que una institución gubernamental pide disculpas por un caso. En abril de 2017, el Ejército Mexicano pidió disculpas por la tortura cometida por sus elementos a una mujer detenida. El caso cobró relevancia porque circuló en redes sociales un video del hecho. En éste se ve a una mujer siendo asfixiada y golpeada por una soldado y un aparente agente de la Policía Federal.

Por primera vez, el Ejército mexicano pide perdón por un caso de tortura. Leer más aquí.

Después de que el video de la tortura se hizo viral en las redes, Salvador Cienfuegos, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, expresó en un acto con altos mandos de la institución: "Ofrezco una sentida disculpa a toda la sociedad agraviada por este inadmisible evento". Sin embargo, la disculpa no fue formal, la mujer torturada fue vinculada con un cártel de la droga y se encuentra presa actualmente. No obstante, por los hechos, dos soldados fueron apresados.

"La experiencia internacional y nacional enseña que cuando los actos de asunción de responsabilidad estatal comprenden tanto la disculpa pública como el reconocimiento de la inocencia, pueden tener un enorme poder de reparación frente a quienes sufrieron una injusticia. En estos actos, la identidad de las personas agraviadas es reivindicada formalmente en el espacio público: se dignifica a las víctimas, se acepta la responsabilidad por acción u omisión de quien debió protegerlas y se les piden disculpas", señaló el Centro Pro.

Además, la organización de derechos humanos mencionó que la experiencia en América Latina muestra también que los actos de reconocimiento de responsabilidad constituyen ocasiones únicas y de enorme valor simbólico para difundir en la sociedad mensajes de rechazo a la arbitrariedad y el abuso; mensajes que afiancen la cultura de respeto a los derechos humanos, hoy tan vilipendiada

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