La administración de Trump desmantela las medidas contra el calentamiento global

El día de hoy, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto para revocar el plan de energía limpia de Obama que obligaba a los estados del país a bajar las emisiones de carbono de las centrales eléctricas.

El decreto es el más audaz a la fecha en los esfuerzos de Trump por reducir la regulación ambiental a fin de reactivar a las industrias de perforación de petróleo, gas y la minería del carbón, una promesa que hizo durante su campaña presidencial y que aseguró generaría empleos.

Trump acudió a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) con el administrador del organismo, Scott Pruitt, el secretario del Interior, Ryan Zinke, y el secretario de Energía, Rick Perry.

El decreto, es conocido como la normativa de "Independencia Energética" y fue creado para ayudar al país a cumplir sus compromisos en el acuerdo mundial sobre el cambio climático realizado en París, en diciembre del 2015.

Ese año el expresidente Barack Obama reconoció que EE.UU. había sido el mayor contaminante y responsable de las emisiones de efecto invernadero, que han propiciado el calentamiento global. Trump en cambio declaró durante su campaña, que las industria se habían visto frenadas por "el lastre de las regulaciones".

El punto más importante del plan de Obama consistía en que las centrales térmicas — que producen energía eléctrica a partir de combustibles fósiles— redujeran en un 32 por ciento sus emisiones de carbono.

También dejará sin efecto la prohibición de arrendamiento de minas de carbón en tierras federales, derogará las reglas para reducir las emisiones de metano procedentes de la producción de crudo y gas, además de disminuir la ponderación del cambio climático.

"Vamos a ir en una dirección diferente", dijo a la prensa un funcionario de alto rango de la Casa Blanca. "El gobierno anterior devaluó a los trabajadores con sus políticas. Podemos proteger el medio ambiente al tiempo que proporcionamos trabajo a las personas".

El activista Tom Steyer, que encabeza el grupo NextGen Climat consideró que "estas acciones son un asalto a los valores estadounidenses y ponen en peligro la salud, la seguridad y la prosperidad de todos los estadounidenses".

Otras organizaciones ecologistas prometieron que impugnarán las órdenes, tal es el caso del grupo ecologista Earthjustice, el cual aseguró que luchará contra el decreto tanto dentro como fuera de los tribunales. "Esta orden hace caso omiso de la ley y la realidad científica", dijo el presidente del grupo, Trip Van Noppen.

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