Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.
Publicidad
El crujir de una viga que aun resiste en su puesto. El golpe de ladrillo al desplomarse. O los pasos de una alimaña atraída por el olor. Estos son los sonidos de un pueblo abandonado tras un terremoto. Durante los primeros días tras el terremoto, las personas rebuscaban entre los escombros: un colchón, una olla, un recuerdo. Al mismo tiempo los equipos de rescate intentaban encontrar supervivientes.
Publicidad