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Ecuador

En imágenes: las heridas del terremoto en Ecuador un mes después

A un mes del devastador terremoto que azotó la costa ecuatoriana, residentes, activistas y funcionarios trabajan codo con codo para recomponer el daño provocado. Acompañamos a Oxfam Intermón para ver cuáles son las necesidades más urgentes.
Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón
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Hoy 18 de mayo, en Ecuador ha vuelto a temblar. El nuevo sismo de magnitud 6,7 ha golpeado la zona costera de Ecuador la madrugada de este miércoles, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

El epicentro se ha situado en Mompiche, a 155 kilómetros al noroeste de Quito, a una profundidad de 32,4 kilómetros. Según indican las autoridades, no se han producido daños personales y los materiales son de poca consideración.

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El temblor ha hecho recordar al que se produjo el pasado 16 de abril cuando faltaban un par de minutos para las 7 de la tarde y una sacudida en el Cinturón de Fuego del Pacífico devastó las poblaciones costeras de las provincias de Manabí y Esmeraldas.

El seísmo dejó 660 muertos, 4.605 heridos y 28.439 personas sin casa, viviendo en asentamientos provisionales. En total más de 350.000 personas necesitan ayuda para reconstruir hogares, centros de trabajo e infraestructuras.

El equipo de Oxfam Intermón desplegado en la zona se ocupa principalmente de hacer llegar agua potable y facilitar el saneamiento y la salubridad en los refugios donde se han instalado buena parte de los afectados. En estos momentos su ayuda llega a 18.500 personas pero quiere alcanzar las 35.000.

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El crujir de una viga que aun resiste en su puesto. El golpe de ladrillo al desplomarse. O los pasos de una alimaña atraída por el olor. Estos son los sonidos de un pueblo abandonado tras un terremoto. Durante los primeros días tras el terremoto, las personas rebuscaban entre los escombros: un colchón, una olla, un recuerdo. Al mismo tiempo los equipos de rescate intentaban encontrar supervivientes.

Casas semidestruidas por la naturaleza e imposibles de reconstruir esperan ser demolidas. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Después del shock, mejor sacar todo lo que sea posible ante nuevas sacudidas o posibles robos. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Recuperar lo que se tenía servirá también para acondicionar los refugios provisionales. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Un mes después de aquel 16 de abril, los supervivientes cargados con sus enseres se han instalado en refugios provisionales. Muchas veces son simples lonas que paran el sol y cubren de la lluvia. No proporcionan intimidad ni protección. La situación es muy preocupante ya que más de 350.000 personas necesitan ayuda para reconstruir hogares.

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Salvado el televisor, hace falta encontrar una fuente de alimentación eléctrica y ya podremos matar el tiempo a la espera de una futuro. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Uno de estos refugios es el aeropuerto de Portoviejo. Allí Naciones Unidas ha instalado sus tiendas sobre un asfalto que se recalienta con el sol.

Sobre el asfalto, en techo de plástico, el calor se hace asfixiante. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

La gente va y viene en estos refugios. Los que tienen parientes en ciudades no afectadas se marcha con ellos. Los que se han cansado de esperar que la ayuda llegue a los pueblos más remotos, se instalan. Para los que no hay espacio, quedan los márgenes de los caminos.

Toda una familia instalada en la linde de la carretera, por si llega la ayuda. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Es un reto conseguir que tengan agua potable, que vivan en condiciones de higiene, que cuenten con baños. También lo es que niños, niñas y mujeres se sientan protegidos en un entorno donde son fáciles los abusos.

Asearse, cambiarse de ropa, dormir a la vista de los demás, sin intimidad. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Oxfam Intermón, una de las ONG que trabaja en los refugios provisionales, intenta promover la higiene y dar mayor seguridad instalando tanques de agua potable, distribuyendo kits de higiene y habilitando letrinas y duchas; entre muchas otras tareas.

Voluntarios y policías también reparten la solidaridad de pueblos vecinos no afectados. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Sin embargo, esta ayuda cubre las necesidades más urgentes. No será suficiente para volver a humanizar las calles de Jama o Canoa; para devolverles el ritmo de los pasos de quienes van al trabajo, a la escuela o a la compra. En los próximos meses hay que estar atentos a medidas gubernamentales como el aumento del IVA o la aportación puntual de un día se sueldo por cada 1.000 dólares de salario mensual para que se dediquen a la reconstrucción.

Reconstruir casas y reparar infraestructuras harán posible que el carro vuelva a andar. (Imagen por Pablo Tosco/Oxfam Intermón)

Texto por Cristina Niell. Síguela en Twitter: @cniell

Todas las imágenes por Pablo Tosco/Oxfam Intermón. Síguelo en Twitter: @PavlobskiRoisen

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