Photos by Christian Petersen-Clausen
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.Siendo alemán y habiendo vivido la división de su país con el Muro de Berlín, Christian Petersen-Clausen tiene una fascinación especial por Corea del Norte. El fotógrafo, quien recientemente ha visitado como turista una docena de ciudades del hermético país, cuenta que tenía la expectativa que el país se asemejara a la antigua República Democrática Alemana."Básicamente, yo quería ver cómo era la vida cotidiana de los norcoreanos", relata. "Yo tenía 13 años cuando el Muro de Berlín cayó. Estaba muy interesado en conocer cómo era Corea del Norte. Es básicamente como era Alemania del Este antes de la caída del muro, pero más ultranacionalista, aún más extrema".Petersen-Clausen, que vive en China y trabaja en publicidad, viajó por Corea del Norte a través una empresa turística que opera fuera de Pekín. Los periodistas que visitan el país suelen ser vigilados por "cuidadores" del régimen, y aunque su grupo fue conducido por un par de guías de turismo de Corea del Norte, cuenta que la experiencia turística le permitió un relativo grado de libertad para interactuar con la gente local."Yo allí era un outsider total", dice el fotógrafo. "En China, la gente está acostumbrada a los occidentales y a los extranjeros. En Shanghai y Pekín nadie te mira. En Corea del Norte te observan como si Elvis simplemente hubiera descendido de la luna o algo así. Todo se detiene".En imágenes: vivir en Corea del Norte quizás no sea tan terrible como lo pintan. Ver aquí.Admite que los guías le desviaron hacia "las mejores partes del país, las piezas de propaganda", pero dice que fue capaz de capturar momentos espontáneos, como un par de trabajadores gozando juntos del humo de unos cigarrillos, o la siesta de un hombre en un parque después una parrillada durante las festividades del Día Nacional del país.Cuenta que una sorpresa del viaje fue que muchos norcoreanos parecían "muy muy conscientes" de la vida en el mundo exterior. Vio personas en Pyongyang usando smartphones, que están conectados a la "intranet" del país plagada de propaganda y tienen las llamadas a países extranjeros bloqueadas. Aparentemente es relativamente fácil conseguir tarjetas SIM de China o Corea del Sur. La programación de medios extranjeros ingresa de contrabando en el país en memorias USB.Hablamos con Cao de Benós, delegado especial de Corea del Norte en el extranjero. Leer más aquí."Miran telenovelas chinas y surcoreanas, donde ven los automóviles, la moda, todo", explica. "Esto les refriega por la cara lo pobres que son, y al mismo tiempo no pueden hablar de eso"."No sólo disponen de teléfonos móviles, a menudo se ven otros dispositivos, al igual que en cualquier lugar en Asia. La única diferencia es que en Corea del Norte son símbolos de estatus, muy caros y bastante inútiles con su internet actual. Nuestros guías turísticos comentaron que algunas personas tienen teléfonos móviles en su haber sin tarjetas SIM, porque eso es todo lo que pueden permitirse. Así buscan aparentar ser más ricos de lo que son. Esto sucede incluso en este sociedad supuestamente igualitaria".Los estudiantes de una escuela que visitó estaban usando ordenadores equipados con Windows XP, y en la sección de música de una biblioteca en Pyongyang había álbumes extranjeros disponibles para escuchar — incluyendo Thriller de Michael Jackson.Petersen-Clausen narra que el nivel de vida era muy inferior fuera de la capital. Muchas personas tenían paneles solares fabricados en China instalados en sus hogares para obtener electricidad y los huertos eran omnipresentes.La muerte, el precio por ayudar a los desertores en Corea del Norte. Leer más aquí."El campo está sumido en la miseria absoluta", afirma. "Se puede ver que en cada espacio, ya sea un pequeño jardín o un pequeño rincón o grieta, se cultivan verduras comestibles. No hay ni una sola rosa o cualquier otra flor. Es como si pensaran, 'al carajo, vamos a plantar solamente cosas que podamos comer'".El fotógrafo dice que dejó el país con la sensación de que está cambiando — no en un sentido político, ya que el régimen de Kim Jong-un mantiene un férreo control del poder — pero sí en términos culturales bajo la influencia de la vecina China. Mientras que Corea del Norte sigue siendo un estado hermético, Petersen-Clausen narra que los ciudadanos que conoció sí que dejaban fluir sus emociones."Siguen tratando de preservar su dignidad y sacar el mejor partido de la situación", opina. "La alegría se filtra. El espíritu humano no se deja reprimir completamente".Las fotos de Christian Peterson-Clausen conformarán un calendario de pared del 2016 publicado por NK News, un sitio de noticias privado focalizado en Corea del Norte. Las ventas del calendario ayudarán a juntar fondos que serán utilizados para que el sitio web continue con su profunda cobertura de la hermética nación.Todas las fotos y pies de foto son de Christian Petersen-Clausen. Síguelo enTwitter: @chris__pcSigue a Keegan Hamilton en Twitter: @keegan_hamilton
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